Tras 51 años, los socios fundadores de «Pinturería Balcarce» dicen adiós
Tras 51 años, Roberto Cosenza y Oscar Di Marco le dicen adiós a Pinturería Balcarce. El tradicional negocio ubicado en Avenida Kelly entre 23 y 21 pasará a manos de otros dueños el próximo 1 de febrero. Algunos clientes melancólicos, y otros incrédulos, se acercan al local a mostrarles su gratitud a los viejos socios que dicen haber «cumplido un ciclo». El Diario se acercó hasta la pinturería para dialogar con Cosenza y Di Marco, quienes relataron como fueron los primeros años de su negocio, su relación de tantos años y el secreto que los mantuvo unidos hasta el final.
Roberto Cosenza nació en Balcarce en el año 1936, y dedicó dos tercios de su vida a la pinturería, junto a su inseparable socio, Oscar DI Marco, quien lo acompañó desde el principio. «En Balcarce no había pinturerías exclusivas, había ferreterías que vendían pinturas, por eso decidimos iniciar todo esto», expreso Cosenza.
Roberto y Oscar se conocen desde mucho antes de arrancar su emprendimiento, y es que Oscar, con tan solo 13 años ya trabajaba como compañero de Roberto. «Lo tomé para trabajar conmigo en una casa de ferretería, pinturería y forraje. Ahí nos conocimos y estuvimos varios años juntos, con el tiempo decidimos poner una pinturería propia», relató Cosenza.
«Según él, dice que me crió», comentó Di Marco señalando con la cabeza a su socio, ante la risa cómplice de Cristina, la hija de Roberto. «Hoy tengo 77 años, pasamos toda una vida juntos. Somos prácticamente una familia, con altibajos, pero lo normal teniendo en cuenta que pasaron tantos años».
«La pintura era completamente distinta a lo que vemos hoy, venia en pasta y había que prepararla en tarros», explicó Cosenza, señalando una vieja lata de Pintura «Pajarito», la más vendida en aquella época. «Había que prepararla con aceite de lino, aguarrás y «Cola de oro», un barniz que le daba el secante. Y si querías sacarle el brillo le ibas tirando agua. Las tintas color madera también había que prepararlas, se preparaban con un calentador eléctrico y aguarrás. Eso lo revolvíamos durante horas para elaborar la tinta, somos pintureros artesanales. Antes de que las fábricas elaboraran las pinturas latex, se pintaba con cal o tinturas en pasta. «Fue difícil vender las latex al principio, porque la gente no estaba acostumbrada, decía que el agua le iba a sacar la pintura, era todo una novedad».
Generaciones de clientes han pasado por Pinturería Balcarce, y todos mantienen hasta el dia de hoy la más cordial de las relaciones. «Abuelos, hijos y hasta nietos vienen a la pinturería», indicó Di Marco. Y no solo generaciones de clientes han pasado por la pinturería, sino también miembros de la propia familia de Cosenza, han continuado con el legado. «Mi hija Cristina hace años que está con nosotros, es el motor de la pinturería», afirmó orgulloso Roberto. «Nuestras familias tuvieron que aguantar muchas cosas, nos apoyaron. Los primeros años fueron difíciles, pero gracias a Dios salimos adelante», agregó.
Uno de los viajantes que trabaja con nosotros nos preguntó una vez: «Oscar decime como aguantaron ustedes una sociedad, que hay pocas en Balcarce, de cincuenta años». Y yo le conteste que la sociedad es como un matrimonio, no es todo color de rosa. Nosotros quizás estamos diez puntos pero al rato estamos discutiendo, es un tire y afloja muchas veces. Pero eso nos llevó a que nos mantengamos unidos, no nos une la sangre pero somos como una familia», comentó Di Marco. «Lo importante de esto es que llegamos juntos hasta el final, por lo general las sociedades se terminan antes».
«Yo pienso que nuestra amistad y el hecho de estar casi todo el día juntos nos llevó a unirnos más. Nos conocemos mucho, antes de que abra la boca ya se lo que va a decir, y eso le pasa a él conmigo», indicó Cosenza con una sonrisa. «Vivimos muchas etapas, con muchos periodos en donde la economía estaba en problemas, como pasa ahora. Hubo etapas pasables, mejores o peores, pero siempre juntos. Gracias a Dios nunca pensamos en cerrar, siempre seguimos para adelante», sostuvo Di Marco.
Desde el primer día, Pinturería Balcarce funcionó siempre en el mismo lugar, en la zona céntrica de la ciudad, y mantuvo a generaciones de clientes a lo largo de todos estos años. «Gracias a Dios y al pueblo de Balcarce que nos apoyó, llegamos hasta acá». A partir del 1 de febrero, Cosenza y Di Marco ya no estarán en la pinturería, que pasara a manos de otros dueños. «Muchas amigos han venido a saludarnos, algunos no podían creer que ya no vamos a estar más acá después de tanto tiempo», explicó Di Marco.
Hoy Cosenza, a sus 87 años, decidió disfrutar de su tiempo libre. «Es un ciclo que se terminó, a partir de ahora empieza otro. Nos vamos a poder sentar en la plaza, a la sombra, ver la gente pasar y disfrutar del tiempo libre. No me queda más que darle las gracias a todos los clientes que han pasado por la pinturería y por el apoyo recibido», concluyó.