Sergio Rodríguez volvió a ser premiado a nivel internacional
El escritor local fue reconocido por la revista Nefelismo de Venezuela en la categoría Microrelato, con un texto de apenas 100 palabras que surgió de su novela en proceso sobre las tragedias de las pateras en el Mediterráneo. "Las historias están al alcance de la mano -dice-, solo hay que saber encontrarlas".
UN NUEVO RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Sergio Rodríguez, escritor balcarceño de amplia trayectoria y espíritu inquieto, volvió a recibir una buena noticia desde el mundo literario. Esta vez, el reconocimiento llegó desde Venezuela, donde la prestigiosa revista Nefelismo lo seleccionó en su certamen internacional en la categoría Microrelato.
"Cada vez que hago un cuento tengo la costumbre de ponerlo a consideración de la gente a través de concursos. Siempre empecé así", comenta. "Desde el cuento del negro Aguirre hasta hoy, siempre que termino algo veo si hay algún concurso donde pueda entrar. Este era para un microrelato, de apenas 100 palabras."
El texto premiado nació de un proyecto mayor, una novela que Rodríguez viene escribiendo hace años sobre la migración africana y el drama de quienes intentan cruzar el mar en pateras rumbo a Europa. "Estoy escribiendo una novela sobre la migración africana, sobre esa gente que muere en el mar. Como buen perezoso, ya lleva demasiados años -admite entre risas-. Pero había un fragmento de esa idea que convertí en un microcuento y tuve la suerte de que fuera seleccionado."
"LAS IDEAS APARECEN CUANDO MENOS LO ESPERÁS"
Rodríguez se toma la escritura con la calma y la libertad de quien conoce sus tiempos creativos. "Estoy continuamente escribiendo, pero es algo que nadie ve. Si tenés una panadería, te ven trabajar. Pero si escribís, no. Son momentos para uno mismo, generalmente cuando estoy tranquilo. No me lo impongo, hay veces que pasan meses sin escribir nada, y otras en que una idea me agarra de golpe y tengo que darle forma enseguida."
La inspiración, asegura, puede surgir en cualquier momento. "A veces te despertás con un sueño brillante, una idea perfecta y cuando te levantás a desayunar ya se te fue. Hoy el teléfono ayuda, podés escribir o grabar algo enseguida, donde estés."
El escritor se reconoce curioso y observador, virtudes que, dice, lo llevan a encontrar historias donde otros no las ven. "Una de las cosas que aprendí es que casi todo puede convertirse en un cuento. Pasa algo en la esquina -una moto, una billetera que se cae, alguien que la encuentra y duda si devolverla o no- y ya tenés una historia. Después te puede salir brillante o no, pero el germen está ahí."
"CASI TODO TIENE QUE VER CON LO ANECDÓTICO"
Rodríguez define su literatura como una forma de rescatar lo cotidiano y darle vuelo narrativo. "Los que hacemos relatos tenemos mucho de lo anecdótico. Yo siempre lo digo: Luis Landriscina tomaba lo que pasaba en los pueblos y lo transformaba en cuento. Salvando las enormes distancias, yo también cuento cuentos. Me encanta tomar esas cosas que uno ve, escucha o recuerda."
Su microrelato galardonado se titula "La niña de María", una historia breve y conmovedora que parte de una imagen real. "Una vez vi una noticia sobre una nena rescatada de una patera en el mar, todos muertos y ella viva. Me impactó muchísimo. Podía ser mi nieta o la de cualquiera. Eso me quedó en la cabeza. ¿Por qué no pensar que podría ser tu hija, aunque sea una nena africana? Hoy, con la globalización, a cualquiera le puede pasar cualquier cosa. Esa idea me quedó dando vueltas hasta que armé el cuento."
"EL ARTE ES EFÍMERO, PERO HAY QUE INTENTARLO IGUAL"
En la charla, Rodríguez traza un paralelismo entre la literatura y otras formas de expresión. "El otro día, cuando borraron el mural de Fangio, le mandé un mensaje al chico que lo había pintado. Le dije: 'Recordá que todo lo que hagas en la calle es arte efímero'. Desde el momento en que lo hacés, sabés que puede desaparecer. No podés parar al planeta para que todos contemplen tu obra."
Esa reflexión, dice, también se aplica a la escritura. "Con los cuentos pasa igual. A veces llegás, a veces no. Pero hay que intentarlo. Escribir es pintar con palabras, aunque el cuadro se borre con el tiempo."
"SIEMPRE PASAN COSAS"
Antes de despedirse, Rodríguez deja una última reflexión, tan simple como contundente: "Siempre pasan cosas. Lo que pasa es que hay que saber mirarlas". Y esa mirada -atenta, sensible, curiosa- es la que vuelve a darle a Sergio Rodríguez una voz propia y reconocible dentro de la literatura, esa que lo lleva una vez más a ser premiado más allá de las fronteras, pero sin perder nunca la raíz balcarceña.
