La conmovedora historia que une a la concejal Paola Moreno y las grullas

La conmovedora historia que une a  la concejal Paola Moreno y las grullas

Los concejales escuchaban atentamente anteayer en la sesión ordinaria la explicación que ofrecía la concejal Paola Moreno (Juntos por el Cambio) acerca del alcance del proyecto que declaraba de Interés Legislativo y Cultural la iniciativa «Mil grullas por un deseo». Había sido de su autoría como también la idea que acercó a la Sociedad de Protección a la Infancia para que lleve a cabo una campaña para confeccionar y vender mil grullas, que le permitiría generar ingresos económicos, cosa que finalmente ocurrió por el respaldo masivo que tuvo en la comunidad.

Los ediles que conocían su historia de vida no se sorprendieron; el resto, sí. Y todos se vieron movilizados interiormente al escuchar el emotivo relato que por momentos se vio invadido por prolongados silencios. Es que por la mente de Paola se sucedieron recuerdos imborrables de su infancia vividos en lo que fue su segundo hogar durante cuatro años: la Sociedad de Protección a la Infancia.

«Me pregunto que hubiera sido de mí y de tres de mis hermanos si no hubiera existido la Sociedad de Protección a la Infancia» alcanzó a decir antes de que las lágrimas comenzaran a recorrer sus mejillas y su voz se entrecortara.

Siendo niña, y junto a tres de sus hermanos sobre un total de siete, quedaron al cuidado de la institución por espacio de cuatro años a raíz de una prolongada enfermedad que sufrió su madre y que la obligó a estar inmovilizada en su hogar. En tanto, su padre era el único sostén económico de la familia por lo que estaba imposibilitado de cuidarlos.

«Mamá estuvo tres años sin poder caminar y el cuarto año lo dedicó a la rehabilitación. Todo ese tiempo estuvimos al cuidado de Protección», le relató a El Diario.

Aquellos recuerdos permanecen inalterables. Y es por eso que la conmovieron hasta las lágrimas cuando debió explicar la importancia que adquirió el proyecto «Mil grullas por un deseo», basado en una antigua leyenda japonesa que dice que cualquiera que construya mil grullas de papel, recibirá un deseo. Las mil grullas se convirtieron en un símbolo de paz a partir de la historia de Sadako Sasaki, una niña que tenía dos años cuando explotó la bomba de Hiroshima. No pudo curarse de su enfermedad, ni tampoco completar las mil grullas, pero inspiró un mensaje de paz muy fuerte, que todavía llega a los corazones de muchísima gente.

Las mil grullas fueron confeccionadas con el respaldo de Sergio Rodríguez, del área de Cultura, y cerca de treinta familias que se sumaron en forma desinteresada en pos de la propuesta. Detrás de ellas, había un claro deseo: que se ponga fin a la pandemia por el Coronavirus en el mundo.

VOLVER AL SEGUNDO HOGAR

Admitió Moreno que regresó a la Sociedad de Protección a la Infancia después de algo más de treinta años. No le fue fácil hacerlo porque debió superar obstáculos en su interior que parecían infranqueables.

Hoy, ya más aliviada, tiene en claro la importancia que adquiere la educación y la contención en la niñez. La que a ella y sus hermanos le brindaron durante cuatro años en la Sociedad de Protección a la Infancia.