¿Cuáles son los efectos de los rayos UV en nuestra piel?
Con el tiempo, la exposición a los rayos ultravioletas pueden perjudicar a la piel, produciendo lesiones como manchas, arrugas o incluso ampollas. Demasiada exposición al sol, y más aún en verano, también puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. «La exposición al sol trae beneficios a la piel, pero la frecuencia, el tiempo y la intensidad de dicha exposición, y más en época estival, puede acarrear lesiones», explicó a El Diario la dermatóloga Graciela Pilone.
«Hay lesiones agudas que se producen a través de los rayos ultravioletas, luz visible y rayos infrarrojos. Hay un espectro de energía solar, llamada energía electromagnética, que desde el sol se expande en el universo y choca contra los diferentes planetas. Cuando vemos que se producen explosiones solares en la época estival, sabemos que esas ondas van a ser mucho más extensas y la exposición solar es altamente riesgosa. No solo por los factores agudos, especialmente en niños y adultos mayores, sino los crónicos».
En sus 37 años dedicados a la dermatología, Pilone reconoce que las lesiones que se presentaban con mayor frecuencia en su consultorio, sobre todo en época de verano, eran los daños agudos en la piel.
«Enrojecimiento en la piel, ampollas y quemaduras solares extensas, tanto en la nariz, como en los hombros o en el pecho», agregó.
RAYOS ULTRAVIOLETAS
El efecto de energía electromagnética tiene rangos diferentes, existen rayos muy letales pero que no llegan a la superficie de la tierra. «Como los rayos ultravioletas C por ejemplo, los cuales tienen una longitud de onda muy corta, porque los absorbe la capa de ozono pero con mucha energía. Sin embargo, los rayos ultravioletas B, que tienen mayor longitud de onda y menos energía, son los que producen en el verano los eritemas - enrojecimiento de la piel - o inflamación cuando te seguís exponiendo demasiado al sol y se producen ampollas. Asimismo, los rayos ultravioletas A, que son los que se usan en las camas solares, también tienen mayor longitud de onda y menos energía. Por lo tanto si no se tienen las precauciones necesarias para tomar ambos rayos, tanto los A como los B, estos pueden producir efectos crónicos», afirmó Pilone.
CÓMO PREVENIR LOS GOLPES AGUDOS DE LOS RAYOS UV
A raíz de los eritemas, se produce una dilatación de los vasos sanguíneos, no solo en la piel, sino a nivel cardíaco y cerebral. «Si fuera prolongada la exposición a los rayos solares se puede generar un golpe de calor, que van desde un simple mareo hasta necesitar internación. Eso se prevé con la sombra verdadera, debajo de los árboles, en donde corra viento y con suficiente hidratación, tanto con agua o jugos naturales. Debido a que la vitamina C actúa como un anti estrés orgánico, por eso es recomendable ingerirlo en estos casos», explicó la doctora.
Si bien la exposición al sol también trae beneficios a nuestro organismo, como la formación de la vitamina D que permite que se deposite el calcio en los huesos, también traer efectos perjudiciales para nuestra piel, como los efectos crónicos. «El efecto crónico está relacionado al tipo de piel de cada persona, no es lo mismo el daño que se produce en una piel tipo 1, que en el tipo 2, 3 o 4", especificó Pilone.
«La tipo 1, que son las más blancas, es una piel que cuando se expone al sol enseguida se enrojece y tiene que estar mucho tiempo expuesto para que logre el bronceado. Dependiendo del tiempo y la intensidad del sol, se pueden producir ampollas, por eso son los que tienen que estar más atentos. La media en nuestra región es la piel tipo 2, que se puede enrojecer pero se broncea con mayor facilidad, y por lo tanto requiere estar menos tiempo expuesta al sol. Lo mismo pasa con las pieles más morenas, como son el tipo 3 y 4, que no tienen ningún problema con respecto a la exposición solar», mencionó la doctora.
