Rubén Fangio visitó la Escuela Agraria San José y emocionó a toda la comunidad educativa
La Escuela Agraria San José viene desarrollando desde comienzos del ciclo lectivo un proyecto pedagógico que, más que una actividad escolar, terminó convirtiéndose en un recorrido vivo por la identidad balcarceña. Bajo el nombre “Ruta Balcarceña: entre historias, sabores y paisajes”, los alumnos de 3º año de primaria trabajaron durante meses en la historia de su ciudad, sus personajes, sus tradiciones, sus fiestas, su gastronomía y su geografía.
La docente Rocío Mollica, coordinadora del proyecto, explicó a El Diario que todo comenzó con una premisa simple y potente: “Que los chicos puedan conocer a fondo el lugar en el que viven”. Desde allí, se desplegó una secuencia de actividades que incluyó investigación histórica, visitas guiadas, entrevistas, producción de maquetas y experiencias gastronómicas en primera persona.
Los estudiantes exploraron la fundación del Partido de Balcarce, la importancia de la plaza Libertad, los nombres de las avenidas, los pueblos que integran el distrito, sus distancias, sus habitantes y su historia. También abordaron las fiestas populares, lo que los llevó directamente a conocer la figura de Juan Manuel Fangio, símbolo mayor de la ciudad.
Esa búsqueda los condujo al Autódromo Municipal, donde conocieron la historia del circuito. Luego visitaron el Museo Fangio, donde se sumergieron en la vida del mítico piloto. La identidad gastronómica también tuvo su lugar: los niños aprendieron sobre el origen del postre Balcarce, su creador y su receta, en una visita a la tradicional confitería de los Alberghini, donde incluso prepararon el postre en vivo.
Pero la producción no terminó ahí: los chicos investigaron los cultivos locales, especialmente la papa como cultivo emblemático del distrito y confeccionaron maquetas, dibujos del escudo y la bandera de Balcarce, además de ofrecer degustaciones durante la exhibición en la carpa educativa de la EduCoAgro.
EL INESPERADO PUENTE QUE LLEVÓ A RUBÉN FANGIO A LA ESCUELA
Mientras el proyecto avanzaba, una mamá —Evangelina Maldonado— acercó la posibilidad de contactar a Rubén Fangio, uno de los hijos del Quíntuple. La gestión se fue dando de manera natural, casi artesanal, hasta que finalmente llegó la respuesta más esperada: Rubén quería conocer el trabajo de los chicos.
Andrea Silva, representante legal de la institución, recordó ese momento con emoción:
“Cuando Rubén dijo que sí, la idea inicial era encontrarnos en el Museo, pero él mismo propuso venir al colegio para estar más cómodo y poder compartir con los chicos. Fue un gesto enorme”, explicó.
La visita se organizó en contraturno, ya que los alumnos de primaria asisten por la mañana. Por la tarde, Rubén Fangio llegó al establecimiento acompañado por su señora, y fue recibido por estudiantes de secundaria que lo guiaron por los distintos espacios y le explicaron el funcionamiento de la escuela.
UNA TARDE QUE QUEDARÁ PARA SIEMPRE EN LA MEMORIA ESCOLAR
El encuentro superó toda expectativa. Los alumnos de tercer año, junto con sus familias, compartieron con Fangio una merienda a la canasta en el comedor del establecimiento. Hubo charlas, anécdotas, emociones y gratitud mutua.
“Fue un encuentro maravilloso”, expresó Andrea Silva. “Rubén es una persona súper humana, abierta, muy emocionada por el cariño de los chicos. Su señora también. Dos personas cálidas, que se tomaron el tiempo de conversar con todos”.
Para muchos niños, era la primera vez que estaban frente a un familiar directo de Juan Manuel Fangio. Para otros, la confirmación de que su proyecto escolar había trascendido el aula. Para todos, un recuerdo que los acompañará durante años. Los visitantes quedaron tan conformes que fueron invitados a volver cuando quieran.
EL CIERRE PERFECTO
Rocío Mollica sintetizó la experiencia con orgullo: “Este proyecto nació para que los chicos conocieran su ciudad. Trabajamos toda la historia local, sus personajes, su cultura, sus paisajes. Y tuvimos el honor de cerrarlo con la visita de Rubén Fangio al colegio”.
La docente destacó que los alumnos no solo aprendieron contenidos: construyeron identidad, reconocieron el valor del patrimonio local y vivieron experiencias directas con protagonistas de esa historia.
“En la muestra final —contó Mollica— los alumnos presentaron maquetas de la ciudad, imágenes hechas por ellos de la bandera y el escudo, y dieron a degustar postre Balcarce. Contaron con sus palabras todo lo aprendido, con un orgullo hermoso.”
UNA COMUNIDAD EDUCATIVA MOVILIZADA
La visita de Rubén Fangio no fue un acto aislado: fue la coronación de un año entero de trabajo sostenido, colaborativo y profundamente significativo para la comunidad educativa de la Escuela Agraria San José. Una demostración de cómo un proyecto escolar, cuando se abraza con compromiso, puede convertirse en un puente entre la historia, la cultura y las nuevas generaciones.
En palabras de Andrea Silva: “Para los chicos fue una experiencia maravillosa. Y para nosotros también. Cuando la educación se encuentra con la emoción, el aprendizaje es para toda la vida.”
