Crudo relato de un enfermo Coronavirus en primera persona
Balcarce está transitando el momento más complicado de la pandemia a causa del Covid-19. Los números que a diario brinda el Comité de Infecciones Respiratorias así lo demuestran por la cantidad de casos -ya se han detectado poco más de 1.300 contagios-, los cuales no disminuyen.
Muchos de los contagiados pudieron transitar la enfermedad sin inconvenientes pero otros padecieron o padecen el aislamiento y los días de internación.
Para visibilizar esta delicada situación, hay quienes han hecho público su propia situación para de esa forma concientizar a los demás de la necesidad de mantener las medidas preventivas para evitar el contagio y no minimizar la situación.
Esta vez El Diario recogió el testimonio de Alberto Pintos, vecino ampliamente conocido en la comunidad por su actividad comercial y también por ser integrante del cuerpo activo de bomberos voluntarios, quien se recupera al igual que su esposa e hijo.
«Mi señora, mi hijo y yo nos contagiamos de Coronavirus de un día para otro, sin previo aviso. Empezaron los síntomas muy duros: fiebre, mucho dolor en el cuerpo y un cansancio extremo. En mí caso, me sentía mal pero aún permanecía en mi casa. El día 5 empecé a saturar mal, además de tener un cuadro febril. Fue entonces cuando debí ser atendido en la guardia del Hospital Municipal Subzonal para ser derivado de inmediato a terapia intensiva. El diagnóstico fue una gran neumonía bilateral por Covid-19. Es una enfermedad en la que te das cuenta que no trata a todos iguales», relató
En los días en que estuvo sometido a cuidados en el área de terapia intensiva, Alberto tomó verdadera dimensión de cómo realizan su trabajo los profesionales de la salud en ese ámbito. «Los profesionales de la salud -narró- ingresan con todos los elementos de protección necesarios para controlarnos y alimentarnos. Lo hacen por poco tiempo en virtud de lo expuesto que se encuentran ante la enfermedad. Esto hace que el contacto humano, tan necesario, sea nulo. Sos vos, el Covid y el equipo de trabajo del Hospital».
Puntualizó luego en la palabra «equipo», a la que le da un valor especial. Consideró que «en la vida somos un equipo y el equipo se cuida entre todos. Tenemos que mirar para los costados siempre y pensar como equipo. En lo personal, en mi familia somos un equipo y actuamos como tal. Mis amigos son otro equipo, unidos por la amistad. Y también tengo el honor de pertenecer a otro equipo como lo es el de los bomberos voluntarios. Uno se siente parte de él pero te das cuenta lo que significa cuando se juntan cuando uno de sus miembros necesita ayuda. Es entonces que uno dice ‘Pucha que vale la pena estar vivo’ para sentirlo. Con esto quiero decir que si como sociedad nos cuidáramos como equipo, mirando al de al lado como uno más y no como un desconocido, podríamos descomprimir un poco este desastre que tenemos instalados entre nosotros. Y lo digo de manera especial por el equipo de trabajo del Hospital, que está desbordado. Por eso es imprescindible ayudarnos entre nosotros, como equipo, a que se contagie la menor cantidad de personas».
En la parte final de su descripción, Alberto Pintos no quiso dejar pasar por alto a los integrantes de cada uno de esos equipos que él nombró: a la familia, a los amigos, a los agentes de salud del Hospital, a los integrantes de la Asociación de Bomberos Voluntarios y al doctor Francisco Vázquez Vismara, «a quien le tocó la difícil tarea de ser el director técnico de la vida de un amigo. Todos estos recuerdos los voy a guardar en mi corazón. Cuidensé como equipo».