Una celebración que nos fortalece y nos llena de esperanza
Ayer se concretó la edición Nº 40 de la Marcha por la Esperanza “40 años caminando junto a María. La procesión dio inicio a las 16.30 en la Capilla San Cayetano, allí un grupo de niños que tomaron la comunión, acompañó a otra congregación que partió desde la ermita de la Virgen de Luján, ubicada en la intersección de la avenida que lleva su nombre y avenida Dorrego.
Finalmente, en avenida Suipacha se sumó la Parroquia “Santa María” y a partir de allí los grupos se dirigieron hasta la Parroquia “San José”. Allí se ofició la Santa Misa a cargo de monseñor Gabriel Mestre, obispo de la diócesis de Mar del Plata, acompañado del párroco Pablo Etchepareborda y el padre David Ochoa. La ceremonia se llevó a cabo en el atrio ante un importante marco de público.
El obispo se acercó a dialogar con El Diario minutos antes de comenzar la misa y se mostró agradecido por el recibimiento del pueblo balcarceño. “Es una alegría poder participar por primera vez en Balcarce de la Marcha de la Esperanza. Al tratarse de la edición número 40 este año, dialogando con el padre Pablo y David cambiamos las fechas debido al Mundial, por eso lo celebramos hoy. Hicimos el tramo desde San Cayetano hasta la parroquia “San José” con una linda recepción, con la participación de los chicos de la catequesis que hicieron la primera comunión y varios de ellos que hoy vienen para la segunda, tanto de la Parroquia Santa María como de la Parroquia San José. Para el obispo siempre es importante tomar contacto directo y estar presente con la diócesis y esta es una bellísima oportunidad que tenemos aquí en la ciudad”, expresó el Monseñor.
Mestre destacó la importancia de este tipo de eventos tan cercanos a las fiestas. “Un mensaje de esperanza que nos hace asumir las dificultades a nivel personal, sabemos que no estamos atravesando un buen momento en el país, el Mundial nos da esa adrenalina que debemos aprovechar y nos ayuda a redescubrir nuestro sentimiento de argentinos y nuestra fraternidad. Para que las grietas no destruyan el tejido social, cada uno desde nuestro lugar, aceptando las diferencias, debemos colaborar para el bien común y para que haya un Balcarce y una Argentina de hermanos, como todos nos merecemos”, finalizó.
Por su parte, el padre David Ochoa agradeció la presencia del Obispo y dejó un sentido mensaje cargado de fe y optimismo. “Recibir al Obispo para la Marcha de la Esperanza es una alegría para todos nosotros, porque como padre se acerca también a las comunidades para acompañarnos. Necesitamos que María siga sosteniendo nuestra esperanza y nuestra fe en Jesucristo, y más ahora en vísperas de la Navidad. Siempre el fin de año nos lleva a hacer una evaluación y un balance de lo que fue nuestro año. Muchas veces el resultado de ese balance termina siendo negativo por cosas que no logramos alcanzar, pero también tenemos que ver lo bueno de este año. En poder descubrir en lo que hemos crecido y lo que podemos cambiar, tenemos que quedarnos con eso. Jesús, tanto en su palabra como en sus hechos concretos, nos demuestra que tenemos que mirar siempre hacia adelante y estar agradecidos del don de familia y de los amigos, eso nos tiene que fortalecer para seguir caminando en la esperanza y con la confianza que el está con nosotros”, concluyó el Padre Ochoa.