Todos los años convierte su casa en un símbolo navideño
Para algunos, decorar nuestros hogares con adornos de Navidad puede tratarse de algo más, en cambio otros se dedican cada año a decorar cada rincón de su casa con los colores de Papá Noel. La casa de Irma Maureira, ubicada en calle 20 entre Av. Cereijo y 33, refleja el espíritu navideño como ninguna otra en el barrio.
Irma le comentó a El Diario que esta iniciativa empezó hace 34 años. “Me inspiré en mis hijos. Siempre me gustó tener la casa adornada para Navidad, sobre todo con un Papá Noel. Yo veía que en otras casas había, pero no uno como el mío. Este está hecho todo de trapo y cada año le voy agregando cosas, este año por ejemplo le hice los pantalones nuevos y un abrigo de matelassé rojo. La cara es una careta de Papá Noel de goma, le agregue los lentes y los ojos pintados de azul, el pelo y la barba blanca”.
Irma fue criada por Ana, su “mama del corazón”. Ana María Paternico tiene 98 años y fue quien le enseñó todo lo que sabe a su hija, entre esas cosas el oficio de la costura. Así fue como se animó a crear esta figura que adorna la vereda de su casa todas las navidades. En los días previos a la Noche Buena, Irma deja una bolsa con caramelos sobre Papá Noel para el disfrute de los más pequeños y los no tan chicos también.
A lo largo del Mundial de fútbol, Irma no perdió la oportunidad de decorar a su Papá Noel con los colores de la selección argentina. “Siempre estuvo en la puerta de casa, pero muchas veces lo sacamos a la vereda para que los chicos se diviertan. El martes por ejemplo, que jugó Argentina, lo vestimos de celeste y blanco y le pusimos una vincha de la selección”, indicó Irma, quien confesó ser muy futbolera al igual que Ana, su mamá.
Reconoció que es su familia quien la ayuda a sostener el espíritu navideño. “Hoy sigo festejando la Navidad por mi nieto de 8 años, si no fuera por él ya hubiese dejado de festejar. Después de perder a mi marido estas fechas ya no son lo mismo, pero mi nieto siempre me dice ‘el abuelo desde el cielo quiere que vos lo sigas festejando sacando el Papá Noel a la calle’. Todo el barrio también me lo sigue pidiendo. El otro día pasó un señor de unos 70 años y me pregunto si acá era la casa en donde hicieron el Papá Noel. Siempre están esperando pasar y verlo en la vereda. Me piden fotos casi todos los días, se ponen contentos cuando lo ven armado”, señaló Irma con una sonrisa.
La vecina indicó que la figura de Papá Noel ya fue testigo de tres generaciones. “El otro día una señora pasó con su hija y su nieta y me dice ‘hoy soy abuela, pero recuerdo cuando traía a mi hija a ver al Papá Noel’. Ahora me queda poner las luces, ya para cuando se acerque Navidad. Cuando las prendemos, a la noche queda más iluminado, y también el arbolito que da sobre la ventana. Me gusta ver a la gente contenta cuando pasa o cuando quiere sacarse una foto. Gente de todas las edades, no solo los chicos. No importa que seas grande o chico, estas cosas te alegran el alma”, finalizó emocionada.