Daniel Bazán: el peluquero de Racing que nunca olvidó a su Balcarce querido

Daniel Bazán: el peluquero de Racing que nunca olvidó a su Balcarce querido

Esta es la historia de Daniel Bazán, un hombre nacido en Balcarce y criado en el campo, bajo la tutela de sus padres y sus abuelos. Con el tiempo se hizo guitarrero y autor, sus grandes pasiones. Hoy, es uno de los personajes más atractivos de Racing Club de Avellaneda.

“Me encanta Balcarce, la ciudad y su gente. Para mí no es solo un sitio demográfico, con un monumento o una plaza, es la gente la que hace que no te olvides, el trato del día a día hacen que uno añore esos lugares”, relató Daniel Bazán a El Diario. Daniel vive en Avellaneda hace 33 años, pero aún recuerda con cariño a su Balcarce natal. Tal es así que el pasado sábado, en la inauguración de la Pulpería “Carlos Máximo Cabrera”, hizo su presentación gracias a una invitación de Horacio Bazán. “Él fue quien me hizo un sitio en su presentación para que yo cantase. Fue lindo reencontrarse con amigos de muchos años”, señaló Daniel.

Daniel Bazán nació en Balcarce el 3 de marzo 1959, desde pequeño ayudó, junto a sus hermanos, en los trabajos y quehaceres del campo. En sus primeros recuerdos, la figura de Dios y la fe cumplen un papel importante en su vida. “Yo siempre tuve una guía espiritual que me ayudó a desandar el camino, desde la crianza de mis abuelos allá en el campo. Recuerdo que a mis 7 años nos juntábamos con mi abuela en el patio lleno de rosas y flores hermosas. Ella nos enseñaba a rezar el Padre Nuestro. Ya nos inculcaba la fe católica para que tuviéramos una guía. No se trataba de una religión, sino de un proceso de formación espiritual”.

“Me crié en una familia con un fundamento espiritual muy acentuado. Desde esa época empezó a florecer mi ser, no me daba cuenta en ese momento porque era muy pequeño”. Y con ello, vino su amor por la música. Allí en el campo, camino a la escuela, empezaba a tararear las primeras melodías. Pisando escarcha pensando que era un juego, aunque después llegaba al aula con los pies duros del frio. “Así empecé con algunas melodías, cantando algo de Palito Ortega o los Iracundos, la música moderna de nuestra época”.

Pero Daniel y su familia seguían atravesados por el campo, eso era lo suyo. “Contrariando heladas, soportando vientos y despuntando amaneceres. Apartando los terneros para ordeñar al otro día, merodeando entre esquiladas, viendo la labor del campo desde adentro. Pero un día tu corazón responde, cuando menos te das cuenta, tu alma comienza a expresarse, y a mí me pasaba a través de la música”.

SU PRIMER CONTACTO CON LA MÚSICA

“Un día veo cruzar a mi tío Raúl por el campo, diciéndole a mi abuelo que llevaba a Susana, mi prima, a cursar guitarra, en ese momento se me iluminaron los ojos. Ahí arrancó mi historia con la música, empecé a insistirle a mi abuelo y mi madre, para que le digan a mi viejo que me lleven. ‘Por qué no lo llevas con la Susana, si te lo llevan y después lo traen’ le dijo mi abuelo.

Y así empezó el pequeño Bazán con sus primeras clases de guitarra, su profesor fue Gigio Smiraglia. “Un tipazo, un profesor que queríamos mucho. Comencé a incursionar en el folclore, practicando las viejas zambas de antaño. Algunos dicen que esas canciones son viejas, pero si vos las guardás en la memoria son actuales, hermano”, enfatizó Bazan. “Ahí empecé a cantar, recuerdo que debuté en el viejo Teatro Municipal junto a mi prima cantando a dúo, creo recordar que nos presentó el "paisano" Cabrera. Después de esa presentación, Gigio nos hizo debutar en un evento de la peña “El Ombú” de Osvaldo Pradas. El tiempo pasó, y yo seguí cantando, buscando sacar mi voz, porque era muy tímido, fueron muchos años de práctica”, agregó el balcarceño.

Hoy Bazán es profesor de canto en Buenos aires, ayudando a quienes quieren manifestarse, a través de la técnica vocal, y no saben cómo hacerlo. “Empecé a competir en los torneos regionales para saber dónde estaba parado. Al principio perdí varios torneos, y entendí lo que significaba la derrota. Años después me anotaría en el Pre CosquÍn, certamen que gano, y posteriormente en festivales tradicionales como la del Ternero o el Potrillo. Hasta que un día deje de competir, quería buscar el artista”.

“BALCARCE, CUANTO TE QUIERO”

El cantautor balcarceño comenzó a escribir canciones en su antigua peluquería, ubicada en Avenida Cereijo (31) y 14. Allí escribió “Balcarce cuanto te quiero”. “En un viaje volviendo de Mendoza, iba mirando por la ventanilla el paisaje mientras pensaba la letra, madurando la idea de venirme para Buenos Aires para ganarme la vida. ‘Qué lindo es volver a verte mi pueblo después de un tiempo, la plaza, el patio de tierra y un mate bajo el alero’. Eso tenía para mí un contenido espiritual y emocional muy profundo, fue mi primera canción”.

