«Busco llegar al corazón de la gente con mis cuentos»

«Busco llegar al corazón de la gente con mis cuentos»

La mente de un escritor nunca está quieta, se encuentra en un constante fluir de palabras, diálogos internos y recuerdos. Cada cierto tiempo emprende un viaje al interior que busca expresar con palabras aquello que se distancia de la comunicación convencional. Pero algo va tomando forma una vez que comienzan a escribir. Desde hace tres años, Sergio Rodríguez explora el poder reconstructivo y liberador de la escritura.

En un diálogo con El Diario, el balcarceño señaló que normalmente escribe relatos cortos, debido a que se crió con los relatos de campo que acompañaban los asados, en donde siempre había alguien que contaba una historia y le agregaba algo, le daba matices. «Vengo de una época en donde sólo escuchábamos la radio, y si teníamos televisión mirábamos dos canales en blanco y negro. Juntarse una noche en un fogón en un campo era de lo más normal, esas anécdotas que nos contaban nuestros abuelos sobre la luz mala u otras historias de fantasía nos quedaban guardadas en la cabeza. Eso estuvo desde siempre y además mantiene viva la costumbre de poder pasar el relato de una generación a otra».

EL ORIGEN DEL RELATO

«Hace muchos años la mayoría de las personas eran analfabetas, por lo cual las historias que nos contaron nuestros abuelos y bisabuelos no las leían en los libros, sino que se iban pasando de generación en generación. Lo mismo cuando escuchas un arrullo de cuna, es la misma que me cantaba mi mamá y su madre a ella. Hoy vivimos una época en donde todo eso se perdió, ya no hay transmisión oral de conocimientos, hoy todo pasa por internet. Si vos querés preguntar algo no acudís a tu abuela, sino a Google. Eso hace que se pierda la magia que traía el relato contado por nuestros abuelos o un grupo de paisanos en el campo».

Es debido a eso que Sergio escribe relatos cortos: «no soy de novelas, nunca escribí una, tampoco cuentos largos, y trato de poner como personajes a gente querida mía. No necesariamente un familiar, un amigo o un vecino, sino alguien que yo considere que no tiene que morir en la historia. Es una forma de reconocer a gente que fui conociendo a lo largo de mi vida», indicó Rodríguez.

Sergio contó que el primer cuento que escribió fue en memoria del «negro» Aguirre, el escrito se llamó «El perro blanco y los demonios». Aquella fue la forma de expresar su enojo por la muerte de su amigo. «Me moví por el dolor, necesitaba contar algo que había sido totalmente injusto», contó Sergio. Con su primera presentación, el balcarceño logró alcanzar el tercer puesto en un concurso celebrado en México en 2021.

«Como a aquellos que escriben canciones o poemas, buscamos trascender. De la misma manera que una persona toma un micrófono cuando quiere decir algo, pero además quiere decirlo bien, que se entienda y llegue al corazón de las personas. Normalmente mis cuentos son anecdóticos, son situaciones que vuelco en cuentos. Si bien mi estilo está relacionado a mi gusto por la ciencia ficción, nunca escribí un cuento relacionado a ese género. Sí cuentos fantásticos y de realidad fantástica, en donde se utiliza la exageración como herramienta para narrar», sostuvo el escritor.

«BUSCO DESPERTAR ALGO EN EL OTRO»

Rodríguez afirmó que no escribe textos costumbristas, busca «despertar algo en el otro». «Llegar al corazón de la gente a través de una anécdota y un golpe de efecto que se dé en el mismo cuento. Esa realidad fantástica, que encontré en muchos autores antes de empezar a escribir, siempre me llamó poderosamente la atención».

«Hoy escribo por rachas, no tengo la disciplina de sentarme y escribir. Simplemente cuando aparece una idea trato de hacer un boceto de una trama, no muy elaborada, a los efectos de tener preparado una especie de guión. Esos bocetos a veces me acompañan en un cuaderno por uno o dos años, no necesariamente siento la necesidad de volcarlo a un cuento en un determinado formato al otro día», reconoció.

UN APASIONADO DE LA LITERATURA

Desde muy joven, Sergio fue un apasionado por la literatura. Entre sus autores favoritos se encuentra García Marquez, de allí su afición por el estilo de realidad fantástica. En su casa atesora libros de la literatura mundial que lo han marcado, como por ejemplo «El viejo y el mar» de Ernest Hemingway, Moby Dick o la Isla del Tesoro. «Siempre he sido muy lector, desde chico. Mi mamá era maestra y vivía comprando colecciones de libros de cultura general siempre apostando a que leyéramos. Y lo mismo pasa con mis hijos, de hecho una de ellos es Licenciada en Literatura».

El escritor balcarceño reconoció que no tiene apuro a la hora de terminar sus escritos. «Cuando veo que necesito limpiar la agenda, tomo algunos cuentos y los termino. Después que el cuento me gusta, que siento que estoy contando algo, trato de hacerle una revisión ortográfica y de estilo para alcanzar la mejor versión. Lo que tiene el cuento corto es que no tenes mucho espacio en las hojas para desarrollar una idea y rematarla. Eso me genera una adrenalina especial, me auto impongo escribir algo corto para obtener un resultado rápido. Y no se trata solamente de escribir, sino de darle un valor para que también sea reconocido. A veces pido consejos a escritores amigos o ellos mismos los revisen para que salga de la mejor manera».

«Lo más difícil a la hora de escribir es hacerlo en los tiempos adecuados, si va a narrar en tercera o primera persona, si es el autor u otra persona la que cuenta la historia o el relato. Si se trata de un personaje ficticio o real. Todo eso hace a la construcción del cuento. Y después pensar a quién va destinado. Cada quien escribe dentro de un marco cultural y de contemporaneidad, en mi caso, que soy un argentino nacido en el siglo XX lo hago de cierta manera. Yo podría escribir sobre la cultura maorí o diferentes religiones, pero uno escribe lo que le tocó vivir en un tiempo determinado».

Por último, Rodríguez mencionó que por el momento no le inquieta la idea de publicar un libro en el corto plazo. «Hoy es muy caro publicar un libro , si lo quisiera hacer posiblemente lo lograría pero a la vez me pregunto si hay un público interesado en leer lo que escribo. Posiblemente algún día publique mis escritos para que estén todos en una especie de compendio, pero no me llama la atención publicar un libro con la expectativa de venderlo. Me gustaría que eso nazca desde el interés de alguna editorial pero no desde el afán mío de ganar dinero con eso. No escribo para buscar el éxito, sino para que a la gente le guste lo que hago», concluyó.