Robaron valiosas piezas del siglo XIX en la estación del ferrocarril
Un hecho de profundo dolor y consternación golpea a la comunidad de San Agustín. Durante el fin de semana, docentes de la Escuela Primaria Nro 11 que participan activamente en el proyecto de recuperación de la antigua estación de ferrocarril descubrieron que la puerta del edificio había sido forzada. Al ingresar, constataron con desazón que habían sido robadas tres piezas históricas de altísimo valor patrimonial: los “staff” originales del siglo XIX.
Estos elementos, fundamentales para el funcionamiento del antiguo sistema de bloqueo ferroviario, permitían asegurar la circulación de trenes de forma segura entre estaciones, evitando choques en tramos de vía única. Se trata de objetos pesados, de difícil extracción, cuya sustracción requirió tiempo, herramientas y transporte.
Las piezas no solo tienen un valor histórico incalculable, sino también un profundo significado simbólico para el pueblo sanagustinense, que viene trabajando desde hace tiempo en la restauración del predio ferroviario, con el compromiso de docentes, estudiantes y vecinos.
El grupo de docentes había acudido al lugar con el fin de pintar la ermita que albergará próximamente una imagen original de la Virgen de Luján, actualmente en proceso de restauración. El hallazgo del robo, en ese contexto, generó aún mayor dolor.
“Este es un día muy triste”, expresaron en un comunicado, y apelaron a toda la comunidad a compartir la información y aportar cualquier dato que permita recuperar las piezas sustraídas. “Estamos comunicándonos con todas las personas que puedan tener información y la Policía está haciendo su labor. Apelamos a la ayuda de todos ustedes para poder dar con estos objetos que poseen un valor histórico intangible”, señalaron.
El proyecto de restauración de la estación, ideado por estudiantes con el acompañamiento de docentes, busca poner en valor un espacio emblemático del pueblo, revalorizando su historia y promoviendo el patrimonio ferroviario local.
Lo sucedido representa no solo una pérdida material, sino un obstáculo doloroso en un proceso colectivo de memoria, identidad y reconstrucción comunitaria.