Con una cámara oculta filmó más de 20 videos manteniendo prácticas sexuales

Con una cámara de pequeñas dimensiones que simulaba ser una lapicera, el detenido filmaba sus prácticas sexuales.
La presunción de la Justicia de que el material secuestrado en el segundo allanamiento en la vivienda de Barboni practicado el 26 del mes pasado podría contener información que lo comprometería aún más en la causa que lleva adelante la Justicia por los delitos de corrupción de menores y abuso sexual, entre otros, finalmente se confirmó.
La denuncia de una persona que derivó en este procedimiento fue clave para avanzar en la investigación en la cual está imputado Alberto Barboni (72 años), actualmente detenido y alojado en la Unidad Penal 15 de Batán desde hace exactamente un mes.
Se supo en fuentes de la Fiscalía Descentralizada Local que los peritos encontraron 21 videos filmados por Barboni en los cuales mantiene prácticas sexuales con varones, algunos de los cuales podrían ser menores de edad.
Las imágenes, se explicó, fueron captadas con una cámara de pequeñas dimensiones que simulaba ser una lapicera, la cual colocaba en un lugar preciso sin que llame la atención.
El fiscal Rodolfo Moure lleva adelante la causa caratulada "grooming, corrupción de menores, abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual en grado de tentativa y promoción de la prostitución de un menor de edad".
Con relación a los videos hallados, se indicó que fueron obtenidos a través de una cámara oculta durante los años 2012 y 2013.
LA INVESTIGACION
Esta causa se inició a principios del mes pasado a partir de la denuncia de la madre de un adolescente de 14 años, que descubrió que éste mantenía contacto a través del Facebook con una persona cuyo perfil en la red social parecía falso.
El exprofesor usaba en esa red social los seudónimos "Juan Salvador Gaviota" o "Joaquín Barbarrosa". La maniobra de captación consistía, según la investigación, en hacerse amigo y posteriormente realizar un juego en el que las víctimas tenían que encontrar dinero que les dejaba en la plaza Libertad. Así ganaba su confianza y luego coordinaba un encuentro en el que les proponía mantener alguna práctica sexual a cambio de dinero.
El fiscal Moure profundizó la pesquisa logrando establecer que el perfil era usado por el exdocente acusado. Así fue como ordenó un seguimiento. Cuando los uniformados lo observaron circulando a bordo de un automóvil Toyota Corolla con dos jóvenes a bordo, ordenó su interceptación. Teniendo en cuenta que ambos jóvenes eran mayores de edad, no hubo ninguna detención. Pero sí pidió al Juzgado de Garantías, y consiguió, la autorización para practicar un allanamiento en la casa del por ese entonces sospechoso, en la calle 19 entre 12 y 14. Allí se secuestraron computadoras y teléfonos celulares que están siendo periciados.
El imputado siguió en libertad a raíz de la eximición de prisión presentada y aceptada por la Cámara de Apelaciones, pero el fiscal Moure volvió a pedir un allanamiento a la casa ante el relato preciso de un hombre que se animó a contar su historia. El juez Tapia lo permitió y allí se secuestraron unidades de almacenamiento digital cuyo contenido se conoció en las últimas horas. "Estamos ante un episodio que requiere muchísima prudencia y que podría derivar en múltiples denuncias", expresó el fiscal Moure.