LESIONES CRÓNICAS EN LA PIEL
La piel va teniendo cambios a medida que se expone a los rayos ultravioletas, aparecen lesiones que pueden ser desde pequeñas cascaritas – queratosis solares – que pueden permanecer así toda la vida o progresar a un cáncer de piel. «Los tipos de cáncer más habituales se llaman no melanomas, que pueden ser epiteliomas (tumor benigno) de tipo basocelular o espinocelular. En estos casos se aconseja al paciente que sea super prudente con la exposición solar, usando un protector adecuado a su tipo de piel y sin exponerse a los horarios picos, que van desde las 11 hasta las 16", indicó.
«La lesión más importante, y por suerte menos habitual, es el melanoma. Está relacionado al choque solar agudo y por lo general se da en las personas que tienen la piel tipo 1 y no están acostumbradas a la exposición, ya sea por estudios o por trabajo. Ese tipo de cáncer, que solo se da en el 5% de la población mundial, puede partir desde un lunar o una pigmentación en la piel y es uno de los más agresivos que existen.
A raíz del comportamiento de los melanomas se están estudiando las soluciones genéticas para los cánceres en general. Por supuesto cada una de las lesiones tienen diferentes pronósticos, dependiendo la localización tienen una evolución más o menos favorable».
«Otra de las lesiones crónicas en la piel son las manchas y arrugas, la piel se reseca y se engruesa debido al daño solar agudo y crónico. La piel, para defenderse de la energía electromagnética del sol, forma melanina (tipo de pigmento) como si fuese una sombrilla. Por eso un cutis expuesto durante años al daño solar crónico, como por ejemplo la gente que toma mucho sol o está expuesta por su trabajo, va a tener el cutis más grueso, con las arrugas más marcadas y con manchas, ya que la melanina se forma anárquicamente», sostuvo.
RECOMENDACIONES PARA QUE NO SE PRODUZCAN LESIONES
«Hay manchas que pueden ser precursoras del melanoma y otras que no, que son las más habituales. Por lo tanto la recomendación para que no se produzcan lesiones crónicas es usar el protector solar más indicado para su tipo de piel. Si es una piel tipo 1 tiene que utilizar un protector solar de alta concentración, de un factor de protección de 50 o 60 en adelante, en cambio si es un tipo 2 o 3, de 30 a 50", mencionó Pilone.
«Cuando vos exponés durante diez minutos un sector de la piel a los rayos del sol, ésta se va a enrojecer. Si usás un factor de protección de 35 por ejemplo, van a ser 350 minutos que vas a estar protegido antes de que la piel comience a enrojecerse, cuando eso suceda lo recomendable es salir del sol e hidratarse. Lo mismo con los factores 50, 80 o 100, estos dos últimos se utilizan en adultos mayores o niños pequeños, después del año de vida. Antes, no corresponde exponer a los bebés a los
rayos solares o al calor, hay que tenerlos siempre en la sombra e hidratados con leche materna. Cabe recordar, que quienes tuvieron melanomas o cáncer de piel no deben estar expuestos a los rayos del sol y usar un protector alto en todo momento, tanto en invierno como en verano», remarcó la dermatóloga.
Además, la doctora advirtió que hay que estar muy alerta con los medicamentos y la exposición al sol. «Hay ciertos antinflamatorios y antibióticos que con la exposición solar se pueden producir lesiones en la piel importantes y que puedan asustar. Hay plantas que se han popularizado por el hecho de que ayudan al bronceado pero no es así. Una es la ruda, tanto el té de ruda y la exposición de la planta en la piel.
Eso genera manchas en la piel y además puede producir, con respecto a la exposición al sol, lesiones inflamatorias y ampollas que traen mucho ardor. La ruda tiene una sustancia llamada furocumarina que en contacto con el sol se torrna muy irritable y genera lesiones y ampollas que llevan unos días en curar y quedan manchas que llevan meses en desaparecer».
Por último, la doctora recomendó el uso de algunas plantas para los momentos posteriores a la exposición al sol. «El gel del aloe vera es emoliente (suaviza y humecta la piel) y descongestivo. No hay que aplicarlo en una zona que está lastimada, porque la planta puede tener hongos con bacterias que pueden comprometer una herida. También es recomendable el uso de manzanilla o el alfilerillo, que del mismo modo que el aloe vera, actúan como antinflamatorios o descongestivos».