Honda consternación se vivió al momento del sepelio de Mariano Williams, el rugbier nacido en la localidad bonaerense de Pila y que desde hace varias temporadas jugaba para Campo de Pato, en el certamen de la Unión de Rugby de Mar del Plata, quien días atrás falleció en un accidente de tránsito.

SIEMPRE DISPUESTO

Tomás Vismara, capitán del primer equipo de la entidad local, lo recordó: “Willy se acercó al club en 2016, nunca había jugado al rugby. En lo deportivo fue increíble su crecimiento a lo largo de los años, todos recordamos aquel primer día que llegó. Pero lo más importante es lo buena persona que era, un tipo que siempre estaba dispuesto a ayudar, siempre dispuesto a colaborar. Si había que hacer un asado él lo hacía, si había que organizar y cocinar en los terceros tiempos ‘Willy’ estaba, si había que jugar dos partidos porque no teníamos gente ‘Willy’ jugaba los dos partidos. Sin lugar a dudas, era una gran persona. Se hacía sentir con todos sus afectos. Hoy nos damos cuenta que era lo más importante”.

Sus dotes personales, su comportamiento y el siempre estar disponible para un compañero o el equipo en general, caracterizaron su personalidad y harán que su ausencia no pase inadvertida. Forjó vínculos y transmitió algo más.

“Dejó su huella en el club, en todos nosotros que compartimos cancha con él, viajes y un montón de cosas. Y seguramente era así en todos sus hábitos, en la Facultad, con la familia y sus allegados. Era igual con todos y eso lo definía como persona”, señaló.

La vida debe continuar y así todos lo entienden, pero el recuerdo de su persona permanecerá imborrable. “Ahora queda acompañar a la familia, a sus amigos, encarar el año sin él pero recordándolo de la mejor manera, porque todos tenemos algo compartido con él que nos dejó marcados. Eso es lo lindo que nos queda, siempre va a estar entre nosotros, sin dudas, nos deja tranquilo que eso será así”.

En la misa que se celebró en la capilla de Pila, que congregó una gran cantidad de personas entre familiares, amigos y allegados, se hicieron presentes jugadores del equipo principal de Campo de Pato, del cual Mariano Williams formaba parte, a pesar que no venía compitiendo últimamente porque se estaba recuperando de una lesión en un hombro.

Sobre el ataúd y con el permiso obtenido por parte de la familia de quien fuera su compañero de rugby, colocaron una camiseta del elenco naranja. Al momento de la sepultura, el padre de Mariano solicitó autorización a los rugbiers balcarceños para depositar la camiseta junto al cuerpo de su hijo, lo cual contó lógicamente con el visto bueno de los jugadores.

“Es muy valorable lo de la familia, y eso muestra también lo que significaba para él el club. Tenía amigos en la Facultad pero muchos los hizo por el club. Y nosotros gracias al rugby y al club lo pudimos conocer a él”, dijo emocionado Federico Robledo, uno de sus compañeros de equipo.