Aquí yace la seguridad
En muchas oportunidades se hacen actos y anuncios rimbombantes en los cuales se da cuenta de la incorporación de nuevas unidades a las fuerzas de seguridad de nuestro distrito, elementos indispensables para dotar de más y mejores elementos a los uniformados lo que permitirá una efectiva lucha contra la delincuencia, etc, etc, etc.
Si alguien se tomara el trabajo de indagar sobre los vehículos que en los últimos años se han ido sumando, la cifra sería sorprendente y permitiría pensar que la ciudad y todo el distrito podrían estar bajo vigilancia permanente.
Pero claro, la realidad muestra otra cosa. Más allá del esfuerzo que hacen los efectivos de las respectivas fuerzas, la limitante en cuanto a unidades es sorprendente. Son muy pocos los vehículos en funcionamiento y muchos de ellos en condiciones más que precarias.
Nada nuevo
Pero a esto podemos aportar un dato que llama poderosamente la atención. Hay un verdadero cementerio de vehículos policiales a pocos metros del centro de la ciudad.
Cubrir el entrenamiento que realizaron el fin de semana los Bomberos Voluntarios en el predio donde tiempo atrás funcionaba el corralón municipal permitió a la vez acceder a un amplio espacio donde tienen su morada eterna al menos quince vehículos policiales (autos y camionetas) a los que se suman un par de casillas rodantes y una camioneta municipal.
La sorpresa fue aún mayor al constatar que en la mayoría de los rodados la patente muestra que no tienen más de diez años de antigüedad y que son, a la vista, irrecuperables.
Las imágenes que acompañan esta nota son por demás elocuentes. Sería a la vez interesante conocer cómo está hoy realmente conformada la flota de unidades afectadas (en uso y condiciones) con que cuentan nuestras fuerzas de seguridad.