La obra sobre Balcarce que ganó en el Salón Nacional de las Artes
La artista platense Marcela Cabutti resultó la gran ganadora de la última edición del Salón Nacional de las Artes, con su pieza audiovisual «El sonido de la piedra». Se trata de una pieza que articula sonido, imagen, escultura y performance con el propósito de registrar «La Piedra Movediza» de Balcarce, un misterio geológico de más de dos mil millones de años de antigüedad.
Fue reconocida con el primer premio Presidencia de la Nación, que otorga un millón y medio de pesos y la adquisición de la obra para el acervo patrimonial del Museo Palais de Glace.
En una sala independiente y dentro de la exhibición de Salón Nacional en el Centro Cultural Kirchner se encuentra «El sonido de la piedra». La obra registra, en una serie de planos generales y detalles, a un grupo de performers que salta sobre la piedra movediza de Balcarce produciendo la sensación mágica de verla flotar. En el interior, la artista colocó una serie de piezas de arcilla que, ante el roce de la piedra, se quiebran generando un sonido geológico, con ecos milenarios, que recorre todo el espacio.
En la inauguración del Salón Nacional, rodeada por el sonido y las imágenes de su pieza, Marcela Cabutti afirmó: «A mí me causó mucha fascinación el encuentro con la piedra movediza de Balcarce. Cuando me convocaron para realizar estas obras sobre Balcarce, busqué descubrir cuáles eran los misterios que guardaban estas sierras tan antiguas como las piedras de Namibia en el cratón africano, es decir, el basamento más antiguo del planeta».
EL PROYECTO CULTURAL
La artista, nacida y formada como escultora en La Plata, tiene una extensa trayectoria trabajando con esculturas que dialogan con los espacios y la naturaleza. Sus obras fueron presentadas en Buenos Aires, La Plata, Rosario, Milán, Madrid, Noruega, Roma y Turín. Durante la pandemia, a Cabutti le llegó la posibilidad de explorar a través del arte la región rocosa del Sistema de Tandilia que corresponde al Municipio de Balcarce. La familia Zarategui le propuso realizar, junto al Municipio, un proyecto cultural que ponga en valor la historia de la región.
Así, la artista pasó nueve meses investigando el territorio bonaerense acompañada de una red de científicos y vecinos. De esta experiencia, confeccionó un programa compuesto por más de una decena de proyectos artísticos dedicados a Balcarce. Hizo una presentación en el Concejo Deliberante con el propósito de mostrar de qué se trataba, dar a conocer sus materialidades y demostrar que no iba a tener ningún impacto en la sierra. Cabutti armó toda una serie de proyectos y finalmente presentó alrededor de diez, los cuales consideraba que mejor podían funcionar.
EL MISTERIO DE LA PIEDRA MOVEDIZA
A raíz de la investigación, la artista descubrió toda una serie de hechos históricos y leyendas que profundizaban los misterios de nuestra zona. Entre estas historias, apareció en el proceso de investigación «La Piedra Movediza» de Balcarce. En 1962, el platense Antonio Lantaño descubrió en la zona una piedra que, al pararse encima, se movía como si estuviera suspendida. Junto a sus amigos, construyeron grandes senderos y señalizaron la zona convirtiendo a La Piedra Movediza en una popular atracción turística que recibió a cientos de vecinos bonaerenses y figuras de la época como el propio Juan Manuel Fangio.
Frente a semejante hallazgo, la artista se enfrentó con la pregunta de cómo registrar la complejidad de este espacio milenario. La riqueza histórica y simbólica de Balcarce resultó ser un atractivo, pero también un reto que la llevó a introducir en su carrera nuevas búsquedas estéticas. El desplazamiento de la piedra movediza exigió la imagen-movimiento del audiovisual y el sonido se descubrió en el proceso como una potencia fundamental para transmitir el peso de su historia. Además, la artista decidió introducir piezas escultóricas en el proceso performativo.
Por último, sobre el proceso de realización, Cabutti afirmó: «Al principio no pasaba nada. De repente, luego de limpiar la zona, se movió y la sensación corporal que sentí la recuerdo todavía hoy y se me pone la piel de gallina, me vuelve la sensación al cuerpo. Fue muy movilizante. Para tener mayores registros y después poder editar, hicimos varios saltos. Un poco lo que yo conté en la presentación, que para mí es muy simbólico, es que cuando vos parabas de saltar, el sonido se volvía muy reverberante, muy opaco, muy interno, como del centro de la tierra, como si la tierra te hablara», afirmó Cabutti sobre el fenómeno sonoro que terminó convirtiéndose en un elemento protagonista de su obra.