La huerta de la vida: un gusto especial y propio para Juan
Las manos llenas de tierra y las ansias por hablar, por contar. Él vive y respira a través de, como explicará luego, SU huerta. Fue avisado con anterioridad de que iba a ser entrevistado, pero aún así lo sorprendió la presencia de El Diario. Estaba trabajando, en ese lugar que para Juan Ramón Cardozo, es su vida. Hombre de campo, se crió de esa forma: con las manos llenas de tierra, trabajándola, viendo florecer las hojas del alimento y lo que a sus 70 años le permite de alguna manera, seguir ligado a su actividad, a su campo querido.
Juan vive en el Hostal de los Abuelos y explicó que lo que cosecha de la huerta se come en el Hostal y que también las empleadas de allí llevan para consumir en sus casas.
El surgimiento
Juan cuenta como se gestó el inicio de la huerta: "esto arrancó cuando vine a parar acá. Cuando ya estaba un poco cansado de andar, vi que en el terreno había una zona de muchos yuyos y se lo comenté al director del Hostal, junto con la idea de hacer una huertita. No fue fácil, porque era una especie de terreno baldío, se usaba de basural, así que se empezó a limpiar, los empleados de la Municipalidad me dieron una mano y el año pasado fue complejo, salía la verdura un poco picada, pero este año me la jugué, porque estuve toda la vida en el campo y la empecé a apuntalar, digamos, le eché abono, me trajeron tierra negra porque se hacía una especie de cemento y este año ha salido una verdura espectacular. Han salido este año, alrededor de 20 cajones. Eso es lo que más espíritu me da".
Un gusto
Para Juan, ser el encargado de la huerta es "un gusto". "Me gusta esto, me gusta andar. Yo estoy todo el día acá, si no me llaman para merendar o tomar mate, me lo paso metido acá. Es mi propio gusto que me doy y qué cosa más linda el fruto de mi trabajo, a pesar de lo que fue este año, de pelear con las heladas y la seca, por suerte están todos conformes con la verdura que han llevado".
Entre el trabajo y un descanso de excusa por la entrevista, Juan contó que lo que siembra es rúcula, repollo, remolacha, pepino, lechuga, tomate, entre otros. "se siembra lo que sale más. Ahora estoy haciendo almácigos nuevos de lechuga que para cuando se termine, llegue la que estoy sembrando en estos momentos", explicó.
Su huerta
El proyecto en el que se embarcó Juan con la huerta, es exclusivamente suyo: "es parte de un amor propio que yo le tengo a la huerta y me gusta hacerlo solo. Yo le meto muchas horas a esto. Nadie me apura, nadie me manda. Creo que hasta me sentiría incómodo, prefiero trabajar sólo. Voy caminando por los surcos, veo un yuyo lo arranco, después almuerzo y antes de irme, la recorro.
Una vez, había caído una gran helada, ese día me había levantado al baño. Eran las 5 de la mañana. Donde vi todo blanquecino, cacé la 'ropa de combate' y me vine para la huerta. Eso es lo que significa este gusto para mí", concluyó.
Agradecido
Durante la entrevista, Juan agradeció "al de arriba", el hecho de estar bien y poder seguir trabajando en su huertita. Aquella que cuida todos los días, de sol a sol y la que sólo abandona para poder tomar unos mates, almorzar o merendar y por supuesto, poder dormir una buena siesta.
Finalizada la entrevista, Juan volvió al trabajo, a remover la tierra y a estar atento a la huerta 'porque siempre hay algo para hacer', sin antes brindar miles de consejos acerca de cómo es trabajar, sembrar y cosechar las verduras, que tanto gusto y vida le dan.