Un proyecto apícola busca duplicar las colmenas y aumentar la producción de miel en la institución
En la última edición de la muestra EduCoAgro, uno de los stands que mayor interés despertó fue el de apicultura. Allí, los visitantes se encontraron con un proyecto pensado no solo como ejercicio escolar, sino también como una respuesta a una necesidad concreta de la institución.
Actualmente, la Escuela Agraria San José vende más miel de la que produce. Para cubrir la demanda, compra parte de la producción a terceros, la procesa y la comercializa junto a la miel obtenida en sus propias colmenas. "La escuela tiene siete colmenas, pero no alcanza. La idea de mi proyecto es aumentar la cantidad y, en lo posible, reducir esa brecha entre lo que producimos y lo que vendemos", explicó a El Diario Bautista, estudiante de sexto año, quien eligió este tema como parte de los trabajos finales que cada alumno debe desarrollar.
DOS CAMINOS POSIBLES: CELDAS REALES O REINAS FECUNDADAS
El corazón del proyecto consiste en comparar dos métodos diferentes para lograr nuevas colmenas. El primero se basa en la celda real, que es la célula donde se desarrolla la reina. "Es una técnica más lenta, porque hay que esperar a que la reina crezca, ponga larvas, que esas larvas eclosionen y la colmena se estabilice. Además, existe el riesgo de que las abejas no acepten a la nueva reina", explicó.
El segundo método es el de la reina fecundada, que consiste en adquirir una reina ya madura, lista para poner larvas a los tres días de ser incorporada. "Es un sistema más rápido y más eficiente, con menos posibilidad de enfermedades. La desventaja es que resulta más caro, mientras que la celda real es mucho más económica", detalló Bautista.
La comparación entre ambos métodos no se limitará al tiempo que demanda cada uno, sino que también se medirá la salud general de la colmena, la capacidad de crecimiento y los costos de implementación.
LA VIDA DENTRO DE LA COLMENA
En su exposición, Bautista compartió con el público cuadros de colmenas reales y explicó cómo se organiza una colonia de abejas. "Una colmena normal está compuesta por abejas obreras, que se encargan de todo menos de poner larvas; la reina, que es la responsable de la postura y los zánganos, que cumplen un único rol: fecundar a la reina", describió.
A través de los panales mostró cómo se distribuyen las distintas celdas. Algunas se utilizan para almacenar miel, otras para guardar polen y otras, selladas, contienen larvas en desarrollo. "Cuando el contenido brilla, generalmente se trata de jarabe, que es lo que ellas comen. Lo producen a partir del polen, aunque en invierno solemos darles suplemento porque el frío y la falta de floración afectan mucho a las colmenas", señaló.
El estudiante también explicó la diferencia entre la miel nueva y la más antigua: "En las celdas claras, la miel es reciente. Cuando la cera se oscurece, significa que es más vieja".
LA FRAGILIDAD DE LAS COLMENAS JÓVENES
Uno de los puntos clave del proyecto es el momento de iniciar nuevas colmenas. Bautista aclaró que los trabajos comenzarán en octubre, cuando las temperaturas acompañen. "Una colmena reciente tiene muchas menos abejas y, por eso, sufre mucho más los cambios climáticos. En primavera, con el calor y la abundancia de polen, se pueden desarrollar hasta llegar a los nueve cuadros que caracterizan a una colmena sana", explicó.
Las colmenas jóvenes suelen arrancar con apenas dos a cuatro cuadros y tardan alrededor de un mes en estabilizarse. Con el tiempo, una colonia puede alcanzar entre 30.000 y 60.000 abejas, en su mayoría obreras. Los zánganos aumentan su número en primavera y verano, pero durante el invierno suelen morir o ser eliminados por las propias obreras, ya que consumen alimento sin cumplir funciones útiles en esa etapa.
EL ROL DE LA REINA Y LA JALEA REAL
Un aspecto que despertó particular interés en los visitantes fue la explicación sobre el origen de la reina. "La reina no nace con esa condición, sino que es una abeja común a la que, en estado de larva, se le da de comer jalea real. Ese alimento especial estimula el desarrollo del aparato reproductivo, algo que las obreras no tienen. Así se crea una nueva reina", explicó Bautista.
El proceso de maduración de la reina lleva entre 15 y 16 días, mientras que las obreras alcanzan la adultez en un tiempo similar y los zánganos demoran unos 21 días. "La función de la reina es solo poner larvas. Si una colmena se queda sin reina, generalmente porque ya estaba débil, queda huérfana y termina muriendo", agregó.
APRENDER EN LA PRÁCTICA
Más allá de lo técnico, el proyecto de Bautista refleja la metodología de enseñanza de la Escuela Agraria. Cada alumno elige un tema para especializarse y debe desarrollar un trabajo de investigación y práctica. "En mi caso es individual, pero tengo el acompañamiento de los profesores. Contamos con una materia específica de gestión de proyectos, donde nos enseñan a escribir, organizar y planificar. Además, cuento con la guía de un profesor de apicultura que me ayudó en toda la parte práctica", comentó.
La experiencia no solo le permitió adquirir conocimientos técnicos, sino también aprender a transmitirlos. Durante la muestra, el estudiante respondió preguntas, mostró cuadros de colmenas y explicó con paciencia cómo funciona el complejo entramado de la vida apícola.
UN APORTE A LA COMUNIDAD
El objetivo final del proyecto va más allá del cumplimiento académico. Al incrementar la cantidad de colmenas, la escuela podrá producir más miel y depender menos de la compra externa. "Quizás no logre cubrir toda la demanda, pero al menos voy a reducir la diferencia que hoy existe entre lo que producimos y lo que vendemos", afirmó Bautista.
En una región con tradición en el trabajo rural, la iniciativa muestra cómo la educación técnica puede transformarse en un aporte concreto a la comunidad, fortaleciendo una producción sustentable y de calidad.
UNA SEMILLA DE FUTURO
El proyecto apícola de Bautista resume el espíritu de la EduCoAgro: formar a los jóvenes en contacto directo con la producción, enseñándoles a investigar, a experimentar y a vincularse con el entorno. Cada colmena nueva que surja de este trabajo será, en definitiva, una muestra de cómo la escuela y los estudiantes construyen conocimiento que trasciende el aula para convertirse en motor de desarrollo local.