La emoción se adueñó del homenaje a Juan José Troya
El texto que acompaña la imagen sonriente de Juan José Troya, en su desempeño como secretario del Concejo Deliberante, resume lo que era: coherente, responsable e idóneo. Es por eso, y por otras virtudes, que desde 1983 fue reelecto cada dos años en su función más allá del color político del gobierno de turno a nivel municipal. Constituyó esto un hecho sin precedentes en la provincia de Buenos Aires.
Ayer por la tarde, momentos antes de dar inicio la sesión ordinaria, Troya fue recordado a un año de su muerte. Sus hijas, demás familiares, funcionarios municipales, concejales y ex concejales y amigos compartieron el emotivo momento.
Diego Di Fino tuvo a su cargo la apertura del acto refiriéndose a lo que representó el homenajeado como pilar fundamental en el Legislativo desde el año 1983 a 2019.
Luego, el actual presidente del Concejo, Leandro Spinelli, resaltó el aporte que siempre tuvo Troya para con todos los ediles, siendo fuente de permanente consulta. Pero además valoró su sapiencia en materia legislativa y, por sobre todo, su calidez humana.
Un hombre «noble y probo»
Por su parte, el intendente Esteban Reino también manifestó conceptos elogiosos hacia el recordado Troya. Lo calificó de «noble y probo», que «trascendió a un partido político».
Sostuvo que se lo debe recordar a Juan «como un hombre de la democracia. Nosotros podemos ocupar cualquier cargo en la función pública pero Juan logró algo que no todos consiguen: trascendió a las decisiones internas de los espacios políticos. Siempre tenía la palabra justa y medida, apostaba al diálogo y aconsejaba en forma objetiva. Como presidente que uno fue del Concejo Deliberante, se sentía seguro porque lo que hacía era intachable e incuestionable por todos los organismos de contralor. Fue un ser humano extraordinario, buen padre, amigo de sus amigos, buen esposo, buen ciudadano y, reitero, un hombre de la democracia».
Visiblemente emocionada, María Emilia, una de las hijas del recordado secretario del deliberativo, evocó la figura de su padre. «Fue mi mejor amigo. Uno lo necesita porque en casa era fuente de consulta, era una ayuda incondicional. A veces tomo el teléfono y me acuerdo que no está. Está bueno este recuerdo. Agradezco por este reconocimiento».
Finalmente también se refirió a la figura de Troya el exconcejal Martín Pérez. Felicitó a quienes impulsaron este homenaje. Si bien admitió que los homenajes se deben hacer en vida, Juan los tuvo aludiendo a que desde 1983 fue reelecto cada dos años por el partido político ganador de la elección para desempeñarse como secretario.
«Cada dos años se lo elegía por unanimidad destacando sus valores y cualidades. Durante tres períodos fui presidente del cuerpo y me tocó trabajar mucho con él. Sin dudas fue de quien más aprendí».
Agregó que «sabía diferenciar lo que era la amistad de la ideología política y el trabajo. Juan privilegió eso y cada uno de nosotros lo entendió. Es merecido y justo homenaje. Le brindó a este Concejo gran parte de su vida».
DESCUBRIMIENTO DE PLACA
Por último, y en medio de aplausos y muchas lágrimas, María Emilia y María Cecilia, hijas de Juan, y otros familiares, descubrieron la placa que mantendrá vivo el recuerdo de quien por espacio de 36 años ocupó el rol de secretario en medio de un sostenido aplauso, acompañado por muchas lágrimas de los presentes.