¿Hasta cuándo consumos estimados?
El 4 de febrero de 2022 el servicio de agua y cloacas de nuestra ciudad ingresó en una nueva etapa. Luego de haber estado privatizado desde 1994, en manos de la empresa Aguas de Balcarce, el Gobierno municipal, encabezado por el intendente Esteban Reino, lo devolvió al control mayoritario del Estado, a través de Obras y Servicios Balcarce (OSeBal) y Aguas de la Ciudad S.A., SAPEM.
Desde hace tiempo era una decisión que el Municipio venía evaluando con firmeza y que fue tomando mayor relevancia en la medida que se fue observando con el paso del tiempo que Aguas de Balcarce no estaba respondiendo a los requerimientos de la comunidad, ya sea con ampliaciones en la red para atender a nuevos usuarios sino también en lo que hace al mantenimiento de los equipos para sostener el servicio.
Al comenzar esta nueva gestión, las autoridades hicieron hincapié en la necesidad de encarar obras, enumerando varias de ellas, en particular lo vinculado con el tanque de agua ubicado en el cerro “El Triunfo”, con más de 50 años sin ser sometido a trabajos de fondo para su recuperación. Una labor que se cumplió correctamente, inclusive sin resentir el aprovisionamiento del vital servicio a toda la ciudad, a pesar de dejar inactivo el tanque y sustituirlo por el aporte de la red a través de los pozos. Hay otras obras proyectadas y en marcha, procurando ir dando respuesta a reclamos de vieja data.
¿Y LA MEDICIÓN?
Hay un punto de importancia sobre el que también se habló en el comienzo de esta gestión y que tiene que ver con la medición del consumo. Aparece a priori como algo lógico que ocurra, tal como se hace, por ejemplo, con los servicios de gas y energía eléctrica. Hay un medidor, personal de Camuzzi o de la Cooperativa de Electricidad pasa, toma las lecturas, en base a eso se factura y conforme se paga lo consumido.
No pasa eso con el agua. En un momento se llevó a cabo la tarea de colocar medidores para evitar la irregularidad de facturar consumos estimados, pero la misma se realizó parcialmente y sin que trascendieran los motivos, la empresa la interrumpió.
Esto determinó que quienes tenían los medidores pagaban lo que consumían, ya que periódicamente se observaba al personal tomar los estados. Pero seguía habiendo una buena porción de la ciudad que mantenía las estimaciones.
Desde hace tiempo la toma de estados desapareció. Por ende, los consumos surgen en base a una estimación. Y aquí comienzan a aparecer las dudas respecto de si lo que se está pagando es lo que corresponde, en más o en menos. No se conocen oficialmente los parámetros que se adoptan para cobrarle el consumo de agua a una vivienda, a un comercio, o a una empresa. Entonces por propio relato de los usuarios se conocen casos donde una casa que está deshabitada o vive una persona (que cuida el gasto del agua) abona lo mismo o con poca diferencia en el monto que otra que tiene más superficie, viven varias personas y tienen hasta piscina. Aquí no hay dudas de que hay ganadores y perdedores.
UN TEMA SIN RESOLUCION
Es posible que la nueva gestión se haya encontrado con varios frentes a la hora de enfrentar problemas, obviamente pensando en brindar el mejor servicio. No se ha informado nada sobre las estimaciones, aunque por lo dicho el día de la asunción no es un tema al que se le plantee una solución definitiva.
El intendente Reino afirmó en aquel momento que “no se pueden instalar medidores en todos los domicilios por el elevado costo. Vamos a proponer un sistema medido que cobre conforme a lo que se gasta”.
Por su parte el recientemente fallecido gerente de la SAPEM, Martín Heinrich, respecto de si a futuro el servicio iba a ser medido dijo que “tenemos que encontrar la política técnica operativa para optimizar el servicio. Eso puede implicar algunos lugares con medidores y en otros macromedidores. Debemos conocer cuánta agua sacamos y cuánta distribuimos”.
La estimación sobre los consumos de agua va a continuar y a la luz de las expresiones vertidas no tendrán los usuarios la certeza de lo que gastan ante la decisión de no colocar medidores.
Sería bueno que las autoridades municipales o de OSeBal les expliquen a los usuarios de qué forma se establece el monto de la factura que abonan mensualmente y si se encuentran trabajando en modificar esta escala, no para terminar sino al menos para atenuar la clara injusticia que se viene produciendo con facturas que puedan estar cerca de la realidad o absolutamente distorsionadas con lo que se consume.
El usuario no quiere pagar ni más ni menos. Simplemente lo que corresponde. Han pasado muchos años como para que esta situación se hubiera podido regularizar, pero evidentemente a la empresa le interesó facturar, sin importar que las consecuencias de una estimación podrían traducirse claramente en un acto de injusticia. Con ello, achicó costos, en medidores y en personal para la toma de estado. Cerró un número.
La nueva gestión tiene la palabra. A más de un año de su comienzo nada se ha dicho al respecto. Es hora de que ello ocurra.