El Padre David Ochoa fue designado Capellán de la Fragata Libertad; sostuvo que «es un regalo de Dios»
Juan Pablo II invitó hace años a «Navegar mar adentro», tomando la palabra de Jesús a Simón. Meterse en lo profundo, ir mar adentro, supone reconocer en la voz de Jesús aquella invitación suya de colaborar con El en la tarea de evangelización.
El Padre David Ochoa, vivirá muy pronto su propia experiencia de literalmente navegar mar adentro para evangelizar.
Lo hará al haber sido designado Capellán del viaje anual de instrucción de nuestro buque insignia, la Fragata Libertad.
Todos los años se designa entre todos los capellanes del país quien tendrá la posibilidad de ser el sacerdote que acompañe en el viaje de seis meses que realiza esta embarcación recorriendo gran parte del mundo.
Este año el Obispo Santiago Olivera, de quien dependen todas las capellanías castrenses del país convocó al Padre Ochoa para dicha misión, la que no dudó en aceptar.
Cargado de expectativas, en medio de los preparativos, en diálogo con El Diario el sacerdote, quien está al frente de la Parroquia Santa María desde hace menos de un año y lleva ya seis años como capellán de la base Naval de Mar del Plata habló sobre esta experiencia que se apresta a transitar.
«Yo ahora (el lunes) viajo a Buenos Aires para hacer toda la parte de la preparación física y el 11 abordamos la fragata y comienza la instrucción de lo que es la movilización dentro de la misma, hasta el 17 de agosto día de la partida», adelantó señalando que el recorrido completo se calcula en seis meses dependiendo del clima ya que se viaja mucho a vela y los motores solo se utilizan en algún momento en alta mar y en arribo a puerto.
El recorrido será partiendo de Buenos Aires hacia Brasil para pasar de allí a Inglaterra, España, Francia, Portugal , Irlanda y cruzar a Boston, Miami, Puerto Rico, Brasil, Uruguay y finalmente Buenos Aires .
¿Que sintió en el momento en que se enteró de la designación?
«Lo primero fue una alegría enorme ya que no me lo esperaba. Fue un regalo de Dios, No era algo que lo había soñado. Aunque siempre tuve el deseo de hacer una navegación larga nunca imaginé que sería en la Fragata Libertad que es un ícono de la Republica sobre todo por lo que simboliza diplomáticamente en los distintos países. Es una representación, una embajada. Hay una historia muy importante y un peso muy grande en eso Es una alegría y a la vez un peso la responsabilidad y el compromiso de lo que vamos a hacer al representar a la Argentina en los distintos países. A mi me va a tocar la parte protocolar».
¿Ha tenido ya alguna experiencia de navegación?
«No en viajes largos, he navegado en alguna corbeta».
¿Será el único civil a bordo?
«No, hay varios civiles, hay profesores de instrucción tanto del liceo naval como de la escuela de mecánica y científicos que acompañan para poder hacer sus estudios» .
¿Cuáles serán sus tareas a bordo?
«Desde lo pastoral se me pide acompañamiento de los cerca de 350 integrantes del grupo, tanto en la formación de lo que son los sacramentos como en los oficios religiosos y brindar charlas durante el período de instrucción, desde los valores humanos, virtudes, ética moral, familia, etc.
¿Esto significa que no alcanzan solo a los católicos?
«Las charlas son parte de la formación humana, participan todos, después, para lo que es la formación en los sacramentos es optativo».
¿Cuales son sus expectativas?
«Imagino que será una experiencia que me ayude como sacerdote como lo fue el haber asumido la capellanía de la Armada en su momento, que fue algo muy especial porque uno piensa la iglesia solo para los laicos o bautizados, creyentes, que organiza en los barrios. En las parroquias es mucho más fácil porque vienen los que quieren venir, acá es salir al encuentro de todas las personas. En la Base Naval hay 2.000 personas entre civiles y militares que son 2.000 familias y yo soy el único sacerdote para todos ellos. Soy el que se tiene que acercar, el que tiene que ir. Eso que se plantea tanto desde la iglesia, una iglesia abierta, sinodal, que sale al encuentro y la escucha del otro se concretizó en las fuerzas armadas. Yo lo ví como una experiencia nueva y una pastoral muy distinta ya que se realiza en los lugares de trabajo y yo tengo que ir para encontrarnos, para charlar… Después sí se va confraternizando y con algunos hemos compartido cenas , visitas a las familias , bendecir las casas o simplemente tomar unos mates o un café. Pero el encuentro lotiene que suscitar uno, es uno el que tiene que ir al encuentro del otro; que no está mal porque es lo que hacía Jesús, que no se quedó en un lugar esperando que la gente lo fuera a ver sino que fue recorriendo los caminos, los pueblos, saliendo al encuentro de los demás. Creo que hoy la experiencia de navegación va a ser eso, salir al encuentro del otro, del hermano… pero en un ámbito distinto y eso es lo que genera riqueza, la amplitud de lo que es la pastoral, de no enfrascarnos viendo que la pastoral es que el cura esté en la parroquia para confesar, para celebrar misa y esperar que vengan a golpearle la puerta, sino salir a buscar a los demás….»
¿Qué es lo que imagina más atractivo del viaje?
«Los contextos pueden variar y la gente puede cambiar pero lo importante es lo que pasa por el poder crecer en ese encuentro con los demás y el poder crecer como sacerdote Creo que me va ayudar mucho a madurar un montón de cosas. Son seis meses lejos de la comunidad, de mi familia, de nuestra Patria y cuando uno se va de casa crece siempre, valora un montón lo que es la familia, su entorno. Después, el resto serán como condimentos que van a ayudar a enriquecer lo que va a ser el viaje. Vamos a poder conocer algo de otros países Hay lugares en los que vamos a estar tres o cuatro días; en otros hasta siete días. Vamos a tener tiempo de recorrer, conocer; pero esas son como excusas para poder llegar a esto de profundizar en lo humano».
