¿Puede Balcarce atraer capital extranjero como el campo cordobés o santafesino?
En el nuevo contexto económico que atraviesa Argentina bajo la presidencia de Javier Milei, la posibilidad de que regiones productivas como Balcarce se conviertan en polos de atracción para el capital extranjero comienza a tomar forma. Con una agenda centrada en la apertura de mercados, la desregulación de la economía y la promesa de eliminar retenciones al agro, Milei ha generado condiciones que mejoran la rentabilidad de los proyectos exportadores. Desde la visión de un inversor, esto plantea una pregunta clave: ¿puede Balcarce transformarse en una oportunidad comparable a las ya consolidadas como Córdoba o Santa Fe?
Balcarce cuenta con atributos productivos claros: su tierra fértil, clima favorable y alto grado de tecnificación en cultivos como la papa (donde la región produce más del 50% del total nacional) la posicionan como una de las zonas más eficientes del país. El clásico "riesgo productivo" es, en este sentido, limitado. Además, empresas como McCain, Simplot y Lamb Weston ya operan plantas en el sudeste bonaerense, confirmando la viabilidad industrial de la zona.
Pero para un inversor extranjero, lo más relevante es la combinación entre valor de entrada, margen operativo y posibilidad de salida. Y allí Balcarce tiene argumentos contundentes. En términos de valuación, el precio de la hectárea productiva en Balcarce ronda los USD 7.000 a 10.000, notablemente inferior a los USD 15.000 o más que se pagan en zonas como Pergamino o el sur de Santa Fe. Esta diferencia no refleja una menor productividad, sino una falta de valorización relativa. Para un fondo con estrategia contracíclica o de consolidación territorial, esto implica una oportunidad de compra a descuento.
Desde el punto de vista del flujo de caja, la combinación de costos operativos en pesos y ventas en dólares (a partir de exportaciones a Brasil, Paraguay u otros mercados regionales) genera un spread atractivo. La liberalización cambiaria anunciada en 2025 permite ahora repatriar dividendos con menor fricción, lo que elimina una de las principales trabas para la entrada de capital privado internacional. En simultáneo, la potencial eliminación de retenciones mejora de forma directa los márgenes brutos del productor-exportador, ampliando el retorno esperado sobre activos agroindustriales.
En comparación con Córdoba o Santa Fe, que ya han recibido cientos de millones de dólares en inversiones AgTech, fondos de VC o clusters industriales, Balcarce está subexpuesta. Y eso es precisamente lo que puede convertirla en una buena tesis de inversión. Como ocurre con cualquier mercado emergente, los mayores retornos suelen encontrarse en las geografías que aún no han sido plenamente arbitradas por el capital global.
El partido también cuenta con una ventaja logística relevante: su cercanía a los puertos de Mar del Plata y Quequén permite exportar con menores costos de transporte. Algunas empresas ya operan con aduana propia en planta, lo que acelera la salida de mercadería. Y aunque su infraestructura vial necesita mejoras, el diferencial de costo total sigue siendo competitivo frente a otras regiones más saturadas.
El INTA Balcarce y la Facultad de Ciencias Agrarias local ofrecen un componente adicional de valor: capital humano e innovación aplicada. El riesgo de recorte presupuestario existe, pero también puede abrir oportunidades para alianzas público-privadas o para que el capital privado ocupe ese espacio en investigación y desarrollo.
Ahora bien, los riesgos no son menores. La inestabilidad macroeconómica argentina, la volatilidad fiscal y la debilidad institucional siguen presentes. Cualquier inversión en Balcarce debe incluir un modelo de mitigación de riesgo-país, con cobertura cambiaria y estructuras legales internacionales. Pero a diferencia de otras épocas, hoy existen instrumentos para eso: desde cuentas en divisas, hasta beneficios para inversiones superiores a USD 100 millones que permiten girar utilidades sin restricciones, según el Decreto 234/2021.
Para que Balcarce escale, es necesario que el Municipio, la Provincia y el sector privado local trabajen de forma articulada. Crear incentivos fiscales, mejorar caminos troncales, consolidar una agenda de promoción internacional y profesionalizar su oferta ante el capital extranjero son pasos claves. La experiencia de Santa Fe, que destinó fondos para llevar pymes a ferias internacionales, es un ejemplo replicable.
En conclusión, Balcarce combina condiciones estructurales sólidas, precios de entrada atractivos y un nuevo marco macroeconómico que podría habilitar el ingreso de capital extranjero. Si las reformas promercado continúan y se corrigen algunos cuellos de botella locales, la región podría transformarse en la próxima historia de éxito del agro argentino. Para el inversor sofisticado que sepa mirar más allá del "mainstream productivo", Balcarce ofrece un punto de entrada estratégico con potencial de revalorización real.
(*) El autor, graduado en Negocios Internacionales y Finanzas por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y Northeastern University en Boston, cuenta con cerca de cuatro años de experiencia en banca de inversión en Wall Street y comenzará en septiembre como inversor en un fondo de private equity en Nueva York.