Una balcarceña al frente de Cáritas Diocesana
Tras años de trabajo como voluntaria en Cáritas Parroquial de Balcarce, María Marta Mirande asumió la dirección de Cáritas Diocesana, una nueva responsabilidad que le permitirá gestionar proyectos en una vasta región, donde la solidaridad sigue siendo esencial en tiempos de creciente necesidad.
UN RECORRIDO
DE COMPROMISO Y DEDICACIÓN
María Marta Mirande es sinónimo de Cáritas Balcarce, una institución en la que se ha forjado durante más de una década, trabajando al lado de los más necesitados. Desde 2012, año en que regresó a vivir a su ciudad natal, ha dedicado su tiempo y esfuerzo a la tarea de acompañar y asistir a quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad.
Ingresó a Cáritas en un momento clave, cuando se comenzaba a formar un grupo de jóvenes que impulsaría el proyecto Construyendo Vínculos, orientado a mejorar la calidad de vida de las familias a través de pequeños créditos para la mejora de viviendas. Desde ese espacio, se impulsaban microcréditos para la mejora de viviendas, una línea de trabajo que aún hoy sigue vigente. "Desde entonces soy voluntaria", recuerda.
Con el tiempo, fue asumiendo nuevos roles dentro de la estructura parroquial: primero como tesorera, luego como directora de Cáritas Balcarce en dos períodos consecutivos, sucediendo a Norma Belmonte. Ese camino local la fue acercando al plano diocesano: representó a Balcarce en la Comisión de Cáritas Diocesana, trabajó en el área de fortalecimiento institucional y en 2022 asumió como vicedirectora. La trayectoria, la experiencia y el trabajo sostenido fueron consolidando un liderazgo que hoy se cristaliza en una nueva responsabilidad.
UN DESAFÍO MAYOR EN UNA REALIDAD MÁS COMPLEJA
"Es un paso importante y una gran responsabilidad", admite María Marta, que asume el cargo con la claridad de que Cáritas Diocesana no solo implica acompañar parroquias y coordinar esfuerzos, sino también gestionar recursos, sostener convenios con organismos públicos y privados, y dar respuestas concretas en un contexto social cada vez más desafiante.
"La gestión es más compleja", explica. Cáritas Diocesana mantiene convenios con la Municipalidad de General Pueyrredón, con el Ministerio de Capital Humano de la Nación, y también con Cáritas Argentina. "Eso requiere otra dinámica, otra estructura, y otro nivel de compromiso. Ya no se trata solo de repartir alimentos o ropa, sino de diseñar y coordinar acciones de promoción humana a gran escala".
La diócesis de Mar del Plata incluye localidades con realidades muy disímiles: desde los centros urbanos de Mar del Plata y Necochea, hasta zonas rurales o semirurales como San Manuel, La Dulce o Los Pinos. "Cada comunidad tiene sus particularidades y sus urgencias. Hay lugares donde lo más urgente es la asistencia alimentaria. En otros, es el acompañamiento de personas en situación de calle, la prevención del consumo problemático o la violencia intrafamiliar. Hay que estar presentes en todos esos frentes".
MÁS QUE UNA
ASISTENCIA, UNA PROPUESTA DE
PROMOCIÓN
Aunque la imagen más común de Cáritas sigue asociada a la entrega de ropa o alimentos, la organización hace años que busca trascender ese rol asistencial. "No queremos quedarnos en la urgencia. Apuntamos a que las personas mejoren su situación por sus propios medios", señala Mirande. Por eso, desde Balcarce como desde la diócesis, se impulsan programas de promoción: créditos para la mejora habitacional o para pequeños emprendimientos, talleres de formación y actividades que fortalecen las capacidades de las familias.
"La asistencia básica sigue siendo muy necesaria, pero trabajamos mucho para ir más allá", remarca. Y destaca que en localidades como Mar del Plata, la demanda básica es desbordante. "Acá en Balcarce puede no notarse tanto, pero allá la situación es gravísima. Hay barrios donde Cáritas es el único sostén que tienen muchas familias".
BALCARCE,
REFERENTE DE
SOLIDARIDAD
A lo largo de los años, Cáritas Balcarce ha demostrado un compromiso comunitario sostenido y generoso. María Marta lo confirma con datos: "Desde que soy voluntaria, nuestra ciudad siempre ha sido la que más recauda en la colecta anual de toda la diócesis, y por mucha diferencia".
Esa generosidad no solo se traduce en recursos económicos: también se manifiesta en la colaboración constante con otras comunidades de la diócesis que atraviesan situaciones mucho más críticas. "Sabemos que hay Cáritas parroquiales que están insertas en barrios de altísima vulnerabilidad, donde ni siquiera pueden sostener un ropero o juntar alimentos. Desde Balcarce, donde tenemos una realidad un poco más favorable, podemos ayudar. Y eso es muy valioso".
Mirande insiste en que eso no significa que en Balcarce no haya necesidades. "Claro que las hay. Pero por suerte también hay una estructura institucional sólida y una comunidad que acompaña. Eso marca la diferencia".
UNA INSTITUCIÓN TRANSPARENTE,
CONFIABLE Y ABIERTA
Uno de los pilares de Cáritas, tanto a nivel local como diocesano, es la transparencia. "La confianza de la comunidad es algo que se gana con trabajo serio y sostenido, pero también con claridad: siempre mostramos cuánto se recauda, en qué se gasta, cómo se administra lo que nos confían", afirma Mirande.
Esa política no es solo una intención: forma parte de la estructura de funcionamiento de Cáritas. "Cuando asumimos la nueva comisión diocesana, lo primero que hicimos fue enviar a todas las Cáritas parroquiales el balance económico de los tres años anteriores, para que pudieran revisarlo antes de la asamblea. Es una cuestión formal, pero también ética: quienes colaboran tienen derecho a saber qué se hace con su aporte".
UNA DESIGNACIÓN TRABAJADA EN COMUNIDAD
La asunción de María Marta como directora no fue producto de una decisión unilateral ni una imposición. Fue el resultado de un proceso dialogado, consensuado entre quienes integraban la comisión saliente y el obispo Gabriel Mestre, presidente de Cáritas Diocesana. "No fue sorpresivo. Mónica, la directora anterior, venía hablando del tema desde hacía tiempo. Y ella misma impulsó esta transición. Cree profundamente, como yo, en la necesidad de la rotación de responsabilidades. Que no seamos siempre los mismos. Que no nos atornillemos al sillón", bromea.
LA SEMANA SOCIAL DIOCESANA, OTRO PASO HACIA LA
COMUNIDAD
Uno de los últimos eventos en los que participó fue la Semana Social Diocesana, que este año se organizó por primera vez como una instancia previa a la Semana Social Nacional, impulsada por la Conferencia Episcopal Argentina.
Se realizó en Mar del Plata con participación de organizaciones sociales, pastorales, escuelas e incluso autoridades municipales de distintas localidades, incluido el intendente Esteban Reino. "Fue una experiencia muy positiva, con mucha participación y muy buenas intervenciones. Mostramos el trabajo que hacemos, nos nutrimos de otras experiencias y reforzamos el vínculo con el territorio. La idea es replicarla todos los años, ajustando lo que sea necesario".
UNA REALIDAD CAMBIANTE QUE INTERPELA
Desde su nuevo rol, María Marta Mirande ve con claridad las transformaciones que se viven en el tejido social. "Las necesidades cambian. Ya no es solo la falta de trabajo o de vivienda. Hoy tenemos que acompañar situaciones vinculadas al consumo problemático, la soledad, la violencia, los vínculos rotos. Esas heridas también requieren presencia y escucha".
Y aunque Balcarce aún no presenta los niveles críticos de otras ciudades, la tendencia preocupa. "Nos contaban en Necochea que hace unos años estaban como nosotros: con algunas personas en situación de calle muy puntuales. Ahora ya no. La problemática creció mucho. Ojalá no lleguemos a ese punto, pero tenemos que estar atentos".
"NOS PONEMOS AL SERVICIO"
Sobre el final de la charla, y ya con la emoción a flor de piel, María Marta reflexiona sobre su designación y lo que representa. "Es una alegría, una emoción, una responsabilidad. Pero también es algo que se construyó con otros, no sola. Y me da mucha tranquilidad saber que no estoy sola: tengo un equipo, una comunidad, una Iglesia que acompaña. Nos ponemos al servicio de Dios, con fe y con trabajo. Y confiamos en que el Espíritu nos va a guiar".
Con la mirada puesta en lo colectivo, en lo institucional, pero también en lo profundamente humano, la nueva directora de Cáritas Diocesana empieza a escribir una nueva etapa. Desde Balcarce, pero para toda la diócesis.