Una Jornada de reencuentros, anécdotas y un recorrido por la historia del Colegio “Parroquial”

Una Jornada de reencuentros, anécdotas y un recorrido por la historia del Colegio “Parroquial”

En el marco de sus 100 años de vida, el Colegio Parroquial “Emilio Lamarca” celebró una jornada abierta que permitió a miembros actuales y exintegrantes de su comunidad educativa disfrutar de lindos momentos. Alumnos y docentes que pasaron por la institución compartieron anécdotas y recorrieron el gimnasio que fue “vestido” para la ocasión. Con antiguos pupitres, cuadernos y fotos de todas las promociones de estudiantes que forman parte de la historia del colegio.

100 AÑOS DE CONTINUO CRECIMIENTO

Desde la institución destacaron los valores de la educación, no solo en el área académica sino también en la parte humanitaria. Formando ciudadanos, personas que vivan conforme a las bases del respeto y la empatía. Los directivos agradecieron la presencia de exdocentes, alumnos y autoridades, a su vez, mencionaron cuales son los objetivos de la jornada. “La idea es encontrarnos para recorrer esta escuela y vivirla de manera descontracturada, con recorridos, mates y comida para que cada uno comparta una parte de nuestra historia”, manifestó el representante legal de la escuela, Francisco Ridao.

Ridao señaló que los 100 años de vida de la institución fueron de continuo crecimiento. “Los que visitaron la escuela después de tantos años han notado parte de esa evolución. Hoy estamos dando un salto, poder tener un turno de jardín a la mañana. El colegio parroquial ya cuenta con la primera sección del jardín a la mañana. La idea es que dentro de dos años tengamos jardín a la mañana y a la tarde. Y lo estamos haciendo con mucho esfuerzo, con la ayuda de los papás, que siempre nos han acompañado. Este crecimiento significa que dentro de unos años nos van a encontrar con casi 500 alumnos porque hoy al tener la doble escolaridad vamos a llegar a ese promedio”.

“A MI QUERIDA ESCUELA PARROQUIAL”

Osvaldo Di Gerónimo, exalumno del Colegio Parroquial, fue uno de los tantos que no pudo presenciar la jornada, pero dejó una carta escrita a puño y letra expresando sus sentimientos por tantos años vividos en su escuela. “A mi querida escuela Parroquial. Debido a razones laborales no voy a poder estar presente en este acto en honor a ella. Y como el tren de las palabras nunca se detiene, recuerdo mis primeros años en la institución ofrecido por la escuela. A través de sus maestras, hoy agradezco que con su entusiasmo y amor pude atravesar una primaria con fervor y dinamismo. Abrazo a mi escuela de todas las docentes, de ayer y hoy, para que continúen con la noble tarea de enseñar e instruir al nuevo alumnado en personas de bien”, concluyó.

“Las instituciones se construyen sobre la base de los docentes por eso creo que el corazón de las escuelas son ellos. Las "profes" que están hoy fueron las que armaron esta exposición en base a la idea de traer esos recuerdos en fotos y distintos materiales para recrear viejas épocas”, agregó Ridao.

VALORES CRISTIANOS

Si bien el Colegio “Emilio Lamarca” es muy antiguo, la mayoría de las escuelas parroquiales surgieron en las décadas de los 50 y 60. Y se dio en medio de la lucha “Laica o libre”, un conflicto desatado en el año 1958 entre quienes rechazaban o apoyaban, respectivamente, el propósito del gobierno de autorizar a las universidades privadas a emitir títulos habilitantes. “Mas allá de esa discusión, había muchos padres que querían darle una educación católica a sus hijos. Siendo que gracias a Dios en aquel momento se podía dar catequesis en escuelas estatales. A veces no se habla de Jesús en el aula, porque obviamente hay que dedicarse a otras áreas educativas, pero debemos transmitir la fe cristiana a través de los valores y el estilo de vida. No hace falta ponernos un cartel de ‘ser cristianos’ solamente, sino ser cristianos amando a Dios y al prójimo, que ahí están concentradas todas las enseñanzas de Jesús”, afirmó el Párroco Pablo Etchepareborda.

Por último, el párroco invitó a toda la comunidad educativa a seguir trabajando e intensificando su deseo de formar ciudadanos y cristianos, sobre todo a los docentes que ya no ejercen su profesión en la escuela. “Uno no deja de ser docente por más que se retire, sigan acompañándonos porque la vida sigue, entre todos formamos un clima educativo y formativo que se transmite entre generaciones”.

A su turno, exdirectivos de la institución tomaron la palabra y expresaron su gratitud por poder reencontrarse con antiguos compañeros y recordar lindas épocas vividas. “Hace poco que me fui y cada vez que vuelvo a la escuela me emociono, me encanta ver al equipo que sigue trabajando y a toda la gente con la que compartí lindos momentos”, expresó la exdirectora Mónica Francucci, visiblemente emocionada.

“Yo pasé 10 años en la institución como representante legal, y recuerdo que me llamó la atención ver que los alumnos fueran tan educados y respetuosos la primera vez que ingresé a la escuela. No fue todo color de rosas porque trabajar en educación es exigente, pero valió el esfuerzo, hoy me alegro de ver a casi todas las exdocentes acá”, comentó Alicia Perrone, exrepresentante legal de la escuela.

“Hoy no podía faltar, pasé muchos años en esta escuela”, señaló Pilar, quien ingresó a la escuela en el año 1981 como docente de 4° grado y se desempeñó como preceptora, vicedirectora y directora de la institución. “Cuando me jubilé sentí angustia, añoré mucho mi primera etapa en el Parroquial. Después de retirarme pasaba por acá varias veces a la semana para ver como estaban todos. Estoy agradecida por los valores que han transmitido todas, las que pasaron antes que yo y las que vinieron después”, agregó Pilar Fasciglione, exdirectora del establecimiento.