No todas fueron "rosas" en el último UPD
La celebración del Último Primer Día UPD (festejo de alumnos que ingresan en el último año de sus estudios secundarios), que tuvo lugar el lunes 11 del corriente fue una "verdadera fiesta", sin desbordes ni inconvenientes. Incluso desde Protección Ciudadana se destacó el acompañamiento y apoyo de los muchos padres que ayudaron en las tareas de control para que así ocurriera.
Cabe recordar que hubo "previas", fiesta en un local bailable y caminatas a las escuelas, todo enmarcado en una sana celebración.
Poco después de haber concluido el festejo, el titular del área de Protección Ciudadana resaltó su satisfacción, destacando de manera especial el compromiso de los padres que fue mucho mayor y redundó "en el beneficio de todos porque permitió un mejor control de la situación".
Eso fue lo que se "visibilizó" en cuanto al festejo propiamente dicho, e incluso lo reflejó éste como los demás medios.
Pero con el correr de los días las redes sociales comenzaron a mostrar algunos "excesos" -privados en principio pero que luego tomaron estado público incluso por parte de sus propios involucrados-, lo que generó un fuerte malestar.
En particular, imágenes de alumnas de un establecimiento de gestión privada, con indumentaria del colegio exhibiendo pancartas con leyendas totalmente inapropiadas hacia sus propias personas y hacia la institución a la que pertenecen y gestos rayanos en lo obsceno.
A esto se sumaron fotos de algunos padres acompañando ese ¿festejo? incluso con disfraces y, en algún caso luciendo la vestimenta escolar.
La difusión de las imágenes comenzó a replicarse hasta llegar a las autoridades del colegio, que de inmediato tomaron cartas en el asunto, manejándose el tema de manera estrictamente interna y con las reservas que corresponde.
Pese al lógico hermetismo con que se manejó el tema desde el colegio, se pudo conocer que los responsables fueron convocados, en forma individual, por los directivos que les habrían asegurado que desde las escuela se tomarán sanciones ejempli-ficadoras.
En algunos casos, los menos, habría habido muestras de sincero arrepentimiento y pedidos de disculpa, mientras en otros hasta se habría justificado ese accionar por parte del alumnado y de los propios padres intervinientes (profesionales, empresarios, etc.)
Lo concreto es que desde el establecimiento educativo estarían dispuestos a adoptar las medidas necesarias como para no se vuelvan a producir hechos de estas características y que, a la vez, los responsables comprendan que hay límites de respeto a la institución y a sus propias personas que no pueden ser dejados de lado.