La caricatura, el arte de exagerar la realidad
El caricaturista es el artista que se encarga de realizar retratos satíricos, son dibujos que se caracterizan por exagerar, o directamente deformar, ciertas características físicas con el objetivo de hacer reír. Roberto Ruiz es un artista balcarceño que desde hace 40 años dedica su tiempo libre a dibujar retratos y caricaturas. En una época, también trabajó para El Diario como caricaturista de figuras destacadas de Balcarce.
“Hago dibujos por encargo, para mí es como un hobby. Hoy estoy trabajando con programas digitales, antes hacia todos mis dibujos a mano. Es otra técnica, los trabajos en la computadora quedan perfectos. Fui aprendiendo a pulmón, cuando a uno le gusta se mete en esos programas y va aprendiendo por ensayo y error. De a poco voy aprendiendo otras técnicas dibujando retratos y caricaturas, ahora estoy por dibujar a Messi con la copa, todavía lo estoy armando”, manifestó Ruiz en diálogo con El Diario.
Ruiz, oficial de policía retirado, también trabajó como perito en la Comisaría local en el dibujo de identikits. Los retratos armados a partir del recuerdo de testigos son una herramienta clave en las investigaciones. “Era un perito idóneo, la Policía Científica de Mar del Plata me daba permiso para trabajar en los identikits”, indicó el artista balcarceño.
EL DON DEL ARTISTA
“Desde muy chico que me gusta dibujar, yo considero que nací con ese don. Obtuve una beca a mis diez años para ir a estudiar a Buenos Aires, al instituto Modern School. Pero no lo empecé porque era muy chico y mis padres se negaron. Siempre me quedé con esa frustración, así que a los 25 años volví a mandar al mismo instituto mis dibujos. Me aceptaron, el curso duraba dos años, a pesar de mi trabajo en el campo y la distancia, pude terminarlo en un año y con notas sobresalientes”, expresó Ruiz.
En la década de los 70, 80 y 90 los cursos por correspondencia eran muy populares, una de las escuelas que ofrecían estos cursos era Modern Schools, la cual tenía sucursales en casi todos los países de Latinoamérica, entre ellos Argentina. Ofrecía una gran diversidad de cursos de muy buena calidad didáctica.
Los anuncios publicitarios de la escuela salían en revistas y en los periódicos, el interesado recortaba el anuncio y lo enviaba por correo a la dirección postal de la escuela, ésta enviaba información detallada del curso solicitado juntamente con una hoja de matrícula donde estaba el precio del curso. También ponían testimonios de personas que comentaban los beneficios de este sistema de enseñanza. Una vez matriculado, le enviaban a su domicilio paulatinamente las lecciones. Cada lección tenía un examen o prueba que el estudiante debía de completar y remitir a la escuela para su corrección.
“Me mandaron una carta de felicitación, destacando que de 100 personas solo una tenía esa habilidad. Tenés que estudiar un poco para adquirir algunas técnicas, pero el don ya lo tenés. Me recibí de profesor de dibujo artístico, pero con el tema del trabajo nunca llegué a ejercer”, expresó el dibujante.
EXPLORANDO NUEVAS TECNICAS
“También trabajo en madera, en lo que es pirografia, que son retratos grabados a fuego. Eso queda hermoso, es como todo, hay gente que por ahí no conoce de algunas técnicas. Es totalmente diferente a lo que hacía, es un trazo solo, si le erraste fuiste. Obras como Jesús o Fangio, pero siempre para exhibir en mi casa. Nunca me presenté a una exposición ni nada por el estilo”, señaló Ruiz.
Una milenaria técnica de grabado sigue siendo utilizada por artistas para crear originales y delicadas piezas sobre cualquier trozo de madera. Quemar una superficie y dibujar sobre ella es la premisa de la pirografía, una antigua técnica de grabado que permite crear diseños sobre madera, cartón o cuero, a partir de un objeto metálico caliente que va delineando el dibujo.
Con los avances de la tecnología, es posible contar con el pirograbador o pirógrafo, un instrumento que utiliza electricidad para calentar la punta metálica que creará el diseño. Dependiendo de la temperatura que adquiera y de la cercanía que se tenga con la superficie, se pueden obtener diversas tonalidades y texturas. Hoy, una serie de artistas siguen utilizándola para dar vida a sus obras, uno de los casos en Balcarce es el de Roberto.
“El retrato es lo que más hago, es la imagen más fiel a la persona que se quiere dibujar, en cambio la caricatura es la exageración de los rasgos de la cara, sin quitar el parecido. Las caricaturas hechas en las computadoras es más fácil que hacerlas en papel, si vos le errás podés borrar y volver a empezar. Siempre me gusta aclarar que con las caricaturas nunca se busca ridiculizar al personaje, sino exagerar sus rasgos o expresiones” finalizó el artista, y agregó: “de a poco voy aprendiendo otras técnicas, nunca es tarde para aprender”.