Franco Coria brilló con su arte en el Festival Callejero de Cosquín
Una destacada actuación cumplió Franco Coria en lo que constituyó su intervención en los festivales callejeros de Cosquín 2020, que se desarrollaron en paralelo a la actividad en el escenario mayor, nucleando a más de 1.500 exponentes provenientes de distintos puntos de la Argentina.
Dicen muchos que las cosas pasan por algo. Otros dicen que para que pasen primero hay que hacer algo. En el caso de Franco Coria, hubo un poco de las dos situaciones y el desenlace resultó más que satisfactorio para su trayectoria artística.
"Mirando las redes sociales me apareció en el perfil de espectáculos callejeros que se había abierto la convocatoria, había que mandar un videoclip, material discográfico e información de dónde había estado cantando y demás. Yo mandé en septiembre del año pasado y a fines de noviembre me llegó un mail de la comisión oficial del Festival de Cosquín diciéndome que había quedado convocado dentro de los participantes", contó sobre los pasos previos que lo depositaron en tierras cordobesas.
En lo personal le significó un gran empujón, porque a su juicio el folclore surero no cuenta con el reconocimiento que merece y menos en esos grandes festivales. Por ese motivo, que lo hayan tenido en cuenta para que pudiese mostrar todo lo que hace habitualmente, ya fue todo un logro, no sólo por él en lo individual sino por lo surero en sí, para que no se pierda su atractivo.
A partir de allí siguió ensayando, aunque no varió mucho con lo que venía cumplimentando. "Gracias a Dios tengo bastante laburo con las agrupaciones de baile, que me contratan para que las acompañe, entonces es como que voy ensayando seguido, estoy casi todos los días con la guitarra".
MAS DE LO IMAGINADO
Viajó con su novia Sofía y también con una pareja amiga, recorriendo en casi medio día el viaje de ida y arribando para cumplir un martes con su primera presentación.
"Pero fue todo de muchas ansias, de llegar y ver con qué me iba a encontrar, era un mundo que no conocía, si bien fui varias veces pero no como participante. Y por lejos todo superó ampliamente las expectativas que llevaba. Porque iba con cierta incertidumbre sobre lo que podía generar en la gente lo que yo hago, sobre todo por hacer un folclore surero que es más tranquilo, porque no hay chacarera, no hay zamba carpera, no hay cueca. Es un ritmo mucho más tranqui y no sabes cómo va a reaccionar la gente. Pero la respuesta la verdad fue impresionante, a veces no alcanzaba a bajar del escenario y había gente esperando para felicitarme, para saludarme y también para pedirme una foto. Sinceramente me recontra sorprendió y hoy lo pienso y me vuelve a sorprender, porque la verdad estaba con la guitarra solamente y no tenía una segunda guitarra, ni un bombo, ni una batería, ni un bajo. La gran mayoría valoraba el hecho de animarme a subir sólo con la guitarra, de defender con tantas ganas lo tradicional, lo surero".
SU LABOR EN COSQUIN
Había diez escenarios callejeros, con actividades desde las 18 hasta aproximadamente la una de la madrugada, con una gran cantidad de representantes en simultáneo.
Cada participante tenía la posibilidad de cantar dos temas y un bis en caso que la gente así lo solicitara. Coria dijo al respecto que "traté de mantener más o menos el mismo repertorio. Canté 'Quién me enseñó?', una milonga de José Larralde y 'Huella de los malones', de Luis Domingo Berho. Y en el tercer tema que la gente me pedía iba variando con las zambas 'La pasto verde', 'Paisaje sureño', 'No sé qué tiene la noche'. Por ahí la gente aplaudía mucho 'El Orejano', un valsecito que popularizó Cafrune, que es del poeta uruguayo Serafín José García. Trataba de hacer un repertorio que no estuviese muy 'trillado', hacer canciones que no las hagan mucho para realizar algo distinto también".
Eran muchos los nervios, a punto tal que a veces no logaba conciliar el sueño. Por caso, el sábado realizó su paso por el último escenario antes de la final y terminó acostándose alrededor de las cinco de la mañana del domingo, mientras que en el lapso de las siete a las diez se había determinado que desde la comisión llamarían a los quince finalistas que por la noche deberían pugnar por el primer lugar.
"Y no podía dormir, estaba totalmente desvelado y cuando llegó el llamado me agarró medio dormido y no sabía qué hacer. Pero después entró a caer la ficha y ya con eso me daba por hecho", señaló.
Su actuación de ese día ocurrió minutos antes de la hora 20 y, para no ser una excepción, también allí la respuesta de la gente fue muy buena. "Fue distinto a otras veces porque el rubro era cantor surero, es uno solo con su guitarra y nada más. Yo competía contra un solista instrumental, una agrupación de baile, un conjunto vocal que podía meter todos los instrumentos que quisieran. Y ahí quedó el Destacado y las tres Menciones que dieron este año, que fueron todas por igual, con el mismo valor cada una", añadió.
BALANCE MAS QUE POSITIVO
Una vez culminada su labor en los festivales callejeros de Cosquín, el artista balcarceño dedicó un instante a realizar una síntesis de lo vivido y se le juntaron el orgullo y la emoción.
Sobre este particular destacó que "el balance es recontra positivo. Hay participantes que hace diez años que van y ni siquiera han pasado a la final, por eso para mí el hecho de ser la primera vez que fui, haberme metido en la final y encima lograr una Mención, me doy como más que ganador. Si bien tiene ese gustito diferente porque de haber ganado estaría el año que viene en el escenario mayor, pero seguiré intentando".
Pero no culmina solamente ahí su satisfacción, sino que se amplía porque también manifiesta su satisfacción por haber contribuido con su granito de arena a la reivindicación de lo surero, lo cual considera un premio extra. "Más me llena de orgullo por haber logrado que lo surero vuelva a resurgir. Desde mi lugar no sé si será poco o mucho, pero que la gente grande como joven se me arrime y me diga 'flaco no le aflojés, seguí por este camino', con eso me doy por pagado".