Dolor en el fútbol: falleció el "Loco" Gatti
Hugo Orlando “El Loco” Gatti, uno de los arqueros con más historia en el fútbol argentino y creador de la atajada denominada “la de Dios”, murió este jueves a los 80 años.
El "Loco", que en los últimos años ejerció como panelista en programas deportivos de España, había sido operado hace poco menos de un mes de la cadera por un accidente mientras paseaba a su perro. Unos días después su cuadro se agravó debido al ingreso de un virus a través de su cadera, lo que le provocó un cuadro respiratorio agudo.
Gatti ya había estado en muy grave estado en 2020, año en el que se contagió de coronavirus, aunque luego de su recuperación bromeó y afirmó: “Me han matado en todos lados, pero yerba mala nunca muere”.
El exarquero, que se retiró en 1988 a los 44 años, fue poseedor de dos impresionantes récords en la historia del fútbol argentino: el primero de ellos es el de la mayor cantidad de partidos disputados en la Primera División (765), mientras que el segundo es el de mayor número de penales atajados (26, junto a Ubaldo Fillol).
Gatti fue creador de la tapada llamada “la de Dios”, que consistía en salir a achicar en un mano a mano de rodillas, poniendo el pecho y con los brazos abiertos.
Ante el diagnóstico de salud "irreversible" del legendario arquero Hugo Orlando Gatti, su familia tomó la dolorosa determinación de desconectarlo del respirador mecánico. La noticia se confirmó este domingo, tras más de dos meses de internación en terapia intensiva.
El parte médico emitido por el Hospital Pirovano, donde el exfutbolista de 80 años se encuentra ingresado, señala que "en virtud a su estado de salud irreversible, sin posibilidad de recuperación, procederán al retiro de ventilación mecánica, en el transcurso del día".
Familiares del "Loco" se hicieron presentes en el nosocomio para acompañar este difícil momento.
Gatti padecía una compleja condición que incluía "neumonía e insuficiencia cardíaca y renal", manteniéndolo en coma farmacológico y dependiente del soporte respiratorio. Su internación se prolongó por más de sesenta días, originada por una fractura de cadera que se complicó con una infección intrahospitalaria e insuficiencia renal.
Su hijo Lucas había expresado previamente la difícil situación, apelando a la paciencia ante la lentitud del proceso. "Todo lo que no sea empeorar es mejora. Es un proceso lento y sabemos que necesitamos paciencia. En eso estamos", manifestó.
Cabe recordar que la salud del exarquero de Boca ya se había visto comprometida en 2020, cuando contrajo una neumonía bilateral durante su estadía en Madrid, donde participaba en el programa deportivo "El Chiringuito".