Un nuevo nomenclador de IOMA incluirá prácticas hasta ahora consideradas como excepciones
El Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) firmó un acuerdo con agremiaciones médicas y clínicas bonaerenses para poner en marcha un nuevo nomenclador que incluye prácticas habituales que hasta ahora estaban excluidas del catálogo y eran consideradas como excepciones.
La reunión, se realizó en La Plata. Allí, las autoridades de IOMA recibieron a representantes de agremiaciones médicas, entidades de profesionales y clínicas para firmar un Acuerdo Multilateral de Gestión y Colaboración, entre los participantes estuvo el doctor Javier Reino como titular del Círculo Médico de Balcarce.
IOMA, a través de un comunicado, calificó al convenio como "un hecho histórico de gestión pública" que tiene el objetivo de "lograr la mejor calidad de atención para todos los afiliados" de la provincia.
El acuerdo contempla la implementación de nuevas tecnologías y mecanismos de sanciones inmediatas para los profesionales o instituciones que no cumplan con las pautas establecidas, apuntando a "ordenar" las prestaciones de salud, incorporando nuevos procedimientos con tecnología actualizada, lo que permitirá eliminar prácticas que ya resultan obsoletas y todo esto se logrará en un marco de transparencia y control con quienes brindan los servicios de salud, según explicó a El Diario el doctor Reino.
El acuerdo se alcanzó después de tres meses de conversaciones entre el IOMA acordó con la Agremiación Médica Platense, el CEMIBO, las sociedades científicas y las clínicas bonaerenses.
LOS CAMBIOS
De acuerdo a lo explicado por el titular del Círculo Médico, se incorporan al convenio numerosas prácticas que no estaban contempladas y que frente a la prescripción de un profesional el paciente debía pasar por la odisea de un trámite de excepción: en lugar de que la autorización fuera directa recién podía realizarse el tratamiento una vez que el directorio del Instituto lo aprobara, después de largos días y con el riesgo, incluso, de que lo vetara.
El nomenclador vigente es del año 1958, contemplando prácticas tan obsoletas que hacía muchos años que no se llevaban a cabo y la ausencia de otras que son desde hace tiempo de uso frecuente en los tratamientos médicos.
La desactualización de las prácticas acordadas era tal que los profesionales, mientras que la ciencia y la tecnología avanzaban, debían "dibujar" los nuevos procedimientos con los códigos que disponían.
El alcanzando Acuerdo Multilateral de Gestión y Colaboración (tal su denominación) beneficiará, según coincidieron los médicos y la obra social, no sólo a los profesionales sino también a los afiliados.
Según se resaltó, al nomenclador renovado en consultas e intervenciones se llegó a partir de un sinceramiento de los gastos por parte del IOMA, ya que gran parte de los recursos de la obra social, justamente por excluir prácticas médicas habituales, se iban en acciones de amparo y trámites de excepción. A partir de ahora, esos fondos irán al sistema de cobertura.
Para que el acuerdo cobre la formalidad que requiere, resta que pase por la revisión de los organismos de la Constitución de la Provincia. Se descarta, no obstante, que ese trámite se sorteará sin obstáculos.
Si bien no se brindaron precisiones sobre la cantidad de prácticas que se incorporaron, las que desaparecieron y las que permanecen vigentes, para representar la importancia de la actualización se señaló que el nuevo nomenclador se desarrolló en 192 páginas. Ocurre que cuando se elaboró el listado original no existían, por mencionar sólo algunas de los cientos de prácticas actuales, los estudios con resonancia magnética o con tomografía ni tampoco las intervenciones laparoscópicas.
Otro ejemplo de los escasos códigos con los que contaban para facturar los médicos conveniados con el IOMA es el de la cirugía de cadera: estaba nomenclado el implante de la prótesis, pero no la revisión posterior en el caso de tener que volver a operar aunque la práctica no fuera la misma y entonces, a la hora de realizar la liquidación para cobrar los aranceles, los profesionales tenían que recurrir al único código que había.
Este acuerdo, con el cual se creó, asimismo, una comisión multilateral de supervisión de los valores de las distintas prácticas, contempla el compromiso de realizar una revisión periódica del nomenclador. Ahora, dentro de tres meses, se hará el primer balance para determinar los errores que deberán corregirse.