Santiago Mangoni hizo una reseña de su trayectoria

Haciendo un repaso de sus inicios en el karting, el ir avanzando paulatinamente por distintas categorías con la obtención de algunos títulos en el camino hasta la llegada al TC, lograr su sueño de niño e inclusive ganar en dicha categoría, fueron algunos de los temas abordados por Santiago Mangoni en una amplia charla con Carlos Legnani (h) por el Instagram de Campeones.

TIEMPOS INICIALES

Recordó en principio sus primeros pasos, cuando a temprana edad intentó seguir los pasos de su hermano Pablo en el karting. «Quise debutar en una carrera que se hizo en Punta Mogotes, pero por ser menor de siete años no me dejaron», dijo el piloto de Balcarce.

Luego compitió en los circuitos de la zona, participó del Campeonato Argentino y probó suerte en la Fórmula Renault, durante 2004, pero no fue fructífera la experiencia: «corrí unas nueve fechas. Empecé con el equipo Crespi Jr. y después me pasé al de Christian Martínez. No me sentí cómodo con ese tipo de autos».

Tras ese frustrado paso con los monopostos, se abocó en competir en las categorías zonales. Primero en la Monomarca Fiat 1100, con un 128 a bordo del cual peleó el título 2006 con Adrián Oubiña, hasta que al año siguiente pasó a correr en el Turismo Special de la Costa y en 2008 logró el campeonato. «Siempre fui hincha de Chevrolet, porque lo era de Luis Minervino y después de Guillermo Ortelli, pero en TSC salí campeón con Ford», reconoció. «Hugo Sánchez, que fue acompañante de Bordeu, era mi preparador», añadió.

CATEGORIAS MAYORES

Con ese título bajo el brazo comenzó a buscar nuevos horizontes. «Me hubiese encantado correr un año más en TSC con el ‘1’ porque es difícil lograrlo», admitió, aunque tampoco quiso despreciar la chance de arribar al TC Pista Mouras, con un Chevrolet que pertenecía a Leonel Pernía y lo atendía, en Bahía Blanca, Pablo Arana. «Le alquilamos el auto y se lo pagamos con fletes de nuestro camión para una constructora que él tenía en Buenos Aires. Tuvimos la dicha de tener a nuestro padre detrás, que nos ayudaba», destaco Mangoni acerca del respaldo familiar siempre manifiesto.

En su debut en la citada divisional, en el autódromo de La Plata, consiguió la «pole» bajo la lluvia, mientras que al culminar esa temporada 2009 quedó cuarto en el clasificador general, inclusive con dos victorias logradas. Ello le posibilitó pasar al TC Mouras, donde en el torneo de 2010 terminó en la séptima posición.

Al año siguiente se sumó al TC Pista, categoría en la cual en base a su regularidad y un podio (tercero en Paraná) pudo entrar a la Copa de Plata, siendo 2012 con su tercer puesto en el torneo una de sus mejores temporadas. Y si bien en 2013 ganó en las carreras disputadas en los trazados de Rafaela y Toay, esto no le alcanzó para ingresar en el grupo de los 12 que buscaron el título en el Play Off. Desde allí se enfocó en el Turismo Carretera, su máxima ambición.

OBJETIVO ALCANZADO

«Logré romper barreras y cumplir metas», resaltó Mangoni sobre sus progresos en el automovilismo nacional, que tuvo su punto máximo al debutar en la «máxima».

A medida que se fue afianzando, su nombre cobró protagonismo y junto al Torino supo llegar a los primeros planos sobre mediados de 2015, logrando ingresar a la Copa de Oro y registrando una muy buena performance con dos podios: el primero en Paraná detrás de Omar Martínez y el restante en Comodoro Rivadavia, siendo escolta de «Josito»Di Palma.

Luego de un discreto 2016, recibió la autorización de la ACTC para correr con Chevrolet en la temporada siguiente. «Cuando tuvimos la posibilidad de elegir lo hicimos», expresó quien con su propio equipo afrontó aquellas primeras carreras con la marca de su preferencia. Su objetivo era seguir afirmándose en la categoría, hasta que un hecho desafortunado lo marginó por varias semanas de las pistas, cuando el 2 de abril de 2017 en el autódromo de Olavarría, en una jornada que había amanecido con mal tiempo y al momento de la carrera las condiciones de la pista no contaban con la adherencia normal, se provocó un fuerte incidente que involucró al balcarceño, quien fue impactado por Mathias Nolesi tras un roce con Martín Ponte y Próspero Bonelli. «Parecía una carrera más y casi no la cuento. Tuve un momento horrible. Por suerte es un recuerdo malo de un largo trance que lo superé. Si bien recuerdo como fue el accidente, tengo algunos baches. Me costaba respirar en la ambulancia, y cuando lo hacía sentía que tenía un ‘gorgoreo. En el quirófano, el cirujano me explicó lo que tenía: seis costillas quebradas y una perforación en el pulmón. Quedé en sus manos», explicó sobre ese delicado momento.

REPLANTEO Y VICTORIA

«Después del accidente te replanteás si tenés que seguir. Notaba que era difícil porque ya tenía un equipo y gente a cargo», confesó sobre sus dudas de entonces.

Luego de cuatro fechas de ausencia fue dado de alta y  habilitado para correr, hasta que al año siguiente apostó por un proyecto junto a Christian Dose. «Me ayudó mucho. No pude seguir con su atención y le compré el auto y me dio una amplia financiación, y si bien se hizo difícil en un momento cumplirle, mis amigos armaron la peña y con lo recaudado podíamos seguir pagándole», señaló.

Con un presupuesto más holgado tras cumplir con el compromiso económico con Dose, Mangoni volvió a formar su grupo en Balcarce. «Lo que tenía lo invertí y con Alejandro Morguera y Martín Vidal conformamos un gran equipo. Nos fortalecimos y potenciamos como grupo, y empezamos con buenos resultados. Me había ilusionado con andar adelante, pero no triunfar tan rápido. El ganar fue una locura. Fue lo que siempre soñé. Mi carrera deportiva se cierra con eso y lo que pase después es extra», aseguró Santiago Mangoni sobre aquella primera victoria en el TC, el 14 de abril de 2019 en el «Rosendo Hernández» de San Luis.

Ese premio es el resultado de tantos años y momentos de sacrificios, tanto personales como familiares y con el grupo de amigos. «Hoy no lo haría. Pero todo lo justifica el haber ganado en TC el año pasado y con podios y buenos resultados», comentó como cierre el destacado piloto balcarceño.