Se cambió el sistema de clasificación y tipificación de la carne vacuna
A partir del próximo 1 de enero comienzan a regir en la Argentina los nuevos sistemas de Clasificación para Faena y de Tipificación Bovina. Así surge de la Resolución 32/2018 publicada en el Boletín Oficial por la Secretaría de Gobierno de Agroindustria. La norma le pone punto final al régimen establecido por la ex Junta Nacional de Carnes en marzo de 1973.
Según el titular de la cartera del campo nacional, Luis Miguel Etchevehere, "las modificaciones experimentadas desde hace algunos años por la cadena de carne bovina, los cambios en los mercados internacionales y de los hábitos de consumo, proponen nuevos escenarios comerciales que exigen la revaluación y redefinición de los parámetros con los que se valora y caracteriza en la Argentina la hacienda con destino a faena y sus productos".
En las consideraciones de la norma se argumenta que "con la variación observada en los biotipos, los sistemas de selección animal y los procesos de cría, recría y engorde animal, es necesario que el sistema de clasificación de bovinos a faena se base exclusivamente en el sexo y la edad del animal a fin de determinar las distintas categorías, independientemente del peso del animal vivo o de la res".
Además, la Resolución señala que el sistema de tipificación vigente hasta fin de este año "deja de lado la evaluación de la calidad de los cortes y el rendimiento carnicero" y que el nuevo mecanismo busca "dotarlo de mayor eficiencia y objetividad". En ese sentido, el texto destaca que "dicha necesidad fue planteada por los diferentes operadores de la cadena de la carne".
45 años de historia
El régimen de clasificación y tipificación oficial de las carnes bovinas, de acuerdo a los tipos y grados de gordura, había visto la luz por la Resolución N° J-378 del 28 de marzo de 1973, durante los últimos días del gobierno de facto de Alejandro Lanusse. A esta se la sumó la J-379 que determinaba las escalas de peso a que deben ajustarse las distintas clasificaciones, pero aclaraba que "cuando se trate de reses provenientes de animales cuyas características y conformación ósea, definan la edad de los mismo, prevalecerá esta última definición por edad".
En diciembre de 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner, la Disposición N° 5.701 de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) establecía los rangos a utilizar para la clasificación de vacunos en pie con destino a faena, basados en el peso, estado sexual y conformación de los mismos.
Dos años más tarde, en el epílogo de 2007, a dos semanas de asumir Cristina Fernández su primer mandato, se publicó la Resolución 68 que establecía el peso mínimo por media res, en balanza oficial, para las categorías novillitos y vaquillonas, y modificaba la escala de pesos máximos fijada por la histórica Junta Nacional de las Carnes, 45 años atrás.