Un proyecto educativo que une solidaridad y aprendizaje
El Hogar “Dr. Ernesto L. Pinto” recibió esta semana la visita de un grupo de 42 estudiantes del Colegio María Auxiliadora de Mar del Plata, quienes llegaron a la ciudad junto a cinco docentes con el propósito de llevar adelante distintas tareas solidarias. La iniciativa se enmarca en el proyecto institucional denominado “Viaje Solidario”, que promueve el compromiso social y el espíritu de servicio en la comunidad educativa.
Durante la estadía, los jóvenes colaboraron con trabajos de pintura, mantenimiento del jardín y limpieza general de distintos sectores del hogar. Para concretar la acción, la comunidad escolar organizó un bono contribución y gestionó aportes de comercios locales como pinturerías y viveros, que respondieron con donaciones de materiales e insumos.
VOCES DE AGRADECIMIENTO
Mariana Terminiello, directora del Hogar Pinto, celebró la llegada del grupo: “Es una alegría tenerlos. Son chicos maravillosos que vienen a apoyar, acompañar y embellecer el Hogar, que es lo más lindo que pueden hacer”.
Por su parte, Diego, uno de los docentes responsables, explicó que la experiencia nació de la búsqueda de un viaje con un sentido diferente: “Siempre organizamos salidas y campamentos, pero queríamos que los chicos, además de divertirse, pudieran dejar un granito de arena en la comunidad que los recibiera. Nos contactamos con el padre Pablo Etchepareborda y así llegamos a Balcarce, para que vivencien la fe y el amor al prójimo de una manera práctica”.
LA MIRADA DE LOS PROTAGONISTAS
Los alumnos de segundo y tercer año, de entre 13 y 15 años, no dudaron en expresar lo que sintieron. Maxi comentó: “Se siente lindo ayudar a los demás, como dar tu granito de arena en un lugar donde hay necesidades”.
Otro de los jóvenes resaltó el valor de compartir: “Es divertido porque trabajamos en equipo. Primero lijamos, después pintamos, y mientras nos cuidamos entre todos. Al final es gratificante ver cómo queda el lugar”.
Charo, en tanto, destacó el aprendizaje personal: “Esto es una experiencia que te suma, porque no es algo de todos los días. Más allá del trabajo, también está el contacto con los abuelos, que te alimenta espiritualmente”.
UNA EXPERIENCIA QUE TRASCIENDE
La visita no se limitó a las tareas de mantenimiento. Los estudiantes compartieron una merienda con los residentes y participaron de un bingo musical organizado junto a la profesora de Construcción de Ciudadanía, en un espacio pensado para fortalecer lazos afectivos y generar un verdadero intercambio intergeneracional.
Además, el grupo se alojó en la Casa de Retiro San Ignacio, en Los Pinos, lo que permitió extender la convivencia y enriquecer la experiencia comunitaria.
PRIMER PASO DE UN CAMINO LARGO
Para muchos de los adolescentes, fue la primera vez que realizaron un viaje con fines solidarios. “Siempre se hace algún tipo de ayuda desde el colegio, pero esto de viajar a otro lugar y dar una mano es algo que queremos retomar y sostener en el tiempo”, señaló Diego.
La visita culminará con actividades recreativas en la zona serrana, pero el impacto ya se hizo sentir: tanto en los abuelos del Hogar Pinto, que disfrutaron de la compañía, como en los jóvenes que regresarán a Mar del Plata con el recuerdo de haber compartido una experiencia distinta, donde la solidaridad se transformó en aprendizaje.