Un constructor que siente orgullo de exhibir una pieza de su creación en el Museo Fangio
Desde ayer, el Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio atesora una nueva joya mecánica. Ni más ni menos que una réplica de la famosa Bugatti Type 35 Grand Prix, que se fabricó en Francia en la década del veinte del siglo pasado que construyó en su fábrica ubicada en Paraná, Entre Ríos, Jorge Anadón
Era su deseo, como se lo confesó a El Diario, que una de sus flamantes unidades sea exhibida en la tierra del quíntuple campeón del mundo de Fórmula Uno. Y desde ayer lo está haciendo realidad.
Pero también que el presidente del consejo de administración de la Fundación, arquitecto Antonio Mandiola, reveló que era un viejo anhelo que el Museo del Automovilismo pudiera contar, para mostrar a los visitantes, con una de las reliquias que fabrica Anadón en su fábrica Pur Sang (Pura Sangre, que remite al seudónimo que utilizaba el constructor francés Ettore Bugatti para mencionar a su criatura).
«Este vehículo es una pieza espectacular», dijo con asombro. También recordó que el famoso restaurador ya ha puesto en valor otras unidades y participó de distintos eventos junto al Museo como por caso en Autoclásica.
Especialista en construir este único modelo, la Bugatti Type 35, entendiendo que era el que los fanáticos soñaban tener ya que hay muy pocos originales en el mundo, Anadón hoy fabrica unos veinte al año que comercializa en nuestro país y en el exterior. Claro que llegar a esta instancia de producción le tomó cinco años de estudios minuciosos para poder calcar al detalle y en forma artesanal «hasta el último tornillo». Entre matrices, planos e investigaciones para analizar los materiales y los métodos de construcción utilizados en la época de oro de Bugatti, que hizo historia en el automovilismo incipiente, la aventura le demandó una importante inversión.
Anadón se ganó un lugar con joyas de la mecánica que invitan a lustrarlas, admirarlas en una repisa de cristal y hacerlas rugir en un circuito, todo a la vez.
«Fueron muchos años de esfuerzo para llegar a lograr esta reconstrucción por lo que estoy muy feliz de ello», afirmó.
A PURA EMOCIÓN
Además aseguró que estar en el Museo del Automovilismo «es para mí un orgullo nacional. Recordar a Fangio y su historia en su casa es emocionarse como uno muy pocas veces lo hace. Me siento conmovido por poder exhibir una pieza construida en mi fábrica, en Balcarce. No lo había soñado en mi vida. Y encima en Balcarce me tratan con mucho afecto».