Pachamama: la cerebración milenaria que nos conecta con la Madre Tierra
Se llevó a cabo en el cerro "El Triunfo" una celebración en agradecimiento a la Pachamama. Esta costumbre ancestral de gratitud a la Madre Tierra estuvo organizada por el INTA de Balcarce, la Municipalidad y descendientes de los pueblos Qom y Calchaquí. La ceremonia, que también contó con el apoyo del Museo Histórico y la Dirección de Gestión Ambiental, estuvo encabezada por Lidia González, descendiente del pueblo Qom y Emeterio Toconas, representante del pueblo Calchaquí. Lidia agradeció la presencia de la comunidad de Balcarce que "año a año va mostrando esa conciencia plena de defender a la Madre Tierra".
Su historia
La leyenda de la Pachamama menciona que agosto es el tiempo de adoración a la Madre Tierra, época de agradecimiento por las cosechas y el buen tiempo, por los animales y la abundancia del suelo. Es por eso que, tradicionalmente, se revive el ritual de gratitud a la tierra, un ritual que sobrevivió a la colonización española y traspasó fronteras.
Los rituales de esta tradición fueron variando con el tiempo, tomando distintas formas y enriqueciéndose con los legados culturales, históricos y sociales de diferentes comunidades. Es así que, de acuerdo a las costumbres ancestrales de cada pueblo, cambia el modo de celebración, incluso actualmente se practica en forma paralela al cristianismo.
Más allá de las diferentes formas en la que cada comunidad lleva adelante sus rituales, la ceremonia aparece como un acto de defensa de las creencias y cosmovisiones de los pueblos originarios, siendo sinónimo de la supervivencia de historias ancestrales y de una visión compleja que une al hombre con su verdadera cuna: la Tierra.
La ceremonia
Lidia González, descendiente del pueblo Qom, pidió en un sentido discurso que los presentes sean "guardianes de nuestra propia casa, nuestra Pachamama". Lidia afirmó que la Madre Tierra ofrece todo, sin esperar nada a cambio, y por ello debemos estar agradecidos. "Tenemos que cuidarla y seguir difundiendo sus derechos. Es un ser vivo, un ser con el que podemos dialogar". La descendiente Qom señaló que debemos recuperar ese diálogo, que "es posible hablar con todo ser vivo que nos rodea, desde los árboles hasta las montañas". Además, agregó que conectarnos con la Madre Tierra nos permite recordar todo lo que nuestros ancestros nos enseñaron.
Por su parte, Emeterio Toconas, representante del pueblo Calchaquí, pidió a la comunidad que proteja a la Madre Tierra y se mostró agradecido por todo lo que nos brinda. "Nosotros cuando nacimos empezamos a crecer alimentados por ella y cuando no estemos más nos va a recibir. Por lo tanto, somos la Pachamama, si cuidamos de ella nos estamos cuidando a nosotros mismos" finalizó emocionado.
Los allegados, junto a sus familias, participaron del ritual brindando ofrendas en la mesa ceremonial. La "huaca" (boca) abierta de la tierra fue alimentada con semillas, vino, frutas, flores, verduras que el público fue depositando en su interior, devolviendo parte de lo que la Madre Tierra nos da. Una vez cumplido el paso, se procedió a cerrar la boca, tapándola con tierra y construyendo sobre ella una apacheta - un montículo de piedra en forma de cono - designándose a dos jóvenes que durante el año serán custodios del lugar que, según explicaron los celebrantes, al recibir esas ofrendas quedarán cargados de una energía especial. Por último, Lidia destacó la presencia de jóvenes y adultos en la celebración. "Me emociona, porque cada vez es más numerosa la cantidad de gente que viene a participar de la celebración" cerró.