Pro Huerta: soberanía alimentaria y autoabastecimiento desde hace 30 años
Se cumplieron treinta años del inicio del programa Pro Huerta, una política de Estado que se mantuvo a pesar del paso de distintos gobiernos y en el que interactúan el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, junto a los productores, los protagonistas de esta iniciativa que apunta a ofrecer seguridad y soberanía alimentaria en la Argentina.
En Balcarce, el programa que promueve la producción agroecológica de alimentos para el autoabastecimiento, la educación alimentaria, la comercialización en ferias y el rescate de especies, saberes y costumbres populares cuenta con numerosos adeptos.
ABORDAJE TERRITORIAL
«Desde su inicio, el programa, que está dirigido fundamentalmente a familias y productores en situación de vulnerabilidad, se mantiene vigente a partir de la utilización de diversas herramientas y estrategias. Hay un abordaje territorial y es integrado, teniendo siempre como objetivo el desarrollo sustentable con técnicas amigables con el ambiente», explicó Ramona Palmieri, jefa de la Agencia de Extensión Rural Balcarce del INTA y responsable del programa Pro Huerta.
Este programa nació en 1990, con el país inmerso en un contexto de emergencia económica y social. «Tuvo una rápida inserción en la comunidad, perdurando en el tiempo producto del trabajo que realizan las redes de técnicos y los promotores voluntarios como huerteros de nuestra ciudad y de distintas localidades y parajes, integrantes de sociedades de fomento y de otras instituciones, como las escuelas que también ayudan a su difusión. ¿Cómo? Fraccionando y entregando semillas, armando capacitaciones, monitoreos de huertas, etc., con el apoyo de un técnico por territorio. Hoy vemos que las personas se han apropiado del programa y eso hace que sea un éxito», añadió la técnica.
Palmieri mencionó luego a quien durante 21 años estuvo al frente del programa como lo fue la extensionista Nelka Prochotsky, hoy jubilada. «Desde sus inicios fueron muchos los proyectos de granja y huerta impulsados, que en algunos casos derivaron en emprendimientos económicos a partir de la comercialización de los productos excedentes. Actualmente, estamos trabajando en forma conjunta con Desarrollo Social y Medio Ambiente, con el aporte de la Facultad de Ciencias Agrarias y todas las organizaciones sociales, para impulsar un proyecto de huerta comunitaria en este contexto del Covid-19 para lo cual ya se están capacitando familias. Se hará en un espacio del CIC I y lo producido se repartirá entre quienes necesiten ayuda. Además, ese sitio se transformará en un nodo de capacitación», dijo.
Pero eso no es todo. También en el predio donde funciona el vivero municipal, en el obrador ubicado junto al Estadio Municipal se producirán plantines.
LOGROS
La nómina de logros alcanzados por el Pro Huerta son muchos. Se pueden mencionar las capacitaciones sobre alimentación saludable, malezas comestibles, compostaje con lombrices, separado de residuos, diseño de huertas de primavera-verano y otoño-invierno, charlas de nutricionistas sobre alimentación saludable, módulos agroecológicos, proyecto de construcción de un biodigestor en el Colegio Rural «San José» y la feria agroecológica donde se venden dulces, conservas, miel, verduras y productos de cosmética natural, entre otros.
Valoró Palmieri que los emprendedores ofrecen sus productos con el sello de calidad propio.
Otra pata importante del Pro Huerta es el trabajo en las escuelas donde no solo hubo charlas sino también proyectos a partir de la articulación existente. También con el Geriátrico Municipal, la Sociedad de Protección a la Infancia y con la Organización Social de Pueblos Indígenas (OSPI). Y Palmieri, quien además destacó el aporte que hace la Facultad de Ciencias Agrarias, mencionó también el festejo en agosto, mes de la Pachamama, que en esta ocasión será con la difusión de un video en redes sociales producto de la pandemia.
La nómina de logros continúa: multiplicación de huertas en los barrios y entrega de kits de semillas otoño-invierno y primavera-verano (la reciben entre 800 y mil beneficiarios).
De esta manera. El Pro Huerta pone en valor el saber popular que se transmite de generación en generación, rescatando la cultura alimentaria y sustentable.