Una estructura que no otorgó ventajas
Carlos y Santiago Lantella hicieron historia en el automovilismo zonal. Es la primera vez que dos hermanos corriendo en equipo alcanzan un campeonato, en este caso el de la Monomarca Clase 1.
Fue un equipo que funcionó a la perfección. Los dos a la hora de manejar fueron constantes, consecuentes cuidando el auto, sin entrar en roces ni buscar el lucimiento personal y con un medio mecánico que los acompaña para que fecha tras fecha fueran fortaleciendo las expectativas de ir a luchar por cosas importantes, cuando en el arranque de la temporada lejos estaba la idea de pensar en un campeonato y apenas se evaluaba estar en algunas fechas.
ANALISIS DE SANTIAGO
Al alanzar las bases de este logro, Santiago Lantella afirmó que "se fue dando todo de a poco. Creo que el gran envión fue lo que logramos en Olavarría y a partir de esa carrera especial empezamos a correr de otra manera. No se regalaba un puesto sino que se evitaba algún roce para no perder todo. "Carlitos" siempre cuidó el auto y cuando me lo entregaba después de su final era el mismo auto con que el que había clasificado, con un ritmo bárbaro y muy confiable. Así fuimos avanzando hasta alcanzar el objetivo".
Al cabo de las 9 fechas que integraron el calendario de la categoría, al momento del análisis no está preciso señalar que el auto de los hermanos Lantella fue el mejor, pero sí hay que admitir que los balcarceños conformaron la mejor estructura en la fase técnica, deportiva y en el planteo inteligente de cada carrera. Desde allí se fue forjando el título.
Sobre este punto indicó Santiago que "todos los equipos trabajan mucho y hay autos rápidos en la categoría, con mucha paridad. Nosotros también tratamos de hacer lo mejor, aprovechando quizás la situación de que algún rival se caiga y especulando con la exigencia que tenían que afrontar ellos. A pesar de los 45 kilos que cargaba de lastre el auto nos pudimos mantener bien en la última fecha, a pesar del viento y de la temperatura y en la general quedamos en el segundo puesto. A pesar de ese lastre hicimos la pole y ahí se demostró el potencial".
LA PALABRA DE CARLOS
Para Carlos Lantella fue un regreso con gloria. Alejado de la actividad conductiva desde hace algunos años tras su paso por APSE, Carlos fue el gran responsable del desarrollo del auto campeón, que no registró ni un solo abandono a lo largo del año.
"Es muy difícil llegar en todas las carreras. Todo el mundo trabajo, los resultados no son cosas del azar, pero en los fierros siempre te tiene que acompañar una cuota de suerte", afirmó.
El comienzo del año fue con la idea de poder hacer algunas carreras juntos, un proyecto que venían evaluando pero tampoco estaba definido un presupuesto como para afrontar todo el campeonato y, además, pensar en el título.
"La primera fecha la fuimos a disfrutar, corriendo juntos. Por entonces no sabíamos lo que haríamos en el resto del año. Lo fuimos evaluando carrera a carrera, tratando de cuidar el auto, las gomas, no ir a roces porque cualquier situación que le provocara daños al auto nos podía complicar en lo que era el manejo del presupuesto. Olavarría fue el punto de partida como para pensar de firme en cosas importantes y de ahí en adelante todo salió redondo para llegar al campeonato", dijo.
También ratificó la confianza que tenía en Santiago a la hora de manejar, a quien calificó como una "bestia" como piloto. Por el contrario, las dudas las tenía él. "Hacía tiempo que no corría, me encontré con muchos chicos jóvenes que van rápido. Este panorama en cuanto a los pilotos, sumado a nuestro presupuesto no nos hacía pensar en estar peleando arriba".
Además cortaron una serie de malos resultados, corriendo juntos. "En APSE corrimos juntos en las carreras con invitados. Nunca nos fue bien, siempre nos pasaba algo y se frustraba todo. Esta vez todo salió perfecto".