“Gracias a un contacto que me hacen con Roberto Cambaré, grabo mi primer cassete con canciones de Roberto, salvo una, la que había escrito yo. Después de lanzar mi cassete en las radios de Balcarce, Mar del Plata y Necochea, me cuentan que Juan Manuel Fangio, mientras volvía de Buenos Aires en su Mercedes, escuchó mi canción. Un día un amigo me invita a una cena que se hacia ese fin de semana en el Museo Fangio, entre la comisión de la Fundación se encontraban Juan Manuel Bordeu y Juan Manuel Fangio. Allí canté por primera vez esa canción. A partir de ahí, cada vez que Fangio iba a Balcarce me quería escuchar. Era algo muy loco, yo no me daba cuenta donde estaba parado”, confesó Bazán.

“Iban a editar un disco para una presentación del museo, en donde iban a a estar muchos cantantes populares de la época. Al ver que yo no estaba en esa lista de artistas Fangio pregunto ‘y el pibe? si no está el pibe, no hay disco” finalmente el disco no se editó. Yo me sentí culpable pero no tenía nada que ver, ahí se hacía lo que decía Fangio”.

Bazán manifestó sentirse afortunado de que Fangio haya elegido su obra como la canción del Museo. “Yo siempre escribo lo que siento, las letras de mis canciones hablan de mi padre, de Dios, incluso de mi árbol que yo tenía en mi casa del campo. Cada vez que me presento a cantar en cualquier lugar, alguien me acerca un borrador para que le ponga música a sus letras, me llama la atención y me encanta que la gente lo haga”.

LLEGADA A AVELLANEDA

Bazán llegó a Buenos Aires a los 29 años a ganarse la vida como cantante, pero el destino tenía otros planes para el pibe de Balcarce. “Yo venía sin rumbo, no sabía muy bien si me iba a terminar dedicando a lo que realmente quería. Me trajo un amigo de mi viejo, Navas. ‘Yo te llevo pibe, así no te perdés tanto’, me dijo. Hago noche en Avellaneda y al otro día empiezo a recorrer la ciudad, a la tardecita paso por la cancha de Racing a visitar las instalaciones, lo que yo quería era ver los títulos”, comentó Bazán, hincha de la Academia desde que tiene uso de razón.

“Recuerdo que llego a la puerta y había dos tipos vestidos de marrón, le pregunto a uno de ellos si puedo pasar y ver las copas. Me dice que no se puede porque había una reunión de Comisión Directiva. Uno de ellos me pregunta de dónde soy, le cuento que soy de Balcarce, que vengo a Buenos Aires a probar suerte. Le conté sobre los festivales, las competiciones, el Pre Cosquín. ‘Te vas a cagar de hambre con la música, es muy duro el ambiente. No te dan pelota si no te conocen’. Me tiró la pálida de una. Seguimos hablando, el tipo era muy amable, me preguntó qué hacía en Balcarce, le dije que aún tenía mi peluquería por si me tenía que volver. Cuando estábamos llegando a la puerta de salida me dice, ¿no te gustaría ser el peluquero de Racing?, pensé que me estaba cargando. Resultó ser el intendente de la sede, ‘si vos querés ahora propongo una moción para ver si podemos instalar una peluquería en el estadio. Te venís la semana que viene, que para esos días es posible que arranques a trabajar acá’.

Y así fue como Bazán, quien tenía pensado probar suerte con la música lejos de su ciudad natal, comienza a ganarse sus primeros pesos como peluquero en el club de sus amores.

EL PELUQUERO SÍMBOLO DE RACING

“Mi peluquería es un rincón de amigos, le he cortado el pelo a gente de Independiente, algunos de ellos incluso han ido con el uniforme del club”. Bazán recuerda muchas anécdotas con jugadores que han pasado por su peluquería, pero una de ellas la conserva con mucha alegría. “Me acuerdo de un pibe de inferiores que vivía en la pensión de Racing, era de Mar del Plata. Se estaba yendo para la casa de su mamá aprovechando su franco pero solo tenía un peso para cortarse el pelo. ‘Quiero ir prolijo, no me corta el pelo y cuando vuelvo del viaje le traigo lo que falta?’ me dijo. ‘Andá’ le dije, ‘no me des nada, con ese peso comprate un paquete de galletitas para el viaje’. A partir de ahí no le cobre a ningún chico de inferiores. Los pibes que en una época vivían en la pensión hoy juegan en Europa, como Lautaro Martínez o Rodri de Paul. Por acá pasaron todos”, dijo Bazán.

Bazán tiene en su repertorio una canción dedicada a la ciudad que lo supo adoptar, “canto a Avellaneda”. Esta canción de Avellaneda fue declarada de interés legislativo y cultural por el Concejo Deliberante en Avellaneda y luego lo propio en Balcarce. “En la vida hay que tener pasión por aquello que nos identifica, en el fútbol, en la política o en la religión. Acá en Racing los chicos me cargan, porque me he convertido casi en un psicólogo para ellos. Porque como todos, también tienen miedos que no le permiten conseguir sus objetivos. Cuando estás por salir a la cancha, o en mi caso cuando el artista tiene que presentarse ante el público, tenés que salir resuelto para que tu mente no te juegue una mala pasada. Yo desde mi lugar lo hablo siempre con los jugadores que vienen a la peluquería. Una palabra puede servir de aliento, y es lo que trato de hacer con cada persona que visita la peluquería”, concluyó.