Tres jóvenes balcarceños resultaron víctimas de un violento asalto en el acceso a Mar del Plata
Lo que prometía ser una tarde de entretenimiento terminó convirtiéndose en una pesadilla para tres jóvenes de nuestro medio que sufrieron un siniestro vial e instantes después fueron asaltados a plena luz del día.
El hecho tuvo lugar en la tarde del pasado martes, alrededor de las 18 cuando Carlos Abbiate, su novia, Julieta Fernández y Franco Melucci viajaban a bordo de un Ford Focus hacia Mar del Plata con intenciones de ir a ver una obra de teatro.
Metros antes de llegar a la rotonda conocida como "del hipódromo", en el momento que intentaban superar a un vehículo se cruzaron dos perros.
"En ese momento las opciones eran o atropellar a alguno de los animales o chocar contra el otro auto", narró Julieta señalando que el impacto contra uno de los canes fue inevitable.
A raíz del golpe, el perro quedó tendido en la ruta mientras el auto sufrió la rotura del paragolpes, el radiador y se activaron los airbags, por lo que el conductor desplazó el coche hacia un costado estacionándolo sobre la banquina, en proximidades de la villa que hay sobre la mano derecha.
"Había tres chicos de unos trece años sentados que miraban atentos lo que sucedía. Nosotros nos bajamos y tras comprobar que no teníamos ninguna lesión fisica comenzamos a llamar a la grúa para que nos auxiliara mientras la gente del barrio se acercaba para ver al perro pasando inmutables a nuestro lado. Incluso los tres chicos pasaban mirando el auto y haciendo bromas, añadió, puntualizando que en ningún momento imaginaron lo que instantes después les tocaría vivir.
"A los pocos minutos, de la nada, apareció un sujeto encapuchado, todo vestido de negro con un arma en la mano, tirando tiros al aire y gritándonos que nos tiráramos al suelo. No sabemos de donde salió. ¡ Tirénse al suelo o los mato!, gritaba desencajado. No pusimos los tres boca abajo delante del auto. Nos pidió los celulares , nos sacó los relojes, la plata y los anillos. Yo le dije que mi teléfono estaba en el auto, me hizo ir a buscar la cartera, saqué la mochila y se la dí, tras lo que escapó para internarse en la villa. Todo ocurrió en pocos minutos pero pareció una eternidad, cuando el malviviente se alejó los vecinos dijeron haberlo visto subir a un auto, mientras otros comentaron que mientras huía se iba sacando los pantalones ya que tenía otros debajo, como para no poder ser identificado", relató Julieta, agregando que a todo esto, los tres chicos que estaban en el lugar desaparecieron como por arte de magia..
Franco añadió que mientras todo esto sucedía, estando ellos tirados en el piso, a centímetros de la ruta y con un revólver apuntando sobre sus cabezas, eran muchos los automovilistas que pasaban por el lugar pero ninguno atinó a parar.
Después hubo una amplia movilización de patrulleros policiales, automovilistas que se detuvieron … pero ya era tarde, el hecho había sido consumado.
"Decidimos no hacer la denuncia ya que consideramos que de nada servía…", comentaron.
A todo esto ya habían pasado casi dos horas desde el accidente. Un automovilista de Balcarce los auxilió llevándolos de tiro hasta la estación de servicio que está en la entrada del mercado frutihortícola donde debieron esperar hasta las 22 cuando finalmente llegó la grúa.
Quedó la sensación de impotencia, que resultó superior al miedo, y la inexplicable actitud de muchos. "Estábamos al borde de la autovía con el chorro apuntándonos a la cabeza, en pleno día y a la vista de todo el mundo y nadie parecía ver nada…" fue la reflexión final, esperando una explicación que saben de antemano, no llegará.
