Un camino «de basura»
Los residuos abandonados hablan mucho de quienes los tiran, de su desaprensión y de su falta de interés por el cuidado del medio ambiente.
Uno de los tantos indicadores del nivel de educación de una sociedad se percibe a través de las conductas que exhiben los vecinos con el manejo y la disposición de los residuos de todo tipo.
En numerosas ocasiones desde estas mismas páginas se ha abordado sobre esta problemática de nunca acabar de la basura abandonada en lugares prohibidos para ello.
Lamentablemente las conductas inadecuadas de algunos vecinos continúan.
A no más de 4 kilómetros de la zona urbana, en cercanías a la zona conocida como «Monte del Cura», la acumulación de basura es cada vez mayor.
Antes había quienes se dirigían a la zona de calles 47 y 48, donde se encuentra la cava, a arrojar todo tipo de residuos en lugar de hacerlo donde corresponde, en el relleno sanitario. Ese sitio fue acondicionado y limpiado al tiempo que se instaló en las cercanías una cámara para monitorear que no vuelva a ser un basural.
Ahora, en lugar de desplazarse hasta el predio habilitado para depositar la basura, donde funciona la planta de separación y reciclado, en la ruta provincial 55, a unos 10 kilómetros de «El Cruce», en dirección a Coronel Vidal, quienes desean desprenderse de desperdicios optan de manera irresponsable por hacerlo en algún otro camino rural, no muy lejos de la planta urbana.
El «basural» -existente desde hace mucho tiempo- está próximo a la prolongación de la avenida Favaloro, ya convertida en ruta provincial 77, a unos 500 metros sobre el camino que conduce al «Monte del cura».
Hay residuos -cada vez más- de todo tipo y tamaño: restos de poda, animales muertos, carcazas de computadoras y televisores, plásticos, vidrios, alambres, cartones, restos de comida, neumáticos, bolsas con papeles, etc.
El panorama, que resulta francamente desolador, se ve complementado por olores nauseabundos.
En menor medida también se observa basura arrojada en caminos aledaños.
TRISTE REALIDAD
La triste realidad muestra que en Balcarce proliferan los microbasurales. Queda claro que hay comportamientos que no corresponden y no se ajustan a las normas de convivencia por parte de gente irresponsable.
La basura va ganando lugar en sitios no preparados para recibirlos mientras las quejas y reclamos continúan.
Más allá de las actitudes desaprensivas también es cierto que la Comuna incurre en demoras para impedir esas formaciones y preservar el mejor estado de esos lugares. Pero además debería ajustar los controles para sancionar a los que actúan en forma inapropiada.