Tras 57 años de actividad, Raúl Balinotti y Elvira Alonso cierran su zapatería
Existe una famosa canción que refiere que todo concluye al fin, que todo tiene un final. Y para ellos, el final es hacia una vida de disfrute de la familia, de descanso y por qué no de paseos, luego de una extensa vida de trabajo y sacrificio.
Raúl Balinotti y Elvira Alonso a fin de mes cerrarán su zapatería «Nicol’s», ubicada en el centro de la ciudad, más precisamente en calle 19 entre 18 y Av. Kelly. Anteriormente el local formó parte de la franquicia Salzano.
En charla con El Diario, los protagonistas de esta historia hablaron de su recorrido, de su historia, de anécdotas y lo que anhelan hacer tras el cierre de su negocio.
En su local, mientras atienden a los clientes que aprovechan la liquidación, pero que además los saludan deseándoles suerte en la nueva etapa, Raúl, señaló:
«Vamos a tratar de disfrutar, ya pasó nuestro ciclo de estar en el comercio. Ya somos grandes y estamos contentos con lo que hemos hecho hasta ahora».
La historia
Relatando un poco su recorrido, Elvira, rememoró: «nuestra historia arrancó en un local muy chiquito, que era de la firma Salzano. Estuvimos 4 años sobre Av. Kelly, después a unos metros de aquí, en el Paseo Roca y cuando la firma Salzano se fue de la ciudad, quedamos nosotros con el nombre ‘Nicol’s’. En total, son 57 años de trabajo».
Posteriormente, Raúl, agregó: «nosotros con nuestro local, tenemos 20 años, lo demás fue con la marca esa».
En relación a las ventas que realizaban, Elvira, puntualizó: «se vendían carteras, bolsos para viaje, zapatos para niños, de todo. Era una zapatería muy grande y en la que trabajábamos muchísimo.
Trabajábamos también con la gente de la zona, de lunes a sábados, días de trabajo hermosos, con personas que han sido para nosotros fantásticas. Hemos disfrutado el haber trabajado en el negocio. Somos agradecidos y ahora vamos a descansar».
Tiempo de anécdotas
Tras más de 50 años en el rubro, son infinitas las anécdotas y vivencias que ambos han atravesado en el negocio.
Recordando algunas de ellas, Elvira, contó: «tenemos muchas anécdotas, pero una de ellas es que cuando una persona quería llevar un zapato, se le daba uno para que se probase. Y una vez le dimos el zapato a una persona y nos quedamos con el otro del par, acá. Pasaron los días, nosotros nos quedamos con uno y el señor con otro, hasta que pudimos localizarlo. Son cosas lindas que pasaron, como una familia grande. La cosa era distinta. Aunque ha sido siempre lindo trabajar.
Hemos tenido suerte, porque tuvimos siempre mucho trabajo y clientes hasta el día de hoy».
Por su parte, Raúl agregó: «tuvimos buenos clientes, no nos podemos quejar de la gente»
Retomando el momento de las anécdotas, Raúl, recordó aquella vez que vendió siete carteras a un solo cliente: «fue a un hombre, eran todas carteras de mujer. El muchacho era originario de Brasil. Vino a pasear a Balcarce, entró al local y se llevó siete carteras que estaban expuestas en la vidriera y las iba eligiendo. Nunca me había pasado una cosa igual.
La noticia
Desde principios de septiembre que Raúl y Elvira dieron a conocer la noticia de su retiro y que cerraban la zapatería. Consultados, por la reacción de los vecinos, Elvira, contestó: «nos preguntan mucho el por qué, cómo nos vamos a ir y nosotros les explicamos que ‘estamos grandecitos’, que ya es momento, pero nos dicen: ‘ay, cómo se van a ir’. Pero vienen nuevas generaciones, ahora llegan los nietos, personas que nos dicen: ‘yo venía con mi abuela’, entonces nos damos cuenta de que ya es momento del retiro. Hay que ir a casa».
Otras épocas
Trazando un paralelismo, entre el negocio de antes y el de ahora, Raúl, comentó: «aparte de todo esto, es distinto el trabajo, ahora se venden zapatillas y antes eran zapatos, mocasines. Nosotros tratábamos de calzar los zapatos, hoy le das el calzado, la persona se lo pone y a otra cosa. Ha cambiado mucho todo».
Y Elvira, agregó: «en otra época, vos le ofrecías al señor o la señora que venía a pedirte el zapato y uno llevaba al cliente para que se sentara y uno con su calzador ayudaba a ponerse el zapato. Había que ayudarlos, había que atenderlos. Era otra época».
«Pasearemos»
Con el cierre del local y el retiro perfectamente elegido, Raúl y Elvira señalaron que aprovecharán el tiempo para «pasear».
«Pensamos disfrutar de nuestras nietas que son grandes. Voy a cocinar que es algo que me encanta y estaremos juntos. Nada más, nosotros no tenemos más que agradecimiento: a la gente, a la vida, y a todo. Ahora es momento de estar juntos los dos y ya está. Eso es lo que queremos, disfrutar», cerró Elvira.
Tras la entrevista, uno a uno, fueron entrado al local vecinos y clientes a aprovechar la liquidación de cierre, pero además, no dejaron pasar la oportunidad de felicitar y saludar a Raúl y Elvira, cuya historia, pronto, tendrá un nuevo capítulo, uno quizás con el mismo amor y ocio, pero con más tiempo para disfrutar.