Balcarceño narra su experiencia como voluntario en la prueba de una vacuna contra el coronavirus
«Buscan voluntarios en la Argentina para probar vacunas contra el Covid-19». Así rezaba la información que en diferentes medios nacionales se conoció hace ya varios meses indicando que se abría dicha posibilidad.
La noticia resultó indiferente para muchos, pero tentó a aquellos que se sintieron atraídos ante la posibilidad de ser parte de esta experiencia que quizás se convierta en un futuro cercano en la tabla de salvación ante el Coronavirus.
Entre los que no dudaron en anotarse como voluntarios hubo un balcarceño que tras inscribirse superó los distintos pasos hasta ser aceptado y formar parte de quienes ya recibieron la primera inoculación y hoy están experimentando todo el proceso de controles y estudios a los que deben someterse durante casi un año hasta tener el resultado final de la prueba,
Juan Esteban Divito (33) es ese voluntario que hoy, en diálogo con El Diario narra la experiencia que vive desde el mismo momento en que decidió ofrecerse como voluntario, pasando por todas las etapas que ha ido superando y las expectativas que tiene para el camino que aún le resta recorrer en esta vivencia
¿Cómo y cuándo surgió la idea de anotarte como voluntario?
«En el mes de julio vi la convocatoria de Fundación Huésped en redes sociales, buscaban voluntarios para el testeo Fase 3 de una vacuna para Covid-19 (inicialmente no se aclaraba qué vacuna era). Me interesó la posibilidad de contribuir al desarrollo de la vacuna desde el lugar que podía, que es el de voluntario».
¿Qué condiciones de salud deben reunir los anotados para ser aceptados como voluntarios?
«Si bien los requisitos detallados no son públicos, los mínimos son tener entre 18 y 65 años, tener buen estado de salud en general y no haber tenido Covid-19 al momento de iniciar la prueba».
¿Qué sentiste al recibir la noticia de que eras aceptado?
«Fue una sorpresa, pasaron unos tres meses desde que me inscribí hasta que me llamaron. En ese primer contacto me hicieron una entrevista de antecedentes médicos míos y de mi familia, y al finalizar quedaron en avisarme si pasaba a preselección. A los cuatro días me llamaron para confirmarme que había quedado seleccionado para participar del proceso. En ese momento fue cuando me informaron que la vacuna a testear era la desarrollada por el China National Biotech Group y la farmacéutica estatal china Sinopharm, una de las diez en etapa de prueba en todo el mundo.
¿Cómo viviste la «previa» al inicio de todo el proceso?
«Con entusiasmo y con bastante intriga de cómo sería todo. Cuando comentaba que estaba participando de esta experiencia la respuesta de la gente era una mezcla de incredulidad y curiosidad. Era muy interesante ver cómo reaccionaba cada uno. Incluso muchos preguntaban cuánto me iban a pagar, sin poder concebir que era algo totalmente «ad honorem»
¿Dónde se hizo todo el proceso de estudios previos y posterior aplicación?
Todo el proceso se hace en un centro de vacunación en el barrio de Belgrano, en Capital Federal. Allí en una primera etapa me asignaron un número de paciente para mantener el anonimato en el estudio – a partir de ese momento pasó a ‘llamarse’ JED010334-, luego me hisoparon (para determinar si estaba cursando la enfermedad) y me hicieron un análisis de sangre, para evaluar mi condición de salud y para determinar si ya había tenido la enfermedad. Tras unos cinco días de espera me llamaron para comunicarme los resultados y definir los próximos pasos».
¿Cómo fue la etapa anterior a la aplicación de la vacuna? ¿Surgieron temores?
Una vez conocidos los resultados del análisis y del hisopado, donde me dijeron que no tuve ni había tenido Covid-19, me asignaron un turno para recibir la primera dosis de la vacuna. A partir de ese momento aumentaron un poco los nervios, pero no mucho, puesto que es una decisión que había tomado, de la cual estaba seguro, y que además en todo momento uno tiene la posibilidad de suspender la participación en el proceso. Esto está bien estipulado en el consentimiento que se firma antes de iniciar los análisis».
¿Cuándo y dónde te aplicaron la vacuna?
«La primera dosis me la aplicaron el sábado 24 de octubre, en el centro donde me hicieron los primeros análisis. Previo a la aplicación me tomaron una muestra de sangre, operatoria que se va a repetir en todas las próximas instancias del proceso».
¿Se sabe si la inoculación correspondió a la vacuna o a un placebo?
«No, no lo sabe ni el paciente ni el médico, lo que se denomina «proceso de doble ciego». Con el número de paciente que me asignaron inicialmente, aleatoriamente se me asigna un número de vacuna, que viene en una caja cerrada. Desde que la caja sale del laboratorio de origen, en China, nadie sabe si es medicación o placebo».
¿Qué sentiste tras la aplicación?
«¡Nada! Apenas alguna molestia en el lugar de la aplicación. Ni fiebre, ni dolores corporales, ni ninguna molestia.
¿Se hacen controles o autocontroles?
«Sí, el seguimiento es muy exhaustivo. El mismo día de la aplicación me llamaron desde el centro para consultarme cómo me sentía y si había tenido alguna molestia. Asimismo, a través de una aplicación que se instala en el teléfono, durante los siete días posteriores a la aplicación debo llenar una planilla donde se consigna la temperatura, los posibles dolores o malestares que pueda tener y cualquier dato que sea de relevancia. Aproximadamente cada tres o cuatro días me llaman para monitorear la evolución. Independientemente, si en algún momento llegase a presentar síntomas compatibles con Covid-19, tengo la obligación de reportar las novedades al equipo de médicos a cargo del proceso, quienes estarán a cargo de hisoparme y derivarme a un centro médico».
El próximo paso consiste en la aplicación de una segunda dosis -a los 21 días de la primera- y luego análisis de sangre a los 14 y 28 días posteriores a la segunda dosis. A partir de la última extracción de sangre, el seguimiento es a distancia. Una vez transcurrido un año de la primera dosis, se hace el último análisis de sangre, con el cual finaliza la evaluación».
¿Al finalizar el proceso se puede saber si lo que recibe cada paciente ha sido un placebo o realmente la vacuna?
«El paciente tiene la posibilidad de saber qué recibió una vez finalizado el año que dura el proceso. Si lo que recibió fue placebo, tiene la posibilidad de recibir la vacuna en ese momento, de manera gratuita.
Con los sucesivos análisis de sangre se mide la cantidad de anticuerpos que se generaron (o no, dependiendo si lo recibido fue vacuna o placebo). Esa información no es accesible para el paciente en ninguna parte del estudio, es confidencial (y anónima).
¿Qué sentís ahora, ya como parte de esta experiencia?
«Me siento muy feliz de poder contribuir con el desarrollo de una vacuna que nos puede servir a todos!».