La noche balcarceña, una ruleta rusa
Ruleta rusa: un juego que se practica con un revólver cargado con una sola bala. Cada jugador alternativamente hace rotar el tambor del arma y se dispara en la sien. El juego no siempre termina con un jugador muerto; pero en alguna ocasión uno de ellos recibe el tiro.
En eso se ha transformado la noche balcarceña, en especial los fines de semana en cercanías de pubs o boliches, una ruleta rusa. Porque salir a disfrutar horas de esparcimiento en pareja o con amigos incluye la eventualidad de que al transitar en la madrugada por calles de las zonas apuntadas se corra el riesgo de toparse con inadaptados que ponen en riesgo la integridad física de las personas. También suelen producirse enfrentamientos con una agresividad que asombra y que a la luz de los acontecimientos no han terminado de manera trágica por milagro. Hasta ahora, el proyectil no salió, pero cada fin de semana que pasa quedan menos posibilidades de evitarlo.
Quienes tienen la oportunidad de observar estos episodios, relatan que se han dado casos de personas muy agresivas ante transeúntes, provocadoras, pateando a los vehículos que pasan por el lugar, buscando la pelea. En muchos casos se prefiere permanecer dentro de los locales a la espera de que estos individuos se retiren para evitar pasar un mal momento. En otros se va al enfrentamiento, con los resultados conocidos.
Muchas veces son jóvenes los protagonistas, no siempre, como pasó en un grave episodio del último fin de semana. Lo preocupante es que la gravedad de los incidentes va en ascenso. El alcohol, otras sustancias también, están desde hace tiempo metiéndose con virulencia en la vida de la juventud. Y estos episodios son consecuencia de ello.
EXTREMAR MEDIDAS
La actualidad que nos envuelve exige medidas urgentes de prevención y control. Hay en el Concejo Deliberante para su tratamiento un proyecto del oficialismo para la creación de un programa municipal de prevención de la violencia juvenil. La iniciativa prevé multas de hasta 300.000 pesos para los lugares de esparcimiento nocturno que incumplan con la difusión. El proyecto se denomina “Más diversión, menos violencia” y apunta fundamentalmente a la prevención a través de la educación, planificando lineamientos, propuestas, estrategias y acciones dirigidas a la confección del programa con el propósito de erradicar la violencia en todas sus formas, concientizar sobre actos discriminatorios y resolver pacíficamente los conflictos.
Para lograrlo, se propone incorporar en los espacios educativos a los cuales acceden los jóvenes medidas innovadoras que tiendan a promover la salud y proteger a los jóvenes del consumo excesivo de alcohol y adoptar estrategias de prevención en sitios no convencionales (escenarios de la nocturnidad, ámbitos barriales y comunitarios) desarrollando respuestas específicas según se trata de prohibición, regulación o reducción de daños.
MAS CONTROL
Pero más allá del apuntado proyecto que tiene preeminencia hacia los jóvenes, hay otra porción importante de gente que concurre a los lugares de esparcimiento nocturno que está por fuera de ese rango y que también protagoniza incidentes. Por ello, por un lado, hay que potenciar la prevención, apuntando a los jóvenes, pero también hay que intensificar los controles nocturnos en las calles, porque la violencia está enquistada en la sociedad, sin límite de edades, a la espera de dar su zarpazo mortal.
El revólver está cargado. El tambor gira. Por ahora la suerte viene acompañando a los participantes. Pero si el proyectil sale, las consecuencias serán para lamentar.
Se vuelve a repetir la frase… ¿hasta cuándo?....Porque cuando ocurra lo que todos tememos, habrá que ver quién asume las responsabilidades de un episodio que se pudo haber evitado.
