Dos balcarceños fueron testigos de la elección del Papa en el Vaticano
Laura Galván y su hijo Manuel Lana, oriundos de Balcarce, vivieron una experiencia inolvidable al presenciar en Roma la elección del nuevo pontífice. Desde la Plaza San Pedro, compartieron con El Diario sus emociones al ser parte de un momento histórico para la Iglesia Católica.
UNA JORNADA INESPERADA Y EMOCIONANTE
El pasado 8 de mayo, la Plaza San Pedro en Roma se convirtió en el epicentro de la atención mundial cuando, a las 18:07 horas, la tradicional fumata blanca anunció la elección del nuevo Papa. El cardenal Dominique Mamberti proclamó el "Habemus Papam", revelando que el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost sería el nuevo líder de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV .
Entre la multitud que se congregó espontáneamente en la plaza estaban Laura Galván y su hijo Manuel Lana, dos balcarceños que se encontraban de viaje en Roma. En diálogo con El Diario, Laura relató:
"Vivimos un momento inolvidable, salimos a la calle rumbo a la plaza y escuchamos las campanas. Todo el mundo salió corriendo, nosotros hicimos lo mismo hasta que llegamos a la Plaza San Pietro. Pudimos ser partícipes y vivenciar ese momento inolvidable para nosotros".
UNA ELECCIÓN CON RAÍCES AMERICANAS
La elección de León XIV marcó un hito en la historia de la Iglesia Católica. Nacido en Chicago en 1955, Robert Francis Prevost se convirtió en el primer pontífice estadounidense y el primer miembro de la Orden de San Agustín en ocupar el cargo. Su trayectoria incluye una destacada labor misionera en Perú, donde fue obispo de Chiclayo, y su reciente desempeño como prefecto del Dicasterio para los Obispos .
En su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV expresó su gratitud y abogó por una Iglesia misionera, acogedora y sinodal. Además, rindió homenaje a su conexión con América Latina, especialmente con Perú, donde sirvió como obispo .
Para Laura y Manuel, la experiencia de presenciar la elección del nuevo Papa en el corazón del Vaticano quedará grabada en su memoria. Su testimonio refleja la emoción y el asombro de ser parte de un acontecimiento que trasciende fronteras y culturas, uniendo a fieles de todo el mundo en un momento de renovación espiritual.
Desde Balcarce hasta Roma, la historia de Laura y Manuel es un ejemplo de cómo la fe y la providencia pueden brindar experiencias únicas e inolvidables.
