«Animales Felices», un proyecto próximo a convertirse en realidad

«Animales Felices», un proyecto próximo a convertirse en realidad

«Hace cinco años hice mi primer rescate, un galguito que se lo saqué a un galguero que lo tenía en pésimas condiciones. Ahí arranqué, primero tranqui y haciendo lo que podía yo sola, tratando de asistir a los perritos del barrio, llevarlos a la veterinaria. Y después al empezar a ver tanto maltrato y abandono en la ciudad, me empecé a enfocar

casi full time, de esto hará unos tres años. Estoy todo el tiempo mirando las redes, viendo y estudiando

los casos, porque algunos son muy complicados».

«Actualmente, según datos del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, la cantidad de perros en situación de calle en territorio bonaerense supera los 6 millones, mientras que a nivel nacional los números son aún más alarmantes: más de 20 millones son aquellos que se encuentran abandonados y en condiciones de extrema vulnerabilidad.

«En Balcarce hay más de 1.000 perros callejeros, sin contar los que padecen maltrato en los fondos de las casas, esclavizados a una cadena con poca agua y comida por el resto de sus vidas.

«Proyecto ‘Animales Felices’ nace hace 2 años, casi sin querer. Es cierto que junto con la problemática están aquellas personas que trabajan día a día para mejorarla. El motor que los moviliza es el compromiso y la empatía por los animales, y, a lo mejor también, el combustible que pone en funcionamiento ese motor es el amor puesto al alcance de los perros que aún no tuvieron la dicha de ser rescatados.

«Es por eso que decidimos que para avanzar con nuestro proyecto era necesario institucionalizarse y ponerle un nombre a la organización.

«Contamos con un pequeño predio de 10 metros de ancho por 40 metros de largo. En dicho lugar queremos construir un piso de material de 2 metros de ancho por 30 metros de largo, luego proceder a armar los caniles donde albergar cada rescatado. Para su comodidad van a tener un espacio de 2 x 2. Los caniles van a ser utilizados solamente para su descanso, ya que durante el día ellos van a ser libres de andar por el predio.

«Animales Felices va a dedicarse a rescatar animales en situación de emergencia, recuperarlos y darlos en adopción a hogares responsables. Por más que quisiéramos rescatarlos a todos, es imposible.

«A esta situación se llegó por falta de políticas públicas sobre la castración, donde deberían castrar a 100 animales por semana, pero con suerte castran a 30. Una política de castración efectiva debe ser masiva, gratuita, sistemática, temprana, extendida y abarcativa. La misión es muy clara: solucionar la situación de sobrepoblación, abandono, crueldad e indiferencia que sufren los perros a través del respeto hacia todas las especies, porque los animales no son cosas que puedan ser utilizadas por el ser humano.

«Repudiamos todo tipo de explotación animal, incluyendo su uso como vestimenta, entretenimiento y experimentación. Y faltan programas estatales de educación sobre respeto y maltrato animal.

 «Al ser una comunidad sin fines de lucro, es fundamental para su supervivencia la colaboración que se recibe de los vecinos y voluntarios que se ofrecen para realizar diferentes tareas y complementar su ayuda, que no siempre es económica. Además de tener una cuenta para recibir donaciones de dinero, en el centro también es bienvenida la colaboración con insumos para menguar el gasto que requiere, por ejemplo una cirugía, la compra de remedios o la comida que consumen los animales diariamente»

TRÁNSITO Y ADOPCIÓN

«Es importante saber, antes de hacer un rescate, si tenemos el espacio y el tiempo para asistirlo. Ponemos muchas cosas sobre la mesa. Lo ideal de un rescate primero es tener un hogar transitorio, donde el animal se recupere para luego ponerlo en adopción. Muchas veces pasa también que los hogares de tránsito terminan siendo hogares permanentes, las familias se encariñan. Pero a medida que van adoptando, es como que se nos cierran más puertas, porque después no contamos más con ese tránsito porque no tienen lugar para recibir otro animal. Generalmente van para mi casa o la de amigos, familiares colaboradores».