Reino se reunió con representantes de APINTA
Una reunión cargada de inquietud y gestos políticos significativos tuvo lugar ayer en el despacho del intendente Esteban Reino. Allí, representantes de la seccional Balcarce de la Asociación del Personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (APINTA) entregaron un petitorio para expresar su rechazo a los cambios estructurales que el Gobierno nacional busca aplicar en el organismo, los cuales —según advirtieron— implican una pérdida de autonomía institucional, un sesgo partidario en la toma de decisiones y el posible despido de más de 1.500 trabajadores en todo el país.
La iniciativa forma parte de una campaña federal impulsada por APINTA, que en simultáneo viene presentando el mismo documento ante gobernadores, legisladores, intendentes y concejales de distintos distritos. En Balcarce, donde el INTA tiene su mayor centro de investigación y desarrollo tecnológico del país, el conflicto despierta especial preocupación.
“Lo que se viene no es el INTA que conocemos. Nos quieren imponer un modelo que rompe con casi 70 años de historia. Estamos pidiendo respaldo institucional, político y social para frenar un ajuste que pone en riesgo el presente y el futuro del instituto”, resumió Leandro Cambareri, secretario general de APINTA Balcarce.
UN DECRETO QUE CAMBIA LAS REGLAS DEL JUEGO
El foco del conflicto está puesto en un inminente decreto del Ministerio de Economía que modificará la composición del Consejo Directivo del INTA. En concreto, se reduciría de diez a ocho el número de consejeros y se eliminarían los representantes de las universidades, reemplazándolos por otro integrante designado por el Gobierno nacional. De este modo, el Ejecutivo pasaría a tener cuatro votos contra cuatro de la Mesa de Enlace, con el presidente del organismo —también nombrado por el Gobierno— como desempate.
“Esto rompe el equilibrio que hizo del INTA un ejemplo de gobernanza plural y técnica. Históricamente, las decisiones se tomaron con participación del sector académico, científico y productivo, y se aplicaron políticas públicas de mediano y largo plazo, más allá de los vaivenes partidarios. Ese modelo garantizó continuidad, prestigio y resultados concretos para el desarrollo agropecuario. Si esto se aprueba, el INTA quedará bajo la órbita de la política de turno, sin autonomía y sujeto a decisiones fiscales cortoplacistas”, explicó Cambareri.
Pero la preocupación no termina ahí. El dirigente gremial advirtió que el recorte también implicaría la venta de 70.000 hectáreas de campos experimentales, el cierre de agencias regionales y el despido de 1.500 trabajadores en todo el país. “Quieren hacer caja con la venta de inmuebles y ajustar con despidos. Es una reestructuración que no tiene en cuenta el valor estratégico del INTA ni su función territorial”, denunció.
REINO: “LO QUE FUNCIONA HAY QUE DEFENDERLO”
Tras recibir el petitorio, el intendente Esteban Reino se comprometió a respaldar el reclamo y a gestionar ante otros intendentes, legisladores y representantes del sector agropecuario. “Nosotros entendemos que si hay que hacer retoques, que se hagan, pero quirúrgicos, no una poda salvaje que destruya lo construido. El INTA es una institución que marca un antes y un después para Balcarce y para el país en materia agropecuaria y tecnológica”, expresó.
Durante el encuentro, Reino compartió la mesa con el concejal opositor Martín Pérez, exintegrante del organismo, en un gesto político que buscó resaltar la transversalidad del reclamo. “Esto no tiene que tener banderías. Acá no se trata de oficialismo u oposición. Se trata de defender lo que está bien hecho. En pandemia el INTA puso a disposición un laboratorio y personal altamente capacitado. ¿Cómo no vamos a respaldarlos ahora?”, argumentó.
El jefe comunal también señaló que, más allá de las limitaciones propias del cargo, buscará dialogar con senadores, diputados y funcionarios provinciales para visibilizar el problema. “Vamos a hacer lo que esté a nuestro alcance. Esto afecta a toda la comunidad y no podemos mirar para otro lado”, dijo.
ENTRE EL SILENCIO POLÍTICO Y EL RESPALDO DEL CAMPO
Uno de los puntos destacados por Cambareri fue la necesidad de que el respaldo político local y regional se haga explícito. “Vemos tibieza en muchos sectores. Valoramos que el Concejo Deliberante se haya expresado contra el cierre de agencias, pero frente a esta situación crítica necesitamos algo más: un pronunciamiento público, firme y constante. No se trata solo de Balcarce, el INTA de acá tiene influencia en todo el sudeste bonaerense”, subrayó.
En contraste, el dirigente destacó el acompañamiento de entidades del sector productivo. “Estamos hablando con las rurales y con la Mesa de Enlace, y encontramos respaldo. Eso es muy importante, porque el impacto de estas reformas lo va a sentir toda la cadena agroindustrial. La ciencia y la tecnología no son gastos: son inversión, productividad y soberanía”, insistió.
También remarcó que esta campaña se replica en todo el país, con actos, petitorios y reuniones en decenas de provincias y municipios. “No estamos solos. APINTA está trabajando con todos los sectores posibles. Esta es una lucha federal”, aseguró.
MÁS ALLÁ DEL RECLAMO: QUÉ ESTÁ EN JUEGO
El conflicto que atraviesa hoy al INTA no se limita a un debate presupuestario ni administrativo. En el fondo, lo que está en juego es el modelo de desarrollo agropecuario del país. El organismo, creado en 1956, cuenta con 350 unidades de extensión, 50 estaciones experimentales y más de 7.000 empleados distribuidos en todo el territorio nacional. En Balcarce, su sede central es un verdadero polo científico, compartido con la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNMdP.
Desde allí se han desarrollado investigaciones clave en materia de mejoramiento genético, prácticas sustentables, biotecnología y producción animal. Muchos de los avances tecnológicos que posicionaron al campo argentino en el escenario mundial nacieron en sus laboratorios, estaciones y campos experimentales.
“No se puede desarmar una institución así con una planilla de Excel. El INTA no es un gasto, es una herramienta estratégica. Desfinanciarlo o manipularlo políticamente es pegarse un tiro en el pie”, reflexionó Reino.
UNA FOTO QUE DICE MUCHO
El encuentro en el Palacio Comunal no fue una reunión más. Fue una señal política y social que marca un punto de inflexión en la defensa del INTA. La imagen del intendente Reino sentado junto a representantes gremiales, trabajadores, investigadores, y referentes de distintos espacios políticos deja en claro que, al menos en Balcarce, la comunidad está dispuesta a resistir el avance de un ajuste que amenaza con desmantelar una de las instituciones más respetadas del país.
A partir de ahora, los próximos pasos dependerán de la capacidad de articulación entre actores locales, regionales y nacionales. Pero lo que ya no queda en duda es que la defensa del INTA ha salido del ámbito técnico para instalarse en la agenda pública como un tema crucial para el presente y el futuro del país.
