La cuarentena puso a las agencias de quiniela al borde del abismo
La crisis económica generada por la cuarentena golpeó fuerte en la inmensa mayoría de las actividades. De a poco, las que quedaron al margen de las habilitaciones fueron readaptándose, buscando la forma de -al menos- mantenerse a flote. Así surgieron los deliverys, las ventas «bajo cuerda», la atención a domicilio o a puertas cerradas y otras opciones.
Pero hay rubros que quedaron imposibilitados de «rebusque» alguno, lo que los está llevando a un estado crítico a grado extremo.
Entre ellos se cuenta a las agencias de quiniela. De un día para otro debieron cerrar sus puertas y hoy viven una lenta agonía.
La Federación Argentina de Cámaras de Loterías, Quinielas y Afines (FACALQA) advierte que necesitan ser incluidos entre las actividades autorizadas para trabajar. Ponen como ejemplo el permiso otorgado a los locales de pago de servicios, muy similares en cuanto a funcionamiento y dinámica a los comercios del sector de quinielas y agencias. Más de 25 mil bocas directas en todo el país; millones de pesos para el Estado; y decenas de miles de trabajadores corren peligro.
Las agencias locales no escapan a esta preocupante realidad. Los temores son enormes porque, salvo contadas excepciones, sus propietarios deben afrontar gastos de alquiler y sueldos de empleados.
«ESTO ES UN DESASTRE»
«Esto es un desastre» fue una frase común de los agencieros consultados por este medio, asegurando que temen no poder seguir adelante si no se pone en marcha de inmediato la actividad o se les brinda una ayuda económica.
Lo llamativo es que, por otra parte, el Estado es uno de los principales perjudicados con este parate, ya que el juego aporta el tercer ingreso genuino para cada uno de los estados provinciales que es destinado para Salud, Acción Social, Seguridad, etc.
«No somos ricos, vivimos al día como la mayoría de los comerciantes, y generalmente las agencias son negocios familiares con uno o dos empleados a lo sumo», remarcó un agenciero que acumula gran cantidad de años de actividad, clamando por poder retomar el trabajo como única forma de subsistencia.
Una idea que surgió en los últimos días (la inventiva aflora ante la crisis) es la de que se puedan pagar jubilaciones, impuestos y servicios y planes sociales en estos comercios, algo que podría descomprimir a los bancos y que fue muy bien recibido por el Gobierno porque se transformarían en verdaderas unidades funcionales de cada Estado provincial. Pero están analizando cómo adaptar los sistemas y eso puede llevar un poco más de tiempo, tiempo que en realidad no tiene este sector, ni las provincias que también necesitan de esas divisas.
Mientras tanto, en principio tiene complicaciones para acceder a los créditos «blandos» ya que la misma página de AFIP rechaza los pedidos «porque consideran que estamos ganando plata, cuando desde el 20 de marzo a hoy, estamos cerrados» deslizó uno de los consultados.
El drama mayor, claro está, lo tienen las agencias «puras» cuya situación difiere de los kioscos que tiene el juego como un anexo, pudiendo continuar con sus puertas abiertas los que les permite al menos tener un ingreso.
PROTOCOLO
Por lo pronto, a nivel provincial desde el sector exigen la intervención del Instituto Provincial de Loterías y Casinos para volver a trabajar y formalizaron un pedido para poder reabrir los negocios y elaboraron un protocolo.
En el escrito exigieron el depósito correspondiente al 50% de la comisión mensual en carácter de ayuda paliativa que permita afrontar las necesidades básicas y aminorar las pérdidas generadas por la falta de actividad en la captación de apuestas durante la extensión de la cuarentena. Además, solicitaron la bonificación del costo de mantenimiento de las terminales online correspondientes a la totalidad de los días afectados por la suspensión de la actividad y que el último débito correspondiente a marzo sea aplicado de manera parcial y solo a partir de los 30 días posteriores al retorno de la actividad.
«Esto no da para más. No podemos aguantar. Si esto sigue así a junio no llegamos» se sinceran los titulares de las agencias sosteniendo que Lotería y el Gobierno provincial están ausentes mientras ellos tienen sus locales cerrados desde hace más de 50 días y afrontando simultáneamente todos los gastos asociados a la actividad sin ningún tipo de ingresos.
«El comerciante tiene un stock de mercadería que en caso extremo puede guardar o tratar de vender, incluso malvender para tener un ingreso si es necesario, pero nosotros en el mismo momento en que se frenó la actividad quedamos en cero. Es desesperante» afirmó otro colega explicando que por la actividad a la que pertenecen y a la condición tributaria de la mayoría, no encuadran «en ninguna de las categorías a las cuales el Estado brinda asistencia», por lo que se ven en la obligación de requerir ayuda de manera urgente.