«Puede que las medidas sean para mejor, pero los jubilados no tenemos tiempo para seguir esperando»
La situación de las entidades intermedias es apremiante en medio de una economía que en general atraviesa una crisis profunda. Los costos no paran de subir y los ingresos son cada vez más acotados y todo ello obliga a un esfuerzo mayor de la dirigencia para tratar de evitar el déficit, poder funcionar con normalidad y así sostener la prestación de servicios.
Y sin dudas que la apuesta se debe redoblar si hablamos de una institución que alberga a gente de la tercera edad, como es el caso de la Asociación de Jubilados y Pensionados «San José de Balcarce». Las premisas son claramente entretener y brindar diferentes propuestas para mejorar el tránsito en esta etapa de la vida.
El Diario visitó la sede de la entidad, donde compartió una charla con su presidente Ricardo Petruccelli; la tesorera, Stella Maris Zoloa; la secretaria, María Dadín y los integrantes de la comisión directiva Domingo Ruberto, Alejo Rodríguez y Pedro Panaggio.
«ESTA SOBREVIVIENDO»
De la palabra del presidente Ricardo Petruccelli se desprende la complejidad de la situación, a pesar de lo cual están tratando de sortear de la mejor manera la crisis.
«Es una institución de muchos años, que gracias a Dios está sobreviviendo. En una casa cuesta, esto cuenta el doble, es una institución grande donde se dan cursos, donde se gasta más en servicios. No estamos exceptuados de nada, pagamos los servicios como cualquiera, hasta la colaboración voluntaria de la salud la pagamos», señaló el titular de la institución.
Un dato importante que apuntó Petruccelli es que no tienen deudas y que los ingresos los generan a través de tertulias o diferentes eventos que pueden ir organizando, ya que sumado a la cuota mensual son los únicos ingresos con los que cuentan.
En ese sentido la tesorera afirmó que «es difícil sostener el caudal de socios». Hay gente que va falleciendo y no se incorporan nuevos. Hay muchos jubilados que son jóvenes y no se acercan porque suponen que la Asociación de Jubilados es para viejos, y no es así. De todas formas, no nos podemos quejar porque hay un buen número de socios, lo que nos ayuda ante la falta de ningún apoyo estatal. Todo lo que hacemos es con recursos genuinos. Organizamos una tertulia por mes. Nos deja algo, pero no lo suficiente por el esfuerzo de la organización. Los costos son elevados».
VARIADAS PROPUESTAS
La actividad en la sede de calle 18 entre 23 y 25, es intensa respecto de las propuestas que allí se ofrecen: clases de memoria, yoga, crochet, gimnasia, folclore, tango, cocina, de tecnología que ya terminó y a la que se le adjudicó especial importancia para que los abuelos se pueden desenvolver con las aplicaciones en los teléfonos celulares, inclusive asistieron a una entidad bancaria para sumar mayor asesoramiento. Y las expectativas que despiertan estos cursos en la gente se ve reflejado en la importante asistencia que tiene cada uno de ellos.
También Zoloa agregó que hay proyectos en carpeta para brindar más servicios, pero siempre está como una cuestión determinante la económica. «Todo tiene un costo, a los profesores hay que pagarles, hay un pago de PAMI a los talleristas, pero es poco y llega con retraso. Por ejemplo, nos encantaría hacer caminatas guiadas, en especial ahora que comienzo a disfrutarse de buenas temperaturas, pero tenemos que pagarle a alguien que los guíe y los acompañe y eso lo tienen que afrontar los jubilados».
ALMUERZO DE FIN DE AÑO
Uno de los puntos sobre los que viene trabajando la comisión es el gran almuerzo a desarrollarse el próximo 8 de diciembre. Se trata del encuentro con el que despedirán el año y además se celebrará un nuevo aniversario de la entidad, fundada el 5 de diciembre de 1976.
Y siempre hay un tema a abordar que es el económico, máxime tratándose de jubilados y pensionados, cuyos magros ingresos no están en condiciones de afrontar una tarjeta costosa. «Estamos definiendo el costo. Se le complica a un jubilado, que en muchos casos son una pareja, por más barata que sea en medio de esta situación económica. Tratamos de que el jubilado pueda venir, que disfrute, que reciba un buen servicio al que está acostumbrado, aunque la ganancia final no sea la que se espera por el gran esfuerzo que es llevar adelante toda la organización».