Olga Zubillaga: una competidora nata que a sus 88 años sigue inspirando a generaciones

Olga Zubillaga: una competidora nata que a sus 88 años sigue inspirando a generaciones

Luego de concluir la trigésima tercera edición de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata, uno de los emblemas de la delegación de Adultos Mayores de nuestra ciudad, Olga Zubillaga y la coordinadora , Sonia del Campo, dialogaron con El Diario para relatar su experiencia. «Me encanta competir, yo siempre voy a los juegos para traerme una medalla, no voy a tirar fichas porque sí, soy competitiva», expresó Olga. A sus 88 años, la balcarceña es un fiel ejemplo de constancia y dedicación por el deporte, convirtiéndose en una figura destacada en cada edición de los Juegos.

Del Campo por su parte expresó que esta fue la primera edición que participa como coordinadora de la delegación de Adultos Mayores. «Si bien todas las ediciones son diferentes, porque hay menos disciplinas, se vive siempre con la misma emoción y cada vivencia es diferente», comentó.

El evento social, deportivo y cultural más importante del país vibró durante cinco días con la presencia de 135 municipios y más de 26.000 deportistas que compitieron en las categorías juveniles, personas con discapacidad, personas mayores y trasplantados. «Los protagonistas siempre buscan el triunfo,  además con mucho compromiso con todos los que trabajamos para ellos, pero no siempre se trae una medalla, lo importante es la experiencia vivida», mencionó la coordinadora. «Este año estuvimos en un lugar muy lindo, donde compartimos momentos con las delegaciones juveniles, fue lindo ver a los chicos compartiendo momentos con los mayores», agregó.

Sonia fue la compañera inseparable de Olga Zubillaga durante todos los días de competencia, Olga es a sus 88 años, reconocida por sus compañeros y rivales como un ejemplo de competitividad y constancia. Durante los 21 años en que participa de los Juegos, ha cosechado una gran cantidad de medallas y trofeos en muchas disciplinas, pero ninguna se compara a las hazañas logradas en el Sapo, su juego predilecto.

RECONOCIMIENTO Y OVACIÓN

En el último día de competencia, en el contexto de la final de la disciplina de Sapo, Olga recibió el mayor trofeo de todos, una mención especial por tantos años de participación en esta disciplina. El momento emotivo se vivió en el hall del Hotel Provincial, en donde la coordinadora de Adultos Mayores de la Provincia, Luciana Ireba, tomó la palabra antes de la premiación para hacer una mención especial hacia Olga. «Se me hizo un nudo en la garganta cuando me nombraron, después abracé a Luciana y me tranquilicé un poquito. Fue una semana especial para mi porque justo durante los Juegos falleció mi hermana y Luciana fue quien me acompañó en todo momento, nunca me dejó sola», explicó Olga. «Fue un trago amargo que me tocó vivir pero pude disfrutar de los juegos», agregó.

«Luciana era muy jovencita cuando empezó como coordinadora de Sapo, y siempre tuvo una relación especial con todos los participantes. Fue una sorpresa el reconocimiento y muy merecido lo tiene Olga, nos emocionamos todos», relató Sonia del Campo. «Es para destacar cómo trabaja y cómo se comporta la gente de Provincia con los adultos, cada vez que voy digo lo mismo y me emociona», añadió.

LA COMPETENCIA EN LA SANGRE

A pesar de que en esta edición no consiguió la medalla, cabe destacar que Olga ha obtenido preseas de plata y oro en años anteriores y también ha representado a Balcarce en los Juegos «Evita» en varias disciplinas. «Yo juego de todo, menos a juegos como el buraco donde tenés que estar concentrado en lo que hacés, y a mi me gusta hablar durante las competencias, cargar al otro, no me gusta dejarlos en paz», dijo con una sonrisa. «Una de las señoras que participó de los juegos me dice, ´que linda tarde pasé con vos´, y yo le dije ‘y las que vas a seguir pasando porque yo voy a volver’, siempre quiero volver, no importa en que  disciplina», agregó.

Damas, chinchon, tejo, escoba, generala, dominó son algunas de las disciplinas en las que Olga disfruta jugar. «Me encanta competir, yo siempre voy a los juegos para traerme una medalla, no voy a tirar fichas porque sí, soy competitiva». Olga lleva la competencia en la piel, tanto que uno de sus nietos le regaló un Sapo con el que practica en el garaje de su casa, «me encanta jugar con mis nietos y con ellos también compito».

El Sapo fue incorporado como disciplina para adultos mayores en los Juegos Nacionales Evita en el año 2008. Es una competencia de precisión, donde los jugadores tratan de introducir las fichas en los agujeros de un mueble elaborado en forma de sapo, logrando como objetivo máximo empotrar la ficha en la boca del sapo. La modalidad del juego es individual y cada jugador posee 12 fichas por ronda, el ganador es el que obtiene la mayor cantidad de puntos en cuatro rondas. Las fichas son de bronce por tener el peso ideal para el lanzamiento. Durante todos estos años Olga sorprendió tanto a sus rivales y coordinadores que fue apodada «Metralleta», debido a la rapidez de sus tiros. «Yo disfruté cada día, cuando terminaba la jornada nos juntábamos con las chicas a jugar a las cartas hasta las 11 de noche», contó.

LA FAMILIA, SU MOTOR DE VIDA

Con este tipo de competencia, Olga tiene la posibilidad de disfrutar de los juegos que se practicaban en su época. Rauch, Ayacucho y Tandil fueron las ciudades que vieron crecer a Olga, allí pasó toda su infancia y sus años en la primaria. De familia numerosa, ella y sus 18 hermanos ayudaban a sus padres en las tareas del campo, mientras que en los ratos libres se dedicaba a jugar, allí comenzó a florecer su gen competitivo. «Siempre fui muy machona, porque siempre andaba a caballo, ayudaba en el tambo a mi papá junto a mis hermanos, ellos siempre me buscaban para hacer cosas. Fue una infancia sana, ya de chiquita me gustaba competir con mis hermanos.

Por último Olga confesó que el amor de su familia fue lo que la llevó a vivir tanto tiempo, a sus 88 años disfruta la vida con pequeñas cosas. «Soy feliz con mi familia, a mi viejo ya no lo tengo pero fue un gran compañero de vida, y lo mismo pasa con el resto de mi familia, somos todos unidos, eso te lleva a vivir tanto tiempo. Ellos siempre están atentos a uno, eso me hace seguir adelante», concluyó.