El proyecto está, falta la plata
En más de una oportunidad los vecinos que se domicilian en el sector delimitado por la ruta provincial 77 (prolongación de la avenida Favaloro) y las calles 21, 50 y 56 han padecido ante cada lluvia intensa la problemática de la acumulación de agua en virtud de que el terreno es bajo y el escurrimiento no se da de manera natural.
Muchos fueron los que rellenaron los terrenos previo a levantar su casa mientras que el Municipio llevó a cabo el alteo de las calles para acercar un alivio aunque la solución de fondo requiere de la elaboración de un proyecto hidráulico que posibilite con la concreción de las obras poner fin al problema.
¿Existe ese necesario proyecto? El interrogante buscó tener una respuesta durante el debate entre los concejales en la sesión ordinaria de anteanoche.
Fue Juan Pablo Vismara (Unidad Ciudadana) quien reconoció que el inconveniente planteado tiene muchos años, incluso antes de que aparecieran las primeras edificaciones que durante esta década se aceleraron con la aparición del programa ProCrear.
«El problema es complejo» consideró el concejal quien seguidamente remarcó que la ruta 77 «genera una especie de dique de contención impidiendo que el agua corra. Por ello es que se requiere de un estudio de ingeniería adecuado y luego una importante inversión económica para acercar una solución definitiva».
Esta preocupación se vio plasmada en un proyecto de comunicación en el cual Unidad Ciudadana se preguntó si existe un estudio hidráulico que posibilite poner fin a la acumulación de agua en ese sector de la ciudad. Si es que fue confeccionado, añadió Vismara, «se puede entonces gestionar el dinero para la obra ante los organismos que correspondan».
HAY PROYECTO
Fue el concejal Leandro Spinelli (Cambiemos) quien respondió a la inquietud de la oposición afirmando que el proyecto reclamado existe y que el paso siguiente es ante Provincia y Nación procurar obtener los fondos para su ejecución.
Mientras tanto, subrayó el concejal que «se ha avanzado en ese sector con el alteo de calles y una serie de canalizaciones para aliviar la problemática. Sabemos que no es suficiente pero se pudo lograr que las aguas escurran. No obstante, los vecinos se pueden quedar tranquilos. El proyecto hidráulico existe por lo que resta evaluar y gestionar la disponibilidad de recursos económicos para su ejecución. Entre las obras a construir figura un puente para que por debajo pueda encontrar salida el agua. Pero entiendo que no demoraría mucho en empezar a concretarse la iniciativa», acotó Spinelli.
Por otra parte, y para evitar que inconvenientes como el señalado se repitan es que indicó que «debemos plantearnos como desafío que de aquí en adelante los loteos cuenten con un estudio de factibilidad hidráulica y al propietario que carezca del mismo no se le habilite llevar a cabo emprendimiento inmobiliario alguno. Debemos evitar males mayores. Muchas son las familias que con un gran esfuerzo encaran el sueño de la casa propia y cuanto lo logran aparecen los problemas».
En la misma sintonía opinó Sol Di Gerónimo (Frente para la Victoria). «Debemos comprometernos los concejales a no aprobar nuevas habilitaciones en sitios que no son adecuados pero nos encontramos atados a una cuestión legal porque los pedidos vienen avalados por firmas de profesionales y uno entiende que éstos les informaron previamente a sus poseedores acerca de las características del lote. Entendemos también las necesidades de la gente. Incluso hay loteos que no podemos exigir la factibilidad hidráulica porque fueron usurpados», comentó.
UNA IDEA
En la parte final del debate fue el concejal Raúl Teijeiro (Cambiemos) quien aportó una idea para aplicar a futuro aunque puso especial énfasis en dejar en claro que el autor de la misma era el arquitecto Carlos Crotto, exsecretario de Obras Públicas. «El negocio inmobiliario, sabemos, es imparable por la necesidad existente. El remedio que tiene cualquier gobierno es la zoonificación que permite establecer las zonas aptas para edificar. Las construcciones a las que estamos haciendo referencia se efectuaron en lotes bajos donde hubo una laguna. Allí no debió edificarse. Pero no hay que llorar sobre la leche derramada», dijo.
Fue entonces cuando consideró que una «buena idea», refiriéndose al comentario que le había hecho Crotto, es que cada terreno cuente con una especie de célula adscripta que tenga una calificación según los servicios que tendrá y cuándo. «Balcarce no está edificado sobre un terreno plano. De hecho, se está construyendo un troncal sobre calle 48 con una estación de bombeo para permitir sacar los efluentes cloacales. Hay que ser muy cuidadosos dónde se autoriza un loteo. Entiendo que esta idea se podría aplicar en los futuros loteos», acotó.
Por último, y previo paso a la votación, que contó con la aprobación unánime del cuerpo, su presidente Gustavo Bianchini hizo una acotación no política sino de carácter profesional: «Sabido es que los arquitectos tienen un grado de incumbencia pero en realidad hace falta, y así lo ha reclamado el propio Colegio, un profesional de la ingeniería para analizar cuestiones hidráulicas».