Un taller literario con Palabras Mayores
De izquierda a derecha aparecen Marisol Moreno, Ivana Lacombe, Norma Barrios, Lisandro Bechir y Ricardo Arturo Fernández
Formar parte de una comunidad de lectura o de escritura creativa requiere compromiso y disciplina. Así lo entienden alumnos de la Escuela de Adultos Nº 701 que los miércoles, de 13.30 a 16.30, participan de un taller literario a partir de la interacción entre la institución educativa y la Biblioteca Pública «Pablo A. Pizzurno», ámbito éste donde se desarrolla la tarea.
Constancia, interés y buena actitud es la que muestran los alumnos talleristas. Y el fluir de ideas es lo que mantiene unido al grupo.
El escritor Lisandro Bechir es el responsable de coordinar esta actividad. Exterioriza su felicidad, durante la charla con El Diario, acompañado por los alumnos Norma Barrios y Ricardo Arturo Fernández, la maestra de ciclo Ivana Lacombe, y la colaboradora de la Biblioteca «Pizzurno», Marisol Moreno.
«La puesta en práctica de este taller literario le permite a los alumnos de la Escuela Nº 701 dejar volar su creatividad y crear cuentos, relatos, poesías y otras producciones literarias. Incluso algunos de estos trabajos han de participar en el certamen ‘Contate un cuento’», expresó Bechir.
El escritor tiene la responsabilidad, más allá de la coordinación del espacio ofreciendo distintas técnicas de escrituras, entre otras tareas, la de instalar como disparadores diversos temas, muchos de los cuales son propuestos por los propios protagonistas. «Ellos vuelcan en un papel sus vivencias, experiencias. Y en este espacio creativo se generan múltiples trabajos literarios. El objetivo de máxima trazado es poder incluir todos ellos en una publicación para lo cual estamos evaluando distintas formas de reunir recursos económicos que permitan hacer realidad ese sueño», añadió Bechir.
ENRIQUECEDORAS EXPERIENCIAS
El flujo de ideas es lo que mantiene la unión del grupo de trabajo. La alumna Norma Barrios disfruta del Taller. «Si bien uno ya es grande, aquí puede contar sus cosas y volcarlas en un papel. El escribir sana el alma. Ellos (apuntando a Bechir, Moreno y los responsables del establecimiento educativo) nos cambiaron la vida. En mi caso me gusta contar hechos que hacen a mi vida, historias propias. Diría que es una literatura autorreferencial», contó.
Escribir no se «enseña» en el sentido más estricto de la palabra, pero la inquietud por crear pensamiento propio se contagia. Así lo sostiene Bechir, quien además es el responsable de las correcciones de los trabajos.
El entusiasmo también invade al alumno Ricardo Arturo Fernández. «En mi caso, me gusta escribir y mucho. Mis historias tienen que ver con parte de mi vida. De mi juventud en Tamangueyú, donde nací. También sobre mi pasión por los autos de carrera y alguna historia de amor», señaló.
Asimismo, la docente Lacombe rescató la importancia que adquiere la articulación generada entre la Escuela Nº 701 y la Biblioteca para llevar a cabo esta enriquecedora actividad como también con el Club de Innovación Social, ámbito en el cual se grabó una canción y un video.
