Diecisiete años de cárcel para el sargento que violó a su propia hija: "Hay que ser valientes y denunciar"
La mamá de la nena que fue abusada durante años por su propio padre, quien llegó a cumplir funciones como sargento en la Policía de la Provincia de Buenos Aires, expresó “alivio” después de escuchar la condena a 17 años de prisión que dictó este miércoles por unanimidad el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Mar del Plata.
Si bien la mujer, a través de su abogado, había reclamado una pena a 20 años de cárcel contra el violador, se mostró satisfecha con el dictamen de los jueces Federico Wacker Schroder, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro y consideró que permite abrir una nueva etapa en la vida de la familia.
“Para nosotros esto significa poder vivir tranquilos, estar bien. Realmente es cerrar una etapa. Es un alivio ver que mi hija hoy puede reír. Estoy agradecida por el acompañamiento que recibimos porque ha sido mucho”, dijo Julieta, al ser consultada por el portal 0223 después de la lectura del fallo.
La mujer, además, aseguró que nunca pudo en duda la palabra de su hija, quien se animó a contar el tormento sexual que había sufrido en manos de R.N.F. –sus datos se mantienen en reserva para no identificar a la víctima- en plena pandemia. “Sé que a veces esto no pasa pero yo siempre la escuché a ella y hoy podemos decir que se hizo Justicia”, aseveró.
Antes de dar por finalizada la audiencia de lectura de la sentencia, el juez Sueyro se tomó unos minutos para agradecer al padrastro de la víctima por la contención que le brindó a la niña y a la familia para afrontar este duro proceso. “La verdad que me sorprendió. La fiscal me reconoció que los jueces no hacen estas cosas”, destacó Ariel.
Tras la condena, R.N.F seguirá alojado en la cárcel de Batán, donde se encuentra desde septiembre de 2021 una vez que se le dictó una medida de prisión preventiva que solicitó la fiscal Gómez ante la Justicia de Garantías.
El expolicía había sido denunciado por la mujer con la que tuvo una hija después de tomar conocimiento del tormento sexual que había sufrido desde pequeña en manos de su padre. Fue la propia víctima la que rompió el silencio, en plena pandemia del Covid-19, y se animó a contarle a la mamá los abusos que había padecido en forma reiterada desde que tenía 8 años. Para ese entonces, la mujer ya estaba separada del sargento desde hace tiempo.
Los ataques sexuales se habrían repetido de manera semanal en los distintos domicilios que ocupó el acusado. En los primeros años fueron manoseos, pero cuando la niña cumplió los 11 los abusos escalaron y fueron con acceso carnal. (0223)