Adolfo García participó del lanzamiento de una plataforma nacional de neurociencias
Es posible que el cerebro sea una frontera del conocimiento actual, equiparable a la física de principios del siglo XX o al boom de la biotecnología desde la década de 1950.
Aunque la afirmación todavía está por verse, el nivel de dinamismo que muestran las investigaciones en todo el mundo promete enormes resultados, desde conocimientos básicos a innovaciones en salud (siempre se mencionan dos nombres propios: Alzheimer y Parkinson).
Como pasó con los genes y la radiactividad, las investigaciones neurocientíficas trascienden el laboratorio y tienen ramificaciones en múltiples ámbitos. Y si bien no falta quien haga mal uso del prefijo «neuro» con fines mercantiles, en la Argentina hay especialistas de talla mundial que lideran proyectos de gran envergadura.
Muchos de ellos se congregaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el pasado jueves para anunciar la creación de una plataforma que aúna variados esfuerzos (hasta ahora dispersos) por investigar en el país el objeto más complejo que se conozca, de no más de kilo y medio, conformado por miles de millones de conexiones de sus unidades básicas, las neuronas.
ESPACIO DE INTERCAMBIO Y ESTUDIO
Se trata de Penco (Plataforma de neurociencias cognitivas y ciencias de la conducta de Argentina) que, en el seno del Conicet, reúne a unos 50 laboratorios e institutos donde trabajan los más destacados especialistas del país, en siete áreas distintas: Educación, Desarrollo y Vulnerabilidad; Extensión, Academia y Sociedad; Filosofía y etica; Infraestructura y equipamiento; Neurociencia Traslacional; Modelado y Tecnología Cognitiva, y Salud.
Entre esos expertos se encuentra el balcarceño Adolfo García, quien participó como disertante en el evento. Entrevistado por El Diario, explicó que la plataforma lanzada recientemente consta de múltiples áreas y que, de momento, él participa en la de Salud. «El objetivo de la plataforma -dijo- es crear un espacio para el intercambio de conocimiento entre las distintas disciplinas que indagan sobre la mente humana y su relación con el cerebro y la conducta, como la psicología, las neurociencias, las ciencias de la conducta y el comportamiento, la psiquiatría y la neurología. También son instrumentales para el desarrollo de estas áreas las contribuciones de campos como la informática, las ciencias de la comunicación, las matemáticas y la filosofía».
En ese espacio de discusión e intercambio entre los diversos actores y especialidades, comentó García, se abordarán problemáticas sociales concretas. «Apuntaremos a desarrollar recomendaciones basadas en evidencia científica para crear o mejorar políticas públicas sobre distintos desafíos que enfrenta el mundo actual, que pueden abarcar aspectos que hacen a la salud, la educación, la economía, el tránsito, el consumo de alcohol, etc. Y, una vez desarrollados esos programas de acción, también trabajaremos en cómo hacer para que los esfuerzos lleguen de manera eficiente y efectiva a la comunidad», remarcó García.
Una de las áreas de trabajo, anticipó, hará foco en la generación de recomendaciones de políticas públicas sobre vejez e infancia. Otra, que estará a cargo del propio García, apuntará a lograr una intervención audiovisual para promover y alentar prácticas de crianza en familias de contextos vulnerables que potencien el desarrollo cognitivo y lingüístico de los niños, y la tercera y última es sobre el desarrollo de una plataforma integral de demencia en Latinoamérica. «Si uno va al PAMI y pregunta por la cantidad de personas que sufren Alzheimer y con qué elementos se los evaluó, qué características cognitivas o factores de riesgo padecen, no hay registro alguno», añadió. En resumen, esta iniciativa pone a la Argentina a la altura de grandes potencias mundiales en lo que refiere a la articulación entre ciencia y sociedad